domingo, 27 de agosto de 2023

PALABRA COMENTADA

 

domingo 21 de tiempo ordinario

Isaías 22,19-23



REFLEXIÓN

Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá.

Se habla del poder de un mayordomo o amo de llaves: tiene el cuidado de una casa. Mira por los otros sirvientes y los supervisa. Pero rinde cuentas a alguien superior.

En palabras semejantes se habla a Pedro, para delegarle un poder de administrar, sin alzarse con el poder en sí.

Lo hincaré como un clavo en sitio firme, dará un trono glorioso a la casa paterna."

Pero su sitio subordinado, es imprescindible para dar robustez a la casa del amo. Su rol es soportar peso, resistir presión, mantener en su sitio, oponerse al decaimiento.

No puede uno dejar de hacer memoria del rol de la piedra de la comunidad: Pedro.

Salmo responsorial: 137



REFLEXIÓN

Te doy gracias, Señor, de todo corazón

Por tu misericordia y tu lealtad

acreciste el valor en mi alma

No obstante lo duro que sentimos cualquier situación de adversidad nos confortas y animas a esperar de tu misericordia, sabiduría y voluntad. Porque nos das signos de sostenernos y aliviarnos en este caminar de solidaridad y purificación.

no abandones la obra de tus manos

Abandono es lo muchos han vivido un poco. Y Quizá hay peores situaciones. Para todos muy difícil.

Romanos 11,33-36



REFLEXIÓN

¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén.

La voluntad de Dios se nos manifiesta a nuestra fe, que es obediencia. Es sabiduría crucificada.

No está abierta del todo para la racionalidad, la lógica, la deducción.

Su sensor tiene que ver con la capacidad de Misterio.

Mateo 16,13-20



REFLEXIÓN

"¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.

Penetrar el Misterio de Jesús, es un carisma, un impulso del Espíritu, una llamado del Padre.

Podemos vocearlo, como una oportunidad que está en nuestras fuerzas producir, pero no creamos la penetración, la comprensión sobre Jesús, que es revelación del Padre por el Espíritu.

Está más explícito en los discursos joaneos de la despedida de Jesús.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1695747631652167884?s=20

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Isaías 22,19-23

El poder de las llaves de un mayordomo, que abre y cierra , se pone de relieve como importante y decisivo pero en subordinación a alguien mayor, a quien sirve. Un poder delegado

Salmo responsorial: 137

humilde y soberbio, dos caracterizaciones que el Señor conoce y en las que se fija, sobretodo en el humilde. Se teme que en consecuencia pueda abandonarnos

Romanos 11,33-36

No es fácil captar la misericordia de Dios, que es su Misterio. No es la carne y sangre, ni presupuesto basado en algo natural lo que permitirá esa captación, que se planta como abismo a nuestra comprensión.

Mateo 16,13-20

BEATO CARLO


 De la Constitución pastoral Gáudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, del Concilio Vaticano segundo
(Núm. 39)


LA TIERRA NUEVA Y EL CIELO NUEVO

Ni conocemos el tiempo de la nueva tierra y de la nueva humanidad, ni sabemos el modo cómo el universo se transformará. Se termina la presentación de este mundo deformado por el pecado, pero sabemos que Dios prepara una nueva morada y una nueva tierra en la que habita la justicia y cuya bienaventuranza llenará y sobrepasará todos los deseos de paz que brotan en el corazón del hombre. Entonces, vencida la muerte, los hijos de Dios resucitarán en Cristo y lo que se había sembrado en vileza y corrupción se vestirá de incorrupción y, permaneciendo la caridad y sus frutos, este mundo que Dios creó para el hombre se verá liberado de la esclavitud de la corrupción.

Aunque se nos advierta con toda razón que de nada le aprovecha al hombre ganar todo el mundo si se pierde a sí mismo, sin embargo,
la esperanza de la tierra nueva no debe debilitar, al contrario, debe acrecentar nuestro deseo de perfeccionar esta tierra, en la que crece aquella nueva humanidad que presenta ya en sí un vislumbre del mundo futuro. Por eso, aunque hay que distinguir cuidadosamente progreso temporal y crecimiento del reino de Cristo, con todo, este progreso tiene gran importancia para el reino de Dios, por cuanto puede contribuir a una mejor organización de la sociedad humana.

En efecto, los valores de la
dignidad humana, de la comunión fraterna y de la libertad, es decir, todos aquellos bienes que son fruto de la misma naturaleza humana o del esfuer
zo de los hombres y que nosotros hayamos propagado en la tierra, según el mandato del Señor y por la fuerza de su Espíritu,
los volveremos a encontrar, limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados, cuando Cristo devuelva a su Padre «el reino eterno y universal, el reino de la verdad y de la vida, el reino de la santidad y de la gracia, el reino de la justicia, del amor y de la paz». En esta tierra el reino está ya presente de una manera misteriosa, pero, cuando el Señor vuelva, llegará a su plenitud.