viernes, 29 de septiembre de 2023

DOCTORES DE LA IGLESIA

 



Viernes, XXV semana
San Agustín Sermón sobre los pastores 46,29-30

Cristo apacienta a sus ovejas debidamente, discierne a las que son suyas de las que no lo son. Mis ovejas escuchan mi voz –dice– y me siguen. En estas palabras descubro que todos los buenos pastores se identifican con este único pastor. No es que falten buenos pastores, pero todos son como los miembros del único pastor. Si hubiera muchos pastores, habría división, y, porque aquí se recomienda la unidad, se habla de un único pastor. Si se silencian los diversos pastores y se habla de un único pastor, no es porque el Señor no encontrara a quien encomendar el cuidado de sus ovejas, pues cuando encontró a Pedro las puso bajo su cuidado. Pero incluso en el mismo Pedro el Señor recomendó la unidad. Eran muchos los apóstoles, pero sólo a Pedro se le dice: Apacienta mis ovejas. Dios no quiera que falten nunca buenos pastores, Dios no quiera que lleguemos a vernos faltos de ellos; ojalá no deje el Señor de suscitarlos y consagrarlos. Ciertamente que, si existen buenas ovejas, habrá también buenos pastores, pues de entre las buenas ovejas salen los buenos pastores. Pero hay que decir que todos los buenos pastores son, en realidad, como miembros del único pastor y forman una sola cosa con él. Cuando ellos apacientan, es Cristo quien apacienta. Los amigos del esposo no pretenden hacer oír su propia voz, sino que se complacen en que se oiga la voz del esposo. Por esto, cuando ellos apacientan, es el Señor quien apacienta; aquel Señor que puede decir por esta razón: «Yo mismo apaciento», porque la voz y la caridad de los pastores son la voz y la caridad del mismo Señor. Ésta es la razón por la que quiso que también Pedro, a quien encomendó sus propias ovejas como a un semejante, fuera una sola cosa con él: así pudo entregarle el cuidado de su propio rebaño, siendo Cristo la cabeza y Pedro como el símbolo de la Iglesia que es su cuerpo; de esta manera, fueron dos en una sola carne, a semejanza de lo que son el esposo y la esposa.

REFLEXIÓN

No obstante la tendencia e inclinación a la diversidad y también a la fragmentación, según muchos un atributo de la riqueza del mundo y la creación, el énfasis y la insistencia en la unidad que transmita la única voz del Pastor JesuCristo se mantiene. El carisma de Pedro es la unidad de todos los pastores en él, y con ellos sus rebaños, pero para mantener única la voz del Pastore Eterno, del Señor Dios Altísimo, del Padre de toda criatura. Es mucha la agitación que surge de los inconformes con la gestión de la unidad del carisma de Pedro, pero debe reconducirse a la unidad, no a la división.


jueves, 28 de septiembre de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Jueves 25 de tiempo ordinario

Año Impar


Ageo 1,1-8



REFLEXIÓN


subid al monte, traed maderos, construid el templo, para que pueda complacerme y mostrar mi gloria -dice el Señor-


Como Palabra de Dios en boca de Ageo, se interpela al pueblo sobre sus prioridades: su propia comodidad antes que la reconstrucción del Templo. Y su efecto: la Gloria de Dios no los alcanza ni los sustenta, porque viven insatisfechos, en pobreza y escasez. La Gloria del Señor es el bienestar humano, con Él a la cabeza.


Mientras un templo cristiano se construya, así sea humilde o modesto, es indicio de la inquietud por el Señor de la Gloria en la humanidad, y su presencia suya entre nosotros.


Pero, aún más, mientras haya defensa de la dignidad de la persona humana, por pequeña o por nacer que sea, es indicio de la inquietud por el Señor del Ágape, y su presencia entre nosotros.


Salmo responsorial: 149



REFLEXIÓN


adorna con la victoria a los humildes


La victoria del Señor no es una revancha en la que los humillados pasan a ser ofensores.


Es una victoria de los humildes, quienes a pesar de su humillación, pusieron su esperanza en Dios y esperaron su justicia y justificación, aunque no vieran de vuelta a sus ofensores defenestrados.


Más bien la justicia de Dios los hizo capaces de amar al enemigo con el perdón.


Para lograr esa actitud se requiere que Él nos sostenga por su Espíritu como lo hizo con su hijo Jesucristo.


Lucas 9,7-9



REFLEXIÓN

unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas


¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?


Jesús encarnaba todo eso y más, porque en él la palabra pronunciada desde siempre cobraba vida y actuaba soberanamente.


Jesús suscitó una expectativa de la cual solo los evangelios dan testimonio.


Podría ser que en ellos se plasmara el engrandecimiento que las comunidades primeras cristianas iban haciendo de su maestro.


Y que en la realidad Jesús no hubiera tenido tanta fama real como se decía.


Sin embargo el mensaje más que hablar de la fama de Jesús nos deja ante una Palabra que aporta una novedad en la vida de los creyentes y seguidores de Jesús: es alguien trascendental, significativo, mesías.Aunque no es el titular de los medios de comunicación de nuestro tiempo, muchos son los que van encontrando día a día esta verdad para sus existencias: Jesús es un mesías, un elegido para un designio, un plan, una novedad que el mismo llamó reino.


Cuán involucrados nos vemos en esta novedad?


Y tenía ganas de ver a Jesús.


El enigma de Jesús, paradójicamente en su indefensión como los anteriores profetas, hacía preocuparse a los poderosos, porque sus conciencias en ruina resurgían con culpas antiguas.

https://x.com/motivaciondehoy/status/1707341898166186215?s=20

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Ageo 1,1-8

El pueblo ha vuelto a la antigua división y brecha: ricos y pobres. De ahi el mensaje que primero es la unidad, superar la brecha y por eso es importante reconstruir el templo. Siquiera un signo de unidad

Salmo responsorial: 149

La alegría de la celebración refleja la unidad de los creyentes. Y la promueve.

Lucas 9,7-9

Las habladurías y rumores sobre Jesús inquietan a algunos. Pero Herodes no es como Pedro a quien se revela quién es Jesús, sino alguien ambicioso que le inquieta un poder emergente.