lunes, 20 de noviembre de 2023

BEATO CARLO

 

San Fulgencio de Ruspe
Tratado sobre el perdón de los pecados, libro 2,11,2-12,1. 3-4

En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque de última trompeta, porque resonará, y los muertos despertarán incorruptibles, y nosotros nos veremos transformados. Al decir «nosotros», enseña Pablo que han de gozar junto con él del don de la transformación futura todos aquellos que, en el tiempo presente, se asemejan a él y a sus compañeros por la comunión con la Iglesia y por una conducta recta.

Nos insinúa también el modo de esta transformación cuando dice: Esto corruptible tiene que revestirse de incorrupción, y esto mortal tiene que vestirse e inmortalidad. Pero a esta transformación, objeto de una justa retribución, debe preceder antes otra transformación, que es puro don gratuito.

La retribución de la transformación futura se promete a los que en la vida presente realicen la transformación del mal al bien.

 La primera transformación gratuita consiste en la justificación, que es una resurrección espiritual, don divino que es una incoación de la transformación perfecta que tendrá lugar en la resurrección de los cuerpos de los justificados, cuya gloria será entonces perfecta, inmutable y para siempre. 

Esta gloria inmutable y eterna es, en efecto, el objetivo al que tienden, primero, la gracia de la justificación y, después, la transformación gloriosa.

En esta vida somos transformados por la primera resurrección, que es la iluminación destinada a la conversión; por ella, pasamos de la muerte a la vida, del pecado a la justicia, de la incredulidad a la fe, de las malas acciones a una conducta santa. 

Sobre los que así obran no tiene poder alguno la segunda muerte. De ellos, dice el Apocalipsis: Dichoso aquel a quien le toca en suerte la primera resurrección, sobre ellos la segunda muerte no tiene poder. 

Y leemos en el mismo libro: El que salga vencedor no será víctima de la muerte segunda. Así como hay una primera resurrección, que consiste en la conversión del corazón, así hay también una segunda muerte, que consiste en el castigo eterno.

 Que se apresure, pues, a tomar parte ahora en la primera resurrección el que no quiera ser condenado con el castigo eterno de la segunda muerte. 

Los que en la vida presente, transformados por el temor de Dios, pasan de mala a buena conducta pasan de la muerte a la vida, y más tarde serán transformados de su humilde condición a una condición gloriosa

domingo, 19 de noviembre de 2023

PALABRA COMENTADA

 

domingo 33 de tiempo ordinario

Proverbios 31,10-13.19-20.30-31



REFLEXIÓN

Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de sus manos. Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma de rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura, la que teme al Señor merece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.

El sistema económico capitalista bajo el que nos ubicamos en nuestra existencia y su versión neoliberal de fin del siglo XX e inicios del XXI, ha agudizado las condiciones por las que la mujer está forzada a colaborar a la par con su pareja para cooperar con el ingreso de recursos económicos a la familia, y por los cuales se accede a los bienes necesarios y aun superfluos de la existencia.

La mujer se convierte así en una mano de obra no calificada, y también muy calificada, si cuenta con la preparación adecuada, y encuentra el trabajo y el sueldo acordes.

Queda muy lejos en el pasado la concepción de la mujer recluída en el hogar, como trabajadora exclusiva del hogar, que atiende y se desvela en las labores domésticas, para que su pareja pueda trabajar y sus hijos estén atendidos y apoyados en su educación.

Sin embargo son muchas las mujeres que aun en este sistema que las hace salir de casa a trabajar, se desempeñan igualmente-no han cesado de hacerlo- como las cuidadoras del hogar.

Por lo tanto todavía hoy, auncuando la igualdad de derechos se pregona, y de deberes también, las mujeres se gastan fuera y dentro del hogar, como fuente de riqueza material, humana y cómo no? espiritual.

Muchos identifican en la erosión de la mujer cuidadora del hogar, la causa de muchos males de la sociedad, que inician en la disfunción de la familia. Pero tampoco ellas quieren, en gran número, la reducción al exclusivo papel de cuidadoras, como en las sociedades agrarias, sino la igualdad y equidad con el varón en la importancia y significatividad en nuestras sociedades de la información.

Salmo responsorial: 127



REFLEXIÓN

y sigue sus caminos

Porque seguirlos es buscar adaptarse a los tiempos asegurando un espíritu humanizador solidario y abierto al Señor, en el cambio de condiciones que se va generando en las sociedades.

Ésta es la bendición del hombre / que teme al Señor

La bendición del hombre, de muchos hombres en situación vulnerable, es la vivencia del amor mutuo y el apoyo en el hogar y en la red social en que se inscribe como comunidad.

En el crecimiento que se realiza en la interacción humana favorable y de mutua confianza, se da la experiencia de esa bendición.

De ahí la gravedad y malicia de los actos humanos que dañan esa urdimbre de bienestar.

Nuestra sociedad tecnológicamente muy avanzada, con su atomización de individuos en su propio interés, menosprecia esta bendición, y se acarrea un creciente malestar que genera más males que bienes.

1Tesalonicenses 5,1-6



REFLEXIÓN

Cuando estén diciendo: "Paz y seguridad", entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar

Pero esa bendición no puede anclarnos miopemente en ufanarse de la felicidad definitiva. Se debe mantener siempre la alerta de la fe, que aspira a una consumación siempre mayor, y la aguarda pacientemente.Hay pendiente siempre la mayor gloria de Dios.

todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados

Esa bendición es una luz de fe, que no nos deja dormir, y ahuyenta las tinieblas del triunfalismo que paraliza la vigilancia.

Mateo 25,14-30



REFLEXIÓN

Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos

Por lo dilatado de la ausencia parece que no vendrá y nos parece que no habrá que dar cuenta.

empleado fiel y cumplidor

empleado negligente y holgazán

Ni la diligencia ni la negligencia se pueden tomar como bendiciones que garantizan que no se dará cuenta. La vigilancia para que se dé una y se evite la otra es necesaria y la expectativa de dar cuentas debe ayudar para mantenerla.

echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes

Una imagen de abandono y sufrimiento acarreados por sí mismo, sin el consuelo de ser víctima. Pero aun en ese punto nos resistimos a dar por finalizada la misericordia. Lo cual significa que la bendición se mantiene.

Qué se siente al final de este recorrido por la Palabra hoy? Que en ciertos momentos ya no aguantamos más la espera, y anhelamos fuertemente que cese el Misterio, para acceder en plenitud a la vida. La construcción es hermosa y en su devenir hay parte de recompensa. Mucho más tiene que ser la plenitud de la coronación del edificio, cuando desde la perspectiva adecuada se pueda ver la totalidad y el ensamblaje de todas las piezas. Es el gemido del Espíritu.

https://x.com/motivaciondehoy/status/1726206863073783959?s=20

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Proverbios 31,10-13.19-20.30-31

La mujer suele ser el mejor testimonio de laboriosidad en beneficio de todos, y los que saben apreciar su contribución reconocen aporte cuando la sociedad es igualitaria y equitativa con ella.

Salmo responsorial: 127

Se puede y debe temer un Señor que nos explica como es el trato con él, y no hacemos caso cuando parece estar fuera y no nos ve. Es una bendición tener en cuenta su instrucción porque nos permite prosperar y vivir bien

1Tesalonicenses 5,1-6

No hay que temer a un Señor inédito y sorpresivo que puede llegar de repente, si nos conducimos como hijos de la luz, brillando con nuestras buenas obras para beneficio de otros

Mateo 25,14-30

Velar no significa holgazanear. Ausencia física del Señor no significa ausencia del todo. Juicio final, regreso del Señor no significa necesariamente condenación, a menos que no hayas hecho nada por la vida y el Reino. Lo mínimo se puede hacer por avanzar algo. Todos están delegados en este dominio del Reino para crecerse y acrecentar en beneficio de propio y de los demás. Es lo propio de una sociedad fraternal movida por el ágape solidario.