miércoles, 10 de enero de 2024

BEATO CARLO

 


VIVIR CON SENCILLEZ LA PROFUNDIDAD DEL PADRE EN JESUS

 Del Tratado de san Ireneo, obispo, Contra las herejías
(Libro 4, 6, 3. 5. 6. 7: SC 100, 442. 446. 448-454)

 

EL PADRE ES CONOCIDO POR LA MANIFESTACIÓN DEL HIJO

 

Nadie puede conocer al Padre sin el Verbo de Dios, esto es, si no se lo revela el Hijo, ni conocer al Hijo sin el beneplácito del Padre. El Hijo es quien cumple este beneplácito del Padre; el Padre, en efecto, envía, mientras que el Hijo es enviado y viene. Y el Padre, aunque invisible e inconmensurable por lo que a nosotros respecta, es conocido por su Verbo, y, aunque inexplicable, el mismo Verbo nos lo ha expresado. Recíprocamente, sólo el Padre conoce a su Verbo; así nos lo ha enseñado el Señor. Y por esto el Hijo nos revela el conocimiento del Padre por la manifestación de sí mismo, ya que el Padre es conocido por la manifestación del Hijo: todo es manifestado por obra del Verbo.

 Para esto el Padre reveló al Hijo, para darse a conocer a todos a través de él, y para que todos los que creyesen en él mereciesen ser recibidos en la incorrupción y en el lugar del eterno consuelo (porque creer en él es hacer su voluntad).

 Ya por el mismo hecho de la creación el Verbo revela a Dios creador, por el hecho de la existencia del mundo al Señor que lo ha fabricado, por la materia modelada al artífice que la ha modelado y a través del Hijo al Padre que lo ha engendrado; sobre esto hablan todos de manera semejante, pero no todos creen de manera semejante. También el Verbo se anunciaba a sí mismo y al Padre a través de la ley y de los profetas; y todo el pueblo lo oyó de manera semejante, pero no todos creyeron de manera semejante. Y el Padre se mostró a sí mismo, hecho visible y palpable en la persona del Verbo, aunque no todos creyeron por igual en él; sin embargo, todos vieron al Padre en la persona del Hijo, pues la realidad invisible que veían en el Hijo era el Padre, y la realidad visible en la que veían al Padre era el Hijo.

 El Hijo, pues, cumpliendo la voluntad del Padre, lleva a perfección todas las cosas desde el principio hasta el fin, y sin él nadie puede conocer a Dios. El conocimiento del Padre es el Hijo, y el conocimiento del Hijo está en poder del Padre y nos lo comunica por el Hijo. En este sentido decía el Señor: Nadie conoce al Hijo sino el Padre, como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar. Las palabras se lo quiere revelar no tienen sólo un sentido futuro, como si el Verbo hubiese empezado a manifestar al Padre al nacer de María, sino que tienen un sentido general que se aplica a todo tiempo. En efecto, el Padre es revelado por el Hijo, presente ya desde el comienzo en la creación, a quienes quiere el Padre, cuando quiere y como quiere el Padre. Y por esto, en todas las cosas y a través de todas las cosas, hay un solo Dios Padre, un solo Verbo, el Hijo, y un solo Espíritu, como hay también una sola salvación para todos los que creen en él.

martes, 9 de enero de 2024

PALABRA COMENTADA

 

Martes 1 de tiempo ordinario

Año Par

1Samuel 1, 9-20



REFLEXIÓN

Llegados a su casa de Ramá, Elcaná se unió a su mujer, Ana, y el Señor se acordó de ella. Ana concibió, dio a luz un hijo y le puso de nombre Samuel, diciendo: "¡Al Señor se lo pedí!"

La mujer fértil continúa siendo en diferentes culturas una normalidad, un suceso común.

Sin embargo, la suerte de otras infértiles, por contraste hace frágil esta normalidad, porque también la infertilidad es frecuente.

Y en toda cultura concebir y dar a luz un hijo sano se sigue viendo como algo muy bueno, tanto así que al nacer la madre pregunta con cierta ansiedad:¿nació completo, nació sano?.

La Palabra nos ayuda a mirar más hondo en la bendición del Señor, presente en la  fertilidad, pero también presente en el nacimiento defectuoso, y aun en la infertilidad, tal como muchas parejas nos enseñan a vivirlo.

Porque los infértiles-hombres y mujeres-se pueden abrir con generosidad a la adopción, en caso de que sus esfuerzos por corregir la naturaleza fracasen.

Y los padres de niños enfermos, que reciben una carga y un problema, con frecuencia reaccionan asumiendo su misión de dar existencia digna al débil.

Otro ángulo de la fertilidad es la concepción de hijos en y para la miseria y pobreza. Son muchas las parejas que no saben cómo administrar este poder de transmitir vida. Y se multiplican irresponsablemente.

Pero la responsabilidad también corresponde a quienes pueden diseñar un mundo más humano y equitativo, en el que un recién nacido goce de oportunidades de crecimiento, y no más bien se considere condenado a la indignidad.

Interleccional: 1Samuel 2



REFLEXIÓN

mi poder se exalta por Dios

La maternidad es una potencialidad donada, no arrebatada, ni por derecho. Es una misión para quien la posee. Involucra en un proceso de humanización digna, ante la que no siempre se encuentra la pareja a la altura.

Incluso hay especies de animales que enseñan más calidad en la paternidad-maternidad, que algunos de nuestros humanos.

El Señor nos ayuda a cualificar este poder humano de transmisión de la existencia. Es una sociedad, una asociación, una cooperación para la vida junto con el Creador. Somos sus socios!

la mujer estéril da a luz siete hijos, mientras la madre de muchos queda baldía

La fertilidad humana realza el poder prolífico de Dios en la naturaleza, para los creyentes en un Creador. Se muestra como un bien común, para muchos, para los más.

Como don de Dios es distribuído entre la muchedumbre sin sectarismos, ni divisiones de raza, fortuna, credo o cualquier otro motivo.

Por eso el canto de Ana, y luego el de María la madre de Jesús, es reinvindicativo: se glorifica al Señor que corrige los males de la cultura, emponzoñada por la división y la opresión del más fuerte y afortunado.

Marcos 1,21-28



REFLEXIÓN

el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar

La comunidad recuerda o ha escuchado de Jesús como maestro, en el lugar donde se aprendía a base de las Escrituras en aquel tiempo: la sinagoga.

La sinagoga se ofrecía como una cátedra en la que se daba un comentario de la Palabra recibida como del Señor y se aplicaba a la vida de cada día.

se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad

El método de Jesús nace de su contacto y observación con la realidad de su entorno. Hace que su reflexión sea fresca, de primera mano y apegada a la vida corriente.

No necesitaba, ni hacía gala de erudición sobre lo que otros habían dicho como interpretación de la Palabra. Se atrevía, con su experiencia a proponer su propia interpretación.

El Espíritu que nos ha concedido nos urge a elaborar nuestra propia interpretación, para que así la Palabra habíte en nuestra vida concreta.

El magisterio es un referente para ayudarnos pero no suple nuestra interpretación.

"¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen."

La Palabra asumida con la propia experiencia en fe nos conduce al afrontamiento de un anti-reino y a la construcción de un reino.

No lo inventamos sino que lo recreamos en nuestras circunstancias concretas.

El sentido de autoridad que se enfatiza es el de una realidad tan contundente que no precisa más discusión y ahí muere toda.

Se impone una realidad desconocida, o no usual. Se acredita un hombre fuerte, por la seguridad de lo que dice y hace, sin titubeos.

Comunica que él sabe lo que hace, que se pueden fiar, y que seguirlo es algo seguro y no fraudulento. Algo de lo que carecemos hoy: percibir un guía que no es un fraude.

Somos muchos los que vivenciamos la fragilidad por sentirnos incompletos, inacabados y fraudes. No somos lo que decimos y actuamos que queremos ser. Somos inconsistentes. Pero en algunos se puede percibir una chispa redentora que creciendo puede llevar a una restauración aceptable.

Una precisión de Marcos que marca la diferencia. Lo común era que letrados que podían leer y escribir, abundasen en la sabiduría de las profecías, por los comentarios de otros letrados anteriores. Se trataba de una escritura comentada tradicionalmente: el talmud.

Jesús no sigue ese método. Abre una nueva forma de aproximación a la Escritura. Habla por sí mismo, da su propia ciencia, no pide aprobación. Entre sus escuchas se siente la autoridad, el peso de lo que dice, pero también la heterodoxia, porque no sigue el camino de otros.

El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió

La sanación tiene lugar con muy pocos detalles dramáticos, dando a entender una posesión demoníaca.

Con este gesto Jesús muestra que su enseñanza entraña un cambio en la realidad de las cosas. Se trata de restaurar a hombres y mujeres en sufrimiento, a una vida más digna.


https://x.com/motivaciondehoy/status/1744676717833150572?s=20

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