domingo, 28 de abril de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

5 Domingo de Pascua B

Hechos de los apóstoles 9,26-31



REFLEXIÓN

pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera realmente discípulo

Una experiencia común en el curso de nuestra existencia: la desconfianza por la mala fama o el rumor de mala fama.

Por lo menos nos paraliza en nuestra acogida y escucha a cualquier mensaje que el digno de desconfianza puede aportar.

La credibilidad humana y la confianza son como un capital volátil que levanta vuelo con el primer temblor y no regresa fácilmente. 

Es lo que se dice de los inversionistas, y lo podemos aplicar a las relaciones interpersonales.

Quien se reconoce indigno de credibilidad requiere el doble de esfuerzo por acreditar su valor. Pero quienes contemplan como observadores también tienen que hacer el esfuerzo de reciclar los prejuicios y dar oportunidad a la regeneración. Es más evangélico porque nos acerca al perdón setenta veces siete.

Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles

Un intermediario que aporte una experiencia diferente puede cambiar el escenario de prejuicio. Es una misión útil y delicada, interceder por los excluídos, en base a información alternativa que ayude a completar el conocimiento.

En una época tan proclive al culto de los ángeles, aun en plan de metodología de superación personal, quizás debiéramos considerar como ángeles, más bien, a intermediarios humanos oportunos para cambiar los prejuicios y las perspectivas.

En esto somos mensajeros del reino.

Saulo les contó cómo había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús

Desde temprano la comunidad del camino buscaba certificar, desde el carisma de autoridad, las iniciativas y las misiones que podría suscitar el Espíritu del Glorificado.

En nuestro tiempo, para algunos, este paso no es importante. Sólo sentir y apropiarse de la misión lo es.

que se propusieron suprimirlo

el extremo de la desconfianza y el prejuicio es el fundamentalismo tenaz en sus filias y fobias. Ya fuimos advertidos por el Señor que el homicidio para algunos es un servicio a Dios.

La iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea, y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo

No obstante los conflictos, dificultades y persecuciones, la mirada de Lucas y su comunidad es de un optimismo de fe en la extensión del reino.

Aunque Jerusalén se mantiene como lugar de rechazo del mensaje de Jesús, por su élite de poder .

Se echa de menos un poco en nuestro tiempo una comunicación más vigorosa sobre la extensión del reino de Dios, que supera los males y cuya paz sobrepuja los odios.

El anti reino parece enquistado en los medios de comunicación social que fomentan el morbo, el desánimo, el pesimismo. Al anti reino no le interesa la acreditación del reino.

Salmo responsorial: 21



REFLEXIÓN

Cumpliré mis votos delante de sus fieles

Las promesas rotas por nuestra infidelidad no deben ser nuestra última palabra por pesimismo. Más que creer en nosotros y nuestras fuerzas podemos creer en la prodigiosa y superabundante vida que nos dona el Señor, que se abre paso en su designio más allá de nuestras debilidades.

1Juan 3,18-24


REFLEXIÓN

no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras

Fue parafraseado por Ignacio de Loyola en la Contemplación para alcanzar amor de los ejercicios espirituales: el amor está más en las obras que en las palabras. Y lo redunda el refranero español: obras son amores y no buenas razones.

en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.

Porque nuestra conciencia se puede entrampar con la culpa tóxica que no le da tregua a la paz del perdón. Por eso el Señor como paz de la conciencia es una anti culpa de la conciencia. Es la agonía de la noche oscura que sólo puede apoyarse en la convicción de la fe.

si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.

Es el nivel de homoestasis espiritual.

Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó.

Se trata de la plenitud de la ley cumplida en Jesús de Nazareth glorificado.

Juan 15,1-8



REFLEXIÓN

a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto

Nuestra visión y apreciación de la poda, pasividades de disminución, aporta sentido a nuestra existencia. Porque la frustración como síntoma de pérdida nos desorienta de la intencionalidad de ese dolor: que crezcamos, que demos más fruto.

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

En Jesús el dolor no es aniquilación sino desarrollo, incremento a la plenitud. Es el Padre amándonos para acercarnos más a Él.

La permanencia se da por vinculación y ésta es la experiencia de una intimidad en la que se logra articular el yo, con un tú y un nosotros.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1388817404168445956?s=20

motivaciondehoy


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5 Domingo de Pascua B

Hechos de los apóstoles 9,26-31

Salmo responsorial: 21

1Juan 3,18-24

Juan 15,1-8

BEATO CARLO

BEATO CARLO

 BEATO CARLO




De los Sermones de san Máximo de Turín, obispo
(Sermón 53, 1-2. 4: CCL 23, 214-216)

CRISTO ES EL DÍA


Por la resurrección de Cristo se abren las puertas de la región de los muertos; por obra de los neófitos la tierra es renovada; por obra del Espíritu Santo se abren las puertas del cielo. La región de los muertos, una vez abierta, devuelve a sus prisioneros; la tierra renovada germina a los resucitados; el cielo abierto acoge a los que a él ascienden.

El ladrón sube al paraíso, los cuerpos de los santos entran en la ciudad santa, los muertos regresan entre los vivos y, por la acción eficaz de la resurrección de Cristo, todos los elementos se ven enaltecidos.

La región de los muertos deja salir de sus profundidades a los que allí estaban retenidos, la tierra envía al cielo a los que en ella estaban sepultados, el cielo presenta al Señor a los que acoge en sus moradas; y la pasión del Salvador, con una sola e idéntica operación, nos levanta desde lo más profundo, nos eleva de la tierra y nos coloca en lo alto.

La resurrección de Cristo es vida para los difuntos, perdón para los pecadores, gloria para los santos. Por esto el salmista invita a toda la creación a celebrar la resurrección de Cristo, al decir que hay que alegrarse y llenarse de gozo en este día en que actuó el Señor.

La luz de Cristo es un día sin noche, un día que no tiene fin. El Apóstol nos enseña que este día es el mismo Cristo, cuando dice: La noche va pasando, el día está encima. La noche -dice- va pasando, no dice: «vuelve», para darnos así a entender que, con la venida de la luz de Cristo, se ahuyentan las tinieblas del demonio y no vuelve ya más la oscuridad del pecado, y que, con este indeficiente resplandor, son rechazadas las tinieblas de antes, para que el pecado no vuelva a introducirse subrepticiamente.

Tal es el día del Hijo, a quien el Padre comunica, de un modo arcano, la luz de su divinidad. Tal es el día que dice, por boca de Salomón: Yo hice nacer en los cielos la luz indeficiente.

Por esto, del mismo modo que la noche no sucede al día del cielo, así también las tinieblas del pecado no pueden suceder a la justicia de Cristo. El día celeste no cesa nunca de dar su luz y resplandor, ni hay oscuridad alguna capaz de ponerle fin; así también la luz de Cristo brilla, irradia, centellea siempre, y las tinieblas de los delitos no pueden vencerla, como dice el evangelista Juan: Esta luz brilla en las tinieblas, pero las tinieblas no la vencieron.

Por tanto, hermanos, todos debemos alegrarnos en este día santo. Nadie se retraiga de la común alegría, aunque tenga conciencia de sus pecados; nadie se aparte de la oración común, aunque se sienta agravado por sus culpas. En este día, nadie, por más que se sienta pecador, debe desesperar del perdón, ya que se trata de un día sobremanera privilegiado. Si el ladrón obtuvo la gracia del paraíso, ¿por qué el cristiano no ha de obtener el perdón?