domingo, 5 de mayo de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 6 de Pascua

Hechos de los apóstoles 10,25-26.34-35.44-48



REFLEXIÓN

Levántate, que soy un hombre como tú.

A nuestro modo también procedemos como Cornelio pero no como Pedro: homenajeamos al enviado y perdemos de vista al que envía en vez de dar importancia al mensaje por encima del mensajero.

En la Palabra los mediadores son relativos, importa el mensaje y su autor. Mensaje y autor, Dios Padre y Salvación es lo que ha de perdurar. Los demás estamos de paso y nuestra gloria es servir la Palabra.

se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se derramara también sobre los gentiles

Los impuros, los no escogidos, los de fuera, los sin salvación reciben el Espíritu y sorprenden.

Como los menospreciados de Nazaret de donde se duda que salga alguien bueno como Jesús, así los gentiles no daban esperanza de nada que valiera la pena.

Pero al contrario recibieron el Espíritu, sorprendiendo.

Nosotros, los hijos del tiempo que cacarea  la igualdad y equidad, somos de lo más clasistas. Sin poner etiquetas y clasificar no damos un paso. Para ubicarnos necesitamos establecer si alguien es de derecha o izquierda. Y muchos no se atreven a decir su Espíritu para no ser etiquetados.

Se etiqueta a los homosexuales como pervertidos y se les niega el Espíritu de amor para amar de verdad y con verdad. Es como sorprenderse porque ellos pueden y saben amar, porque están llamados al amor.

¿Se puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?"

Se sorprendería más bien Pedro y los pedro actuales de ver cómo se niega el agua del bautismo, la identidad cristiana, la pertenencia a una comunidad, la fraternidad de los seguidores de Jesús a quienes tienen el Espíritu por fuera.

Salmo responsorial: 97



REFLEXIÓN

El Señor da a conocer su victoria

La victoria del Señor es esa que se abre paso como sol entre tinieblas en las circunstancias históricas nuestras, desde intervenciones y detalles aparentemente insignificantes. Su victoria es el cambio en los corazones que toman decisiones y afectan el tejido social.

Cambio que se genera en las entrañas de los hombres, quienes dejan de meditar el crimen en sus lechos, y se arrepienten para decidirse a hacer el bien, la justicia, la paz, la fraternidad.

1Juan 4,7-10



REFLEXIÓN

todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios

En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados

A pesar del desgaste de los términos con el paso de los años, el amor sigue reuniendo adeptos y estableciendo vinculaciones. El de Dios que damos por sentado, pero quizás no vivenciamos hasta los tuétanos, es una iniciativa generosa, libre y gratuita mediante un don: Jesús de Nazaret.

Jesús como don del amor del Padre, tiene como misión potenciarnos en amar también al hermano, más allá del propio amor, querer e interés.

Juan 15,9-17



REFLEXIÓN

lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

Aunque Jesús no es cómplice de la injusticia, como humano crece en la justicia y en el amor. Entra en el proceso de guardar la voluntad del Padre y así permanecer en su agrado. Así nos precede en lo que nos revela: guardar para permanecer.

Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.

Dar la vida en el sentido radical: con sangre. Darla en sentido amplio: gastarla en el servicio.

todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer

Es propio de nuestra condición ir por el mundo sabiendo lo que nos espera y qué esperar. De el Señor Jesús hemos recibido conocimiento suficiente para el camino.

soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.

Como me eligió y envió sabe que esperar de mí. Estoy en sus manos.

De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé

Que su Espíritu en nosotros se intensifique hasta eliminar los obstáculos que le interponemos para llevar a término lo que nos corresponde del Designio del Padre.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1391354242900926464?s=20

motivaciondehoy


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Domingo 6 de Pascua

Hechos de los apóstoles 10,25-26.34-35.44-48

Salmo responsorial: 97

1Juan 4,7-10

Juan 15,9-17

DOCTORES DE LA IGLESIA

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

San Cirilo de Alejandría Comentario a la II carta a los Corintios 5,5 - 6,2



Los que poseen las arras del Espíritu y la esperanza de la resurrección, como si poseyeran ya aquello que esperan, pueden afirmar que desde ahora ya no conocen a nadie según la carne: todos, en efecto, somos espirituales y ajenos a la corrupción de la carne. Porque, desde el momento en que ha amanecido para nosotros la luz del Unigénito, somos transformados en la misma Palabra que da vida a todas las cosas. 

REFLEXIÓN

No obstante la precariedad y modestia de nuestro existir, en medio del fragor de lucha por una vida de calidad superior cada vez, debe anidar en nosotros una convicción, una plataforma desde la cual sabemos que estamos en una luz nueva y en un horizonte prometedor. Allí reside nuestro gozo.

Y, si bien es verdad que cuando reinaba el pecado estábamos sujetos por los lazos de la muerte, al introducirse en el mundo la justicia de Cristo quedamos libres de la corrupción. Por tanto, ya nadie vive en la carne, es decir, ya nadie está sujeto a la debilidad de la carne, a la que ciertamente pertenece la corrupción, entre otras cosas; en este sentido, dice el Apóstol: si alguna vez juzgamos a Cristo según la carne, ahora ya no. 

REFLEXIÓN

Juzgar a Cristo según la carne es una seducción constante en el camino de la fe, cuando la evidencia de fe parpadea, enmudece, y nuestra conciencia duda entenebrecida. Quienes así juzgan no descansan porque cualquier evidencia es una puerta que abre a otra, y así para nunca acabar, sin poder llegar a una conclusión firme. Nuestro juicio supera la carne cuando se adhiere a la Palabra y asiente desde lo más profundo, y allí descansa.

Es como quien dice: La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y, para que nosotros tuviésemos vida, sufrió la muerte según la carne, y así es como conocimos a Cristo; sin embargo, ahora ya no es así como lo conocemos. Pues, aunque retiene su cuerpo humano, ya que resucitó al tercer día y vive en el cielo junto al Padre, no obstante, su existencia es superior a la meramente carnal, puesto que murió de una vez para siempre y ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Si tal es la condición de aquel que se convirtió para nosotros en abanderado y precursor de la vida, es necesario que nosotros, siguiendo sus huellas, formemos parte de los que viven por encima de la carne, y no en la carne. Por eso, dice con toda razón san Pablo: El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado. Hemos sido, en efecto, justificados por la fe en Cristo, y ha cesado el efecto de la maldición, puesto que él ha resucitado para liberarnos, conculcando el poder de la muerte; y, además, hemos conocido al que es por naturaleza propia Dios verdadero, a quien damos culto en espíritu y en verdad, por mediación del Hijo, quien derrama sobre el mundo las bendiciones divinas que proceden del Padre. 

REFLEXIÓN

La justificación es la vida nueva que por fe poseemos. Mucho más que la tierra prometida y la descendencia que por fe poseyó Abraham.

Por lo cual, dice acertadamente san Pablo: Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo, ya que el misterio de la encarnación y la renovación consiguiente a la misma se realizaron de acuerdo con el designio del Padre. No hay que olvidar que por Cristo tenemos acceso al Padre, ya que nadie va al Padre, como afirma el mismo Cristo, sino por él. Y, así, todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió y nos encargó el ministerio de la reconciliación.