De la Homilía del papa Pablo sexto, en la canonización de los mártires de Uganda
(AAS 56 [1964], 905-906)
LA GLORIA DE LOS MÁRTIRES SIGNO DE RENOVACIÓN
Estos mártires africanos añaden una nueva página a aquella lista de vencedores llamada Martirologio, página que contiene unos hechos a la vez siniestros y magníficos; página digna de formar parte de aquellas ilustres narraciones de la antigua África, que nosotros, los que vivimos en esta época, pensábamos, como hombres de poca fe, que nunca tendrían una continuación adecuada.
¿Quién hubiera podido sospechar, por ejemplo, que aquellas actas, tan conmovedoras, de los mártires escilitanos, de los mártires cartagineses, de los mártires de la «blanca multitud» de Útica, recordados por san Agustín y Prudencia, de los mártires de Egipto, ampliamente ensalzados en los escritos de Juan Crisóstomo, de los mártires de la persecución de los vándalos, se verían enriquecidas en nuestro tiempo con nuevas historias, en las que se narrarían unas hazañas no inferiores en fortaleza y en brillantez?
¿Quién hubiera podido imaginar que a aquellos ilustres mártires y confesores africanos, tan conocidos y recordados, como Cipriano, Felicidad y Perpetua, y Agustín, aquel gran hombre, añadiríamos un día los nombres tan queridos de Carlos Lwanga, de Matías Mulumba Kalemba y de sus veinte compañeros? Sin olvidar aquellos otros, de confesión anglicana, que sufrieron la muerte por el nombre de Cristo.
Estos mártires africanos significan, en verdad, el inicio de una nueva era. No permita Dios que el pensamiento de los hombres retorne a las persecuciones y conflictos de orden religioso, sino que tiendan a una renovación cristiana y civil.
África, regada con la sangre de estos mártires, los primeros de esta nueva era (y quiera Dios que los últimos, tratándose de un holocausto tan grande y de tanto precio), África renace libre y dueña de sí misma.
Aquel crimen, del que ellos fueron víctima, es tan abominable y tan significativo, que proporciona un motivo claro y suficiente para que este nuevo pueblo adquiera una formación moral, para que prevalezcan nuevas costumbres espirituales y sean transmitidas a los descendientes, para que sea como un símbolo eficaz del paso de un estado de vida simple y primitivo, en el que no faltaban unos valores humanos dignos de consideración, pero que era también corrompido y débil y como esclavo de sí mismo, a una cultura más civilizada, que tienda a unas más elevadas expresiones de la mente humana y a unas superiores condiciones de vida social.
Reflexiones o Comentarios para compartir, orientar, iluminar la fe, la esperanza y el amor. Dirigido a todos y todas que sientan algún provecho. Tanto cuanto
lunes, 3 de junio de 2024
San Carlo
domingo, 2 de junio de 2024
PALABRA COMENTADA
PALABRA COMENTADA
Festividad del Cuerpo de Cristo
Éxodo 24,3-8
REFLEXIÓN
Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor
Poner por escrito indica una civilización más avanzada, una sociedad que no se conforma con la tradición oral, y seguramente, no pertenece al momento en el que el relato está insertado.
Poner por escrito para una cultura de la voz es un cambio, que a no pocos disgustará y llenará de suspicacia, animados por una especie de teoría de la conspiración.
El asunto es que, poner por escrito un asunto como el compromiso de Dios con su pueblo y viceversa es un mayor grado de obligación, de memoria, de presencia. Porque no es como la palabra de voz, que se la lleva el viento.
El escrito se alza como un testigo de lo acordado, que se puede volver letra muerta sin espíritu, como descubrió posteriormente el pueblo de Israel, y constata frecuentemente el pueblo cristiano.
"Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos."
Sangre vertida signo de sacrificio: plenitud de vida como consecuencia del pacto.
Así miran algunos los tratados de libre comercio de los pueblos pequeños con los grandes: como plenitud de vida económica. Sólo que es una realidad con reverso. La ruina económica y la pobreza de vida para otros.
Sangre como rúbrica del pacto. Una palabra empeñada que se apoya con la existencia.
No es sangre humana como en otras culturas. Sangre de los vencidos en batallas, o los tomados a la fuerza.
Por más que las culturas han probado diferentes expresiones de entrega y radicalidad en sus compromisos, no se puede decir que hayan tenido éxito rotundo. Si no que lo diga la tambaleante y precaria institucionalidad.
Hace falta que el sacrificio no sea violencia que se expresa con otros ajenos, inocentes, o violentados. Sino que parta del fondo de la verdad de la propia persona, y sea coherente con su entrega cotidiana.
Salmo responsorial: 115
REFLEXIÓN
¿Cómo pagaré al Señor / todo el bien que me ha hecho? / Alzaré la copa de la salvación, / invocando su nombre.
La copa no está llena de sangre, sino que es memorial de la sangre. Se ofrece desde las Escrituras un cambio de visión. No se necesita la sangre de nadie, sino el memorial.
Por eso utilizar el término sacrificio es ambiguo, porque se puede dar a entender violencia, víctimización, homicidio, denegación e infravaloración de la vida humana.
Mucho le cuesta al Señor / la muerte de sus fieles.
Porque la vida es un bien, un don de su amor. Esto se refiere a toda la vida, no solamente en su dimensión eterna.
La visión de la exclusiva importancia de la vida eterna llevó en el pasado a matanzas en nombre del Señor. Por afirmar la vida eterna se infravaloró la vida entera y contrariamos el designio del reino.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza, / invocando tu nombre, Señor. / Cumpliré al Señor mis votos / en presencia de todo el pueblo
Es nuestro sacrificio: alabar, invocar, cumplir.
Hebreos 9,11-15
REFLEXIÓN
No usa sangre de machos cabríos ni de becerros, sino la suya propia; y así ha entrado en el santuario una vez para siempre, consiguiendo la liberación eterna. Si la sangre de machos cabríos y de toros y el rociar con las cenizas de una becerra tienen poder de consagrar a los profanos, devolviéndoles la pureza externa, cuánto más la sangre de Cristo, que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto del Dios vivo.
Jesús es “no más sangre, basta con la mía”. En su nombre lo que toca es la conformación de una cultura no violenta, ni sanguinaria, ni victimizadora, sino más bien de mucha vida, entera y eterna.
El cambio de sacrificios humanos a sacrificios de animales, fue un aporte de Israel en el conjunto de las culturas. Un aporte de humanización.
El cambio de Jesús de Nazareth y sus seguidores, inspirados por él, de sacrificios de animales a la propia oblación, es para los creyentes en su cuerpo y sangre, el culmen de la humanización y hominización.
También la creación puede respirar porque no será más, en principio, justificado su sacrificio para que el ser humano exista. La clave de la relación deberá ser la autodonación y la oblación.
Marcos 14,12-16.22-26
REFLEXIÓN
cuando se sacrificaba el cordero pascual,
Se ubica la entrega de Jesús en el contexto sacrificial de los corderos para celebrar la Pascua Judía. Con intención teológica se hace: entender el sentido del sacrificio novedoso único de Jesús: sacrificio sin sangre humana, sin víctima humana, sin violencia sobre nada ni humano ni creatural. Termina así un régimen, un enfoque, una perspectiva.
Desde Jesús de Nazareth y en seguimiento de su actuar, celebraremos la alabanza al Padre con la sangre que ofrece vida del Hijo.
"Tomad, esto es mi cuerpo."
Jesús cede su identidad, la comparte. Desde ahora en adelante estamos invitados a ser otros Cristos para servicio del reino del Padre.
Se oye mucho hoy sobre la ambiguación y la ambigüedad como síntomas del déficit de identidad en las personas e instituciones. Por y para eso se refundan.
La identidad de Jesús en su cuerpo donado y entregado significan sus palabras y su obras en servicio del designio, del reino de su Padre.
"Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos
Lo único que queda del antiguo régimen es el memorial. La capacidad del imaginario popular para no olvidar jamás, para vivir la presencia siempre.
Jamás y siempre son conceptos duros para la mentalidad líquida de hoy. Se requiere inspiración y acompañamiento del Espíritu.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1401502935805304833?s=20
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Festividad del Cuerpo de Cristo
Éxodo 24,3-8
Salmo responsorial: 115
Hebreos 9,11-15
Marcos 14,12-16.22-26