jueves, 20 de junio de 2024

SAN CARLO ACUTIS

BEATO CARLO

TESTIMONIO SOBRE CARLO
 Del Tratado de san Cipriano, obispo y mártir, Sobre la oración del Señor
(Cap. 18. 22: CSEL 3, 280-281. 283-284)


DESPUÉS DEL ALIMENTO, PEDIMOS EL PERDÓN DE LOS PECADOS

Continuamos la oración y decimos: Danos hoy nuestro pan de cada día. Esto puede entenderse en sentido espiritual o literal, pues de ambas maneras aprovecha a nuestra salvación. En efecto, el pan de vida es Cristo, y este pan no es sólo de todos en general, sino también nuestro en particular. Porque, del mismo modo que decimos: Padre nuestro, en cuanto que es Padre de los que lo conocen y creen en él, de la misma manera decimos: Nuestro pan, ya que Cristo es el pan de los que entramos en contacto con su cuerpo.

Pedimos que se nos dé cada día este pan, a fin de que los que vivimos en Cristo y recibimos cada día su eucaristía como alimento saludable no nos veamos privados, por alguna falta grave, de la comunión del pan celestial y quedemos separados del cuerpo de Cristo, ya que él mismo nos enseña: Yo soy el pan vivo bajado del cielo; todo el que coma de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo voy a dar es mi carne ofrecida por la vida del mundo.
Por lo tanto, si él afirma que los que coman de este pan vivirán eternamente, es evidente que los que entran en contacto con su cuerpo y participan rectamente de la eucaristía poseen la vida; por el contrario, es de temer, y hay que rogar que no suceda así, que aquellos que se privan de la unión con el cuerpo de Cristo queden también privados de la salvación, pues el mismo Señor nos conmina con estas palabras:
Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. Por eso pedimos que nos sea dado cada día nuestro pan, es decir, Cristo, para que todos los que vivimos y permanecemos en Cristo no nos apartemos de su cuerpo que nos santifica.

Después de esto, pedimos también por nuestros pecados, diciendo: Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Después del alimento, pedimos el perdón de los pecados.

Esta petición nos es muy conveniente y provechosa, porque ella nos recuerda que somos pecadores, ya que, al exhortarnos el Señor a pedir el perdón de los pecados, despierta con ello nuestra conciencia. Al mandarnos que pidamos cada día el perdón de nuestros pecados, nos enseña que cada día pecamos, y así nadie puede vanagloriarse de su inocencia ni sucumbir al orgullo.

Es lo mismo que nos advierte Juan en su carta, cuando dice: Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, fiel y bondadoso es el Señor para perdonarnos y purificarnos de toda iniquidad.

Dos cosas nos enseña en esta carta: que hemos de pedir el perdón de nuestros pecados, y que esta oración nos alcanza el perdón. Por esto dice que el Señor es fiel, porque él nos ha prometido el perdón de los pecados y no puede faltar a su palabra, ya que, al enseñarnos a pedir que sean perdonados nuestras ofensas y pecados, nos ha prometido su misericordia paternal y, en consecuencia, su perdón.

miércoles, 19 de junio de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 11 de tiempo ordinario

Año Par

2Reyes 2, 1. 6-14



REFLEXIÓN

"¿Dónde está el Dios de Elías, dónde?" Golpeó el agua, el agua se dividió por medio, y Eliseo cruzó.

Porque Eliseo tenía parte del espíritu de Elías pudo comprobarlo, repitiendo el portento de la división de las aguas, como otro Moisés.

Así Eliseo rememoraba a Elías como Moisés, también considerado profeta.

En el Nuevo Testamento Jesús de Nazareth será mostrado como anunciado espíritu de Elías en Juan Bautista, o como el mismo Elías, y sus discípulos Pedro y Juan actuarán curaciones en espíritu de Jesús.

La Palabra guardada en la comunidad creyente cristiana fue leyendo a Jesús y encontrándole significado cada vez más relevante en las Escrituras judías, apropiándose de ellas en clave de su maestro, y creyendo que esta lectura estaba inspirada por el Espíritu de Jesús, dejado como paráclito.

Moisés en Elías redivivo. Gesto que alza la memoria a la gesta del éxodo. 

Este recurso bíblico plantea una continuidad del actuar del Señor en sucesivas generaciones. Y su intervención prefiguradora de Jesús, ápice de todo el movimiento de la Palabra inspirada.

un carro de fuego con caballos de fuego

Nos podemos quedar en la imagen, usarla como símbolo, o usarla como lenguaje. Se muestra una realidad que existe para quienes aceptan y entienden de otra dimensión: la del Misterio de Dios comunicante.

Salmo responsorial: 30



REFLEXIÓN

En el asilo de tu presencia los escondes / de las conjuras humanas

Efectivamente, en la presencia por fe del Señor hallamos la reciedumbre y la inmunidad, frente a las acechanzas que buscan perjudicarnos, en la lucha por la vida.

Y si son nuestra responsabilidad, nos llevan a una mayor conciencia de ella, para no llegar a echar culpas a otros. O repararlas.

Mateo 6,1-6.16-18



REFLEXIÓN

como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente con el fin de ser honrados por los hombres

Limosna, oración y ayuno: la ética judía transformada en cristiana por el secreto y el anonimato. 

Se evita así la apariencia y engaño de justicia, por la justicia en sí. 

Como fermento en la masa, el testimonio hace su efecto, por el acompañamiento del Padre a esta conducta, que sobre todo es sincera para con Él.

En algunas expresiones de solidaridad activista social se echa de ver un prurito de exhibicionismo ante las cámaras de los medios de comunicación social, como justos ante los hombres, mientras entre ellos mantienen la injusticia en otras formas.

En el tiempo de Jesús se daba el fenómeno de santones y hombres de Dios, porque en una estructura social teocrática, todo lo que indicara relación sobresaliente con los símbolos divinos ayudaba a la buena fama, al éxito y la prosperidad.

Es interesante que Jesús no se suma a esa corriente, entre los que destacaban los fariseos, los separados santones públicos.

La arrogancia y el menosprecio de los ignorantes de la ley, tenidos por pecadores, era su marca distintiva.

En nuestro tiempo no hay santones religiosos, sino sociales y economistas. 

Con la predicación demagógica sobre la pobreza por un lado, o sobre las maravillas del capital por otro, en su anuncio, pretenden constituirse en el perfil de la nueva sociedad.

Y una vez se constituyen en poder, avasallan toda conciencia recta construída en el discernimiento.

cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha

Se observa en alguno miembros religiosos una modestia de cuerpo u organización, una discreción colectiva, sobre el bien que se hace. 

Parece una aplicación institucional del evangelio en cuanto hacer la justicia en lo secreto donde solo el Padre lo ve y recompensa.

cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará

El Padre recompensa desde ya confiriendo por fe una visión sobre la vida, la realidad, el mundo que por sí misma se sostiene como auténtica. 

Se trata de una consistencia interna que se expresa en serenidad y paz, casi todo el tiempo.

En estos días hay anhelos de figuración, de protagonismo.

Otros sienten haber sido olvidados y no ser ocupados, porque se ven todavía capaces. 

No debemos olvidar el derrotero de la historia en manos del Señor, para hacer su voluntad. 

Todo debe ser impregnado por esta convicción.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1537043942851723264?s=20&t=Y21-iHP-p9N9w_unrjn3sQ

motivaciondehoy


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Miércoles 11 de tiempo ordinario

Año Par

2Reyes 2, 1. 6-14

Salmo responsorial: 30

Mateo 6,1-6.16-18