lunes, 11 de agosto de 2025

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS


 

De las cartas de san Maximiliano María Kolbe, presbítero y mártir.
(Gli scritti di Massimiliano Kolbe eroe di Oswiecim e beato della Chiesa, vol 1, Cittá di Vita, Firenze 1975, pp 44-46. 113-114)


EL IDEAL DE LA VIDA APOSTÓLICA ES LA SALVACIÓN Y SANTIFICACIÓN DE LAS ALMAS.

Me llena de gozo, querido hermano, el celo que te anima en la propagación de la gloria de Dios. En la actualidad se da una gravísima epidemia de indiferencia, que afecta, aunque de modo diverso, no sólo a los laicos, sino también a los religiosos. Con todo, Dios es digno de una gloria infinita. Siendo nosotros pobres criaturas limitadas y, por tanto, incapaces de rendirle la gloria que él merece, esforcémonos, al menos, por contribuir, en cuanto podamos, a rendirle la mayor gloria posible.

La gloria de Dios consiste en la salvación de las almas, que Cristo ha redimido con el alto precio de su muerte en la cruz. La salvación y la santificación más perfecta del mayor número de almas debe ser el ideal más sublime de nuestra vida apostólica. Cuál sea el mejor camino para rendir a Dios la mayor gloria posible y llevar a la santidad más perfecta el mayor número de almas, Dios mismo lo conoce mejor que nosotros, porque él es omnisciente e infinitamente sabio. Él, y sólo él, Dios omnisciente, sabe lo que debemos hacer en cada momento para rendirle la mayor gloria posible. ¿Y cómo nos manifiesta Dios su propia voluntad? Por medio de sus representantes en la tierra. La obediencia, y sólo la santa obediencia, nos manifiesta con certeza la voluntad de Dios. Los superiores pueden equivocarse, pero nosotros obedeciendo no nos equivocamos nunca. Se da una excepción: cuando el superior manda algo que con toda claridad y sin ninguna duda es pecado, aunque éste sea insignificante; porque en este caso el superior no sería el representante de Dios.

Dios, y solamente Dios infinito, infalible, santísimo y clemente, es nuestro Señor, nuestro creador y Padre, principio y fin, sabiduría, poder y amor: todo. Todo lo que no sea él vale en tanto en cuanto se refiere a él, creador de todo, redentor de todos los hombres y fin último de toda la creación. Es él quien, por medio de sus representantes aquí en la tierra, nos revela su admirable voluntad, nos atrae hacia sí, y quiere por medio nuestro atraer al mayor número posible de almas y unirlas a sí del modo más intimo y personal.

Querido hermano, piensa qué grande es la dignidad de nuestra condición por la misericordia de Dios. Por medio de la obediencia nosotros nos alzamos por encima de nuestra pequeñez y podemos obrar conforme a la voluntad de Dios. Más aún: adhiriéndonos así a la divina voluntad, a la que no puede resistir ninguna criatura, nos hacemos más fuertes que todas ellas. Ésta es nuestra grandeza; y no es todo: por medio de la obediencia nos convertimos en infinitamente poderosos.

Éste y sólo éste es el camino de la sabiduría y de la prudencia, y el modo de rendir a Dios la mayor gloria posible. Si existiese un camino distinto y mejor, Jesús nos lo hubiera indicado con sus palabras y su ejemplo. Los treinta años de su vida escondida son descritos así por la sagrada Escritura: Y les estaba sujeto. Igualmente, por lo que se refiere al resto de la vida toda de Jesús, leemos con frecuencia en la misma sagrada Escritura que él había venido a la tierra para cumplir la voluntad del Padre.

Amemos sin límites a nuestro buen Padre: amor que se demuestra a través de la obediencia y se ejercita sobre todo cuando nos pide el sacrificio de la propia voluntad. El libro más bello y auténtico donde se puede aprender y profundizar este amor es el Crucifijo. Y esto lo obtendremos mucho más fácilmente de Dios por medio de la Inmaculada, porque a ella ha confiado Dios toda la economía de la misericordia.

La voluntad de María, no hay duda alguna, es la voluntad del mismo Dios. Nosotros, por tanto, consagrándonos a ella, somos también como ella, en las manos de Dios, instrumentos de su divina misericordia. Dejémonos guiar por María; dejémonos llevar por ella, y estaremos bajo su dirección tranquilos y seguros: ella se ocupará de todo y proveerá a todas nuestras necesidades, tanto del alma como del cuerpo; ella misma removerá las dificultades y angustias nuestras.

domingo, 10 de agosto de 2025

PALABRA COMENTADA


 

domingo 19 de tiempo ordinario

Sabiduría 18, 6-9



REFLEXIÓN

Tu pueblo esperaba ya la salvación de los inocentes y la perdición de los culpables,

pues con una misma acción castigabas a los enemigos y nos honrabas, llamándonos a ti.

Las intervenciones del Señor en el curso de la historia, como golpes del tallador en una obra,van de acuerdo a su designio y juicio de salvación.

Al dirigirse a la voluntad de los pueblos y proponerlas a su voluntad libre, se convierten por sí mismas en juicio para la salvación o condenación, según la decisión humana.

Corresponden así al anhelo profundo del corazón de todos que esperamos justicia en la vida y en la historia, y que no triunfe el mal ni sus auspiciadores.

se imponían esta ley sagrada:

que todos los santos serían solidarios en los peligros y en los bienes

Sin formar parte del decálogo, como ley constitucional positiva del pueblo, la solidaridad entre los que esperan forma parte de la raíz humana.

Es previa a la aparición del individuo, porque es una solidaridad a nivel de creación como hijos de Dios.

Viene desde la primera pareja que en el paraíso y fuera de él, compartía la suerte y proyecto común de dominar la tierra y darle sentido, aunque fuera con dolor.

Salmo responsorial: 32



REFLEXIÓN

Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos

En el fondo late un cierto miedo y reserva, que pertenece a viejo prejuicio de que Dios es temible y castigador, y sólo Él tiene la verdad. Pero en el corazón también se encuentra la inclinación de alabarlo, aclamarlo porque su Vida nos da vida, nos da sentido, y su intervención es salvífica y liberadora siempre, más allá de nuestras expectativas. Jesús, su acción de gracias, es su don más allá de lo que podemos barruntar. Es la posibilidad de las posibilidades, la llave del futuro y de la regeneración.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia,

para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre

Una diferencia radical entre los creyentes y los no creyentes la constituye el sentido de compañía y escucha que acompaña a aquellos.

Ambos segmentos tienen sus propios riesgos según la decisión tomada:los creyentes pueden padecer la ilusión de contar con Alguien que los mira y compadece.

Los no creyentes afrontan la soledad existencial, ahora y después.

Hebreos 11, 1-2. 8-19



REFLEXIÓN

La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve

Luminosa oscuridad es la fe.

No es fácil conjugar esta seguridad enigmática de la fe que no se identifica con ninguna de nuestras seguridades mundanas.

Más bien es la experiencia de la dependencia expectante de la misericordia y amor del Señor, que nos permite cierta paz y serenidad, pero no permite anidar definitivamente.

Porque reconocemos que el Señor tiene la última palabra. Es nuestro homenaje de creatura.

recobró a Isaac como figura del futuro

En cuáles circunstancias históricas particulares y coyunturales se nos presentará la figura del futuro? Qué prueba y donación hemos de ofrecer para que se dé?

Lucas 12, 32-48



REFLEXIÓN

Jesús a sus discípulos: "No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino

El don está dado. Pero el pan no está cocido. Falta nuestra parte.

Para eso:

Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla

Debemos actuar favoreciendo una convivencia común más equitativa.

La redistribución de las riquezas no es un asunto exclusivo del gobierno y de los impuestos, sino de cada ser humano.

Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón

Y algo así no llegará a lograrse por imposición arbirtraria sino seduciendo el corazón; ganando la actitud del corazón para que ponga su ganancia o tesoro en compartir.

Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.

Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo.

Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.

Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete.

Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre."

Junto a la conversión del corazón habrá necesidad de un sentido del tiempo en estado de alerta constante, para no ser sorprendidos por el ladrón del reino, que son todos aquellos que se activan contra el compartir.

Pedro le preguntó: "Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?"

El Señor le respondió: "¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas?

Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes.

Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles.

El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos

Nadie se escapa de este designio, ni siquiera los que deben servir al reino, como las iglesias.

Estamos en una coyuntura propicia para que se den mejores apóstoles y jerarquías, más capaces de servir al pueblo en la solidaridad del ágape.

Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá

Toda jerarquía y poder está llamada a dar cuentas, no sólo las eclesiásticas.

El mundo arrogante se cimenta en la ilusión de la impunidad, y no sabe lo que le espera, hasta que cae.Va por todos.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1556252129731436545?s=20&t=hlTjCKBxCsksBN-mWAEHUQ

https://x.com/i/status/1954206059989545354 100825

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domingo 19 de tiempo ordinario

Sabiduría 18, 6-9

Salmo responsorial: 32

Hebreos 11, 1-2. 8-19

Lucas 12, 32-48