jueves, 21 de agosto de 2025

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS



“Hacen cola durante horas para ir a un concierto”, decía, “pero no se quedan incluso un momento antes del tabernáculo "

De la Constitución apostólica Divino afflátu del papa san Pío décimo
(AAS 3 [1911], 633-635)

LA VOZ DE LA IGLESIA QUE RESUENA DULCEMENTE

Es un hecho demostrado que los salmos, compuestos por inspiración divina, cuya colección forma parte de las Sagradas Escrituras, ya desde los orígenes de la Iglesia sirvieron admirablemente para fomentar la piedad de los fieles, que ofrecían continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el tributo de los labios que van bendiciendo su nombre, y que además, por una costumbre heredada del antiguo Testamento, alcanzaron un lugar importante en la sagrada liturgia y en el Oficio divino. De ahí nació lo que san Basilio llama «la voz de la Iglesia», y la salmodia, calificada por nuestro antecesor Urbano octavo como «hija de la himnodia que se canta asiduamente ante el trono de Dios y del Cordero», y que, según el dicho de san Atanasio, enseña, sobre todo a las personas dedicadas al culto divino, «cómo hay que alabar a Dios y cuáles son las palabras más adecuadas» para ensalzarlo. Con relación a este tema, dice bellamente san Agustín: «Para que el hombre alabara dignamente a Dios, Dios se alabó a sí mismo; y, porque se dignó alabarse, por esto el hombre halló el modo de alabarlo.»

Los salmos tienen, además, una eficacia especial para suscitar en las almas el deseo de todas las virtudes. En efecto, «si bien es verdad que todas las partes de la Escritura, tanto del antiguo como del nuevo Testamento, están inspiradas por Dios y son útiles para instruir, según está escrito, sin embargo, el libro de los salmos, como el paraíso en el que se hallan (los frutos) de todos los demás (libros sagrados), prorrumpe en cánticos y, al salmodiar, pone de manifiesto sus propios frutos junto con aquellos otros.» Estas palabras son también de san Atanasio, quien añade asimismo: «A mi modo de ver, los salmos vienen a ser como un espejo, en el que quienes salmodian se contemplan a sí mismos y sus diversos sentimientos, y con esta sensación los recitan.» San Agustín dice en el libro de sus Confesiones: «¡Cuánto lloré con tus himnos y cánticos, conmovido intensamente por las voces de tu Iglesia que resonaba dulcemente! A medida que aquellas voces se infiltraban en mis oídos, la verdad se iba haciendo más clara en mi interior y me sentía inflamado en sentimientos de piedad, y corrían las lágrimas, que me hacían mucho bien.»

En efecto, ¿quién dejará de conmoverse ante aquellas frecuentes expresiones de los salmos en las que se ensalza de un modo tan elevado la inmensa majestad de Dios, su omnipotencia, su inefable justicia, su bondad o clemencia y todos sus demás infinitos atributos, dignos de alabanza? ¿En quién no encontrarán eco aquellos sentimientos de acción de gracias por los beneficios recibidos de Dios, o aquellas humildes y confiadas súplicas por los que se espera recibir, o aquellos lamentos del alma que llora sus pecados? ¿Quién no se sentirá inflamado de amor al descubrir la imagen esbozada de Cristo redentor, de quien san Agustín «oía la voz en todos los salmos, ora salmodiando, ora gimiendo, ora alegre por la esperanza, ora suspirando por la realidad»?

miércoles, 20 de agosto de 2025

PALABRA COMENTADA


 

MIÉRCOLES 20 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Jueces 9,6-15



REFLEXIÓN

para ir a mecerme sobre los árboles?

Jotam tiene razones para repudiar a Abimelec, que masacró su familia.

Pero la parábola tiene un sentido que trasciende, como muchos, planteamientos humanos cuyo alcance no es posible verificar inmediatamente.

En este caso se ridiculiza la monarquía, que en aquel momento debe ser más primitiva y menos arrogante que su evolución posterior, pero que da indicios de un estilo asumido con una resistencia creciente , porque no garantiza que sea ejercida por el más apto, ni es señal de un servicio sino más bien de abuso de poder.

No obstante su profundo discernimiento diario por el magis, la mayor gloria de Dios en una coyuntura específica, Ignacio fue obediente ante la autoridad constituída, como era el papa en su momento.

El fue un modelo de obediencia discerniente, inteligente, proactiva, no pasiva. Pero no menospreció la autoridad.

En seguimiento de su estilo de glorificación a la voluntad del Señor, tenida por fe en los mandatos de las autoridades legítimas, otros hijos suyos sacrificaron sus propias convicciones personales y obedecieron, y la posteridad les dio la razón posteriormente.

Porque la obediencia por fe inspirada en Jesús de Nazareth, quien es el sí al Padre y del Padre, obtiene de él su dignificación y gloria, más allá de las apariencias de humillación y abajamiento.

La rebeldía y resistencia actuales, generalizadas en el mundo, son un campo de trabajo para la evangelización, pero con instrumentos diferentes a la predicación.

Sólo se entenderá de corazón la obediencia de fe, con actitudes y actos de obediencia humilde, empezando por cualquier figura de autoridad.

Salmo responsorial: 20



REFLEXIÓN

lo has vestido de honor y de majestad.

La majestad de la autoridad que detenta el poder es en el enfoque bíblico un don del Señor.

Implica que sea reconocido el Señor como quien bendice y glorifica.

La nueva autoridad del poder evangélico de Jesús y sus seguidores, brillaba por su influencia en las conciencias de los que escuchaban y seguían.

Es una autoridad basada en un servicio a una causa común, ejercida con amor de ágape, fe y esperanza.

El perfil de esta autoridad es el de un pastor que se desvive por el rebaño, aun con sacrificio de la propia vida.

Así estaríamos muy lejos de la caricatura de la parábola de Jueces.

En la actualidad hay un desprestigio de la autoridad que entre sus causas cuenta con el engreimieno de su poder.

Con ese poder han dominado y victimizado. Y también corrompido conciencias, porque su mal ejemplo lleva a tener por justa la anarquía y el desorden que se provoca con las protestas.

Mateo 20,1-16



REFLEXIÓN

Nadie nos ha contratado

La ocupación plena es un objetivo deseado de las sociedades, pues asegura un nivel de bienestar económico generalizado, y previene el malestar social, lo cual es una amenaza para su estabilidad.

En la parábola sobre el reino se muestra este ideal de ocupación plena, que también era un problema en la Jerusalén de tiempos de Jesús.

Tal ideal y la paga se muestran como dones gratuitos del Señor, dueño de todo.

Pero no es mirado por todos de la misma forma. Para unos lo que es una paga correcta, proporcionada y justa, para otros es una injusticia. Conclusión que alimenta la comparación envidiosa.

El reino se muestra como un dominio donde trabajo y paga pueden ser vistos con agradecimiento, como bendición del dueño de todo.

Un agradecimiento que brota de tener ocupación y sustento, sin envidias ni divisiones.

Un enfoque que desafía los proyectos de sociedad que elaboramos, en los que la envidia no se cuenta como mal común.

Y la envidia no se cura con campañas publicitarias engañosas.

pensaban que recibirían más

Las expectativas que nacen de las suposiciones que dicta nuestro auto merecimiento y auto apreciación muchas veces nos enajenan de nuestro real valor, y en base a este auto engaño exigimos y protestamos por no ser tratados de acuerdo al auto perfil.

Falla nuestra auto crítica para establecer un balance honesto de nuestras fortalezas y debilidades por un lado, y para aceptar de buen grado la valoración que se hace de mí.

En el terreno de la fe implica enfocarme más en lo que yo debo obtener y lo que se me debe, que en la gratuidad y amor del Señor.

Cuando nos abrimos a esa libertad del Señor y a la valoración que nos comunica a través de los acontecimientos, nos liberamos de nosotros mismos y las exigencias de nuestro ego.

¿Es que no tengo libertad para hacer lo quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos".

Descubrimos entonces que en el reino el servicio es la gloria que más nos plenifica y mejor nos realiza en presencia del Señor.

De esa convicción nace la paz del corazón y del Espíritu.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1694305238503886876?s=20

https://x.com/motivaciondehoy  200825

COMPARTIR LA PALABRA

MIÉRCOLES 20 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Jueces 9,6-15

Salmo responsorial: 20

Mateo 20,1-16