viernes, 29 de agosto de 2025

SAN CARLO ACUTIS DE ASIS






 De las Homilías de san Beda el Venerable, presbítero
(Homilía 23: CCL 122, 354. 356-357)


PRECURSOR DEL NACIMIENTO Y DE LA MUERTE DE CRISTO

El santo Precursor del nacimiento, de la predicación y de la muerte del Señor mostró en el momento de la lucha suprema una fortaleza digna de atraer la mirada de Dios, ya que, como dice la Escritura, aunque, a juicio de los hombres, haya sufrido castigos, su esperanza estaba llena de inmortalidad. Con razón celebramos su día natalicio, que él ha solemnizado con su martirio y adornado con el fulgor purpúreo de su sangre; con razón veneramos con gozo espiritual la memoria de aquel que selló con su martirio el testimonio que había dado del Señor.

No debemos poner en duda que san Juan sufrió la cárcel y las cadenas y dio su vida en testimonio de nuestro Redentor, de quien fue precursor, ya que, 
si bien su perseguidor no lo forzó a que negara a Cristo, si trató de obligarlo a que callara la verdad; ello es suficiente para afirmar que murió por Cristo.

Cristo, en efecto, dice: Yo soy la verdad; por consiguiente, si Juan derramó su sangre por la verdad, la derramó por Cristo; y él, que precedió a Cristo en su nacimiento en su predicación y en su bautismo, anunció también con su martirio, anterior al de Cristo, la pasión futura del Señor.

Este hombre tan eximio terminó, pues, su vida derramando su sangre, después de un largo y penoso cautiverio. Él, que había evangelizado la libertad de una paz que viene de arriba, fue encarcelado por unos hombres malvados; fue encerrado en la oscuridad de un calabozo aquel que vino a dar testimonio de la luz y a quien Cristo, la luz en persona, dio el título de «lámpara que arde y que ilumina»; 
fue bautizado en su propia sangre aquel a quien fue dado bautizar al Redentor del mundo, oír la voz del Padre que resonaba sobre Cristo y ver la gracia del Espíritu Santo que descendía sobre él. Mas a él, todos aquellos tormentos temporales no le resultaban penosos, sino más bien leves y agradables, ya que los sufría por causa de la verdad y sabía que habían de merecerle un premio y un gozo sin fin.

La muerte —que de todas maneras había de acaecerle por ley natural— era para él algo apetecible, teniendo en cuenta que 
la sufría por la confesión del nombre de Cristo y que con ella alcanzaría la palma de la vida eterna. Bien lo dice el Apóstol: Dios os ha dado la gracia de creer en Jesucristo y aun de padecer por él. El mismo Apóstol explica, en otro lugar, por qué sea un don el hecho de sufrir por Cristo: Los padecimientos de esta vida presente tengo por cierto que no son nada en comparación con la gloria futura que se ha de revelar en nosotros.

jueves, 28 de agosto de 2025

PALABRA COMENTADA


 

JUEVES 21 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar


1Tesalonicenses 3,7-13



REFLEXIÓN


vosotros, con vuestra fe, nos animáis;


Sucede con la gente que vemos creer en privado y en público. Nos edifican, nos reconstruyen. Nos animan. Es respetable la fe de las muchedumbres que vitorean el Papa, a pesar de las críticas de dentro y de fuera.


nos allanen el camino para ir a veros


En la oración apostólica y cualquier otra, se aguza la visión de las circunstancias para hallar

al Señor providente, allanando las vías y proceder adelante en su nombre.


Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos.


Un amor genuino lleva a compartir, no a dividir, ni a preferir a unos sobre otros.


Salmo responsorial: 89



REFLEXIÓN


Mil años en tu presencia / son un ayer, que pasó; / una vela nocturna


Nuestra medida del tiempo no tiene que ver con la eternidad. Pero se siente muy lenta, a veces, en la espera.


Mateo 24,42-51


REFLEXIÓN



Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor


Es una recomendación para nuestro itinerario: permanecer velando, mantenerse alerta, no dormirse.


Un sentido de esta buscada ignorancia puede ser la sinceridad del buen obrar.


El Señor nos pide que actuemos de corazón, no con fingimiento.


Si supiéramos cuándo viene el Señor no seríamos todo lo honestos que debemos para hacer el bien, porque calcularíamos la bondad según que el Señor nos vea o no.


Por eso nuestra vida consiste en llevarlo en lo profundo, considerando por fe que siempre estamos en su presencia, y que seguimos su voluntad por Él, no por premios o castigos.


Obremos lo contrario de los empleados visitados por usuarios, que ocultamente son inspectores, para sorprender cualquier falla en su ejecución o atención a los demás usuarios. Ellos se "portan bien” por si acaso son vigilados.


Una sociedad configurada por la falta de credibilidad en la honradez de sus miembros, multiplica los medios de vigilancia, humanos e instrumentales, pero con ese método no asegura su buena voluntad.


si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa


Es correcto. Aun a pesar de nuestros modernos sistemas de vigilancia y seguridad, no sabemosel día y la hora en que nos puede sorprender un ladrón.


Aunque monitoreemos satelitalmente la tromba marina que se transforma en huracán, no sabemos a ciencia cierta el lugar exacto en el que tocará tierra, para prevenir mejor el daño.


Todavía hay eventos que escapan a nuestra predicción y localización y nos mantienen vigilantes para no dejarnos sorprender.


Es una actitud, la de la fe, que se yergue como centinela haciendo vela, para detectar al enemigo.


Porque éste no descansa: ni el interno ni el externo.


Ignacio fue el maestro del discernimiento, del examen, del alerta que escruta la construcción de la fe, para que no sea saboteada, ni erosionada por falta de vigilancia.


estad también vosotros preparados


La madurez de la fe consiste en la autonomía moral. Para los creyentes no se trata de un absoluto de la norma o de la ley o del orden, o de la autoridad introyectada. Esto acaba por no funcionar, porque el miedo y la culpa no sirven para siempre.


Se trata del amor agradecido y cooperador del creyente, que hace todo en nombre de una amistad eterna, que nunca terminará, y que es progresiva, en el absoluto de su unión.


a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre


Lo cual puede significar en este dicho de Jesús: el que les habla, o el juez del último día.


Un dicho que alimentó la vigilancia ansiosa y expectante de las primeras generaciones de comunidades cristianas. Sólo que con el pasar del tiempo la vigilancia en algunos se descuidó.


Quizás porque esa venida está siendo todos los días, como un proceso hasta que se cierre finalmente la historia. Si es que algún día se cierra.


¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues dichosos ese criado si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así.


Un criado que sirve hasta el final es el paradigma de un fiel vigilante. Porque la alerta se debe dar como fidelidad en el servicio. No se alaba el vigilante refugiado en un templo, en adoración perpetua. Sino en servicio constante.


Porque en eso consistirá nuestro mérito para el juicio: en nuestro servicio de salvación.


La educación en todas sus manifestaciones y ámbitos se esfuerza, de acuerdo a su visión de extraer lo mejor de todos y todas, por constituir sujetos autónomos, responsables, involucrados y comprometidos con el buen obrar en alerta para no sucumbir.


Es una competencia genérica: la capacidad de comportarse como vigilantes de los procesos que forman personas de calidad.


Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes


Quien es así de responsable, será capaz de recibir misiones más complejas.


como se merecen los hipócritas


Servirse y maltratar en vez de servir, porque nadie nos hace nada ni se da cuenta es hipocresía.


Hacer de nuestra capa un sayo, sin cuidar la fraternidad porque no se nos vigila es hipocresía.


La convicción en el servicio que brota de dentro es lo que se aprecia.


Los que no están a la altura de su misión, debieron servir con un estilo propio y defraudaron.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1697204703874924885?s=20

https://x.com/motivaciondehoy  280825

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JUEVES 21 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

1Tesalonicenses 3,7-13

El gozo producido por el amar apostólico, que tiene su fuente en el desarrollo de la fe de los creyentes, y que mueve a la acción de gracias. Este gozo gratuito, despojado de amor propio, es señal del buen espíritu.

Salmo responsorial: 89

Hasta cuándo espero, también es una señal que merece ser discernida, como amor propio impaciente, o un desafío a fiarme más de Dios dejando todo en sus manos, porque confío que sabe mejor que yo lo que más conviene para la edificación del Reino.

Mateo 24,42-51

La vela cuando se prolonga más allá de nuestras expectativas nos desafía a una mayor consistencia y coherencia de fe, sobretodo porque nos exige mayor amor apostólico y que no se reserve únicamente para cuando estamos de buen ánimo.