martes, 1 de febrero de 2022

BEATO CARLO

 
SER COMO TODOS PARA SER COMO DIOS
Del Tratado de san Ireneo, obispo, Contra las herejías
                  (Libro 3, 19, 1. 3-20, 1: SC 34, 332. 336-338)


CRISTO PRIMICIAS DE NUESTRA RESURRECCIÓN

El Verbo de Dios se hizo hombre y el Hijo de Dios se hizo Hijo del hombre para que el hombre, unido íntimamente al Verbo de Dios, se hiciera hijo de Dios por adopción.

En efecto, no hubiéramos podido recibir la incorrupción y la inmortalidad si no hubiéramos estado unidos al que es la incorrupción y la inmortalidad en persona. ¿Y cómo hubiésemos podido unirnos al que es la incorrupción y la inmortalidad, si antes él no se hubiese hecho uno de nosotros, a fin de que nuestro ser corruptible fuera absorbido por la incorrupción y nuestro ser mortal fuera absorbido por la inmortalidad, para que recibiésemos la filiación adoptiva?

Así pues, este Señor nuestro es Hijo de Dios y Verbo del Padre por naturaleza, y también es Hijo del hombre, ya que tuvo una generación humana, hecho Hijo del hombre a partir de María, la cual descendía de la raza humana y a ella pertenecía.

Por esto el mismo Señor nos dio una señal en las profundidades de la tierra y en lo alto de los cielos, señal que no había pedido el hombre, porque éste no podía imaginar que una virgen concibiera y diera a luz, y que el fruto de su parto fuera Dios con nosotros, que descendiera a las profundidades de la tierra para buscar a la oveja perdida (el hombre, obra de sus manos), y que, después de haberla hallado, subiera a las alturas para presentarla y encomendarla al Padre, convirtiéndose él en primicias de la resurrección. Así, del mismo modo que la cabeza resucitó de entre los muertos, también todo el cuerpo (es decir, todo hombre que participa de su vida, cumplido el tiempo de su condena, fruto de su desobediencia) resucitará, por la trabazón y unión que existe entre los miembros y la cabeza del cuerpo de Cristo, que va creciendo por la fuerza de Dios, teniendo cada miembro su propia y adecuada situación en el cuerpo. En la casa del Padre hay muchas moradas, porque muchos son los miembros del cuerpo.

Dios se mostró magnánimo ante la caída del hombre y dispuso aquella victoria que iba a conseguirse por el Verbo. Al mostrarse perfecta la fuerza en la debilidad, se puso de manifiesto la bondad y el poder admirable de Dios.

RESPONSORIO    1Co 15, 20. 22. 21

R. Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. * Y lo mismo que en Adán todos mueren, en Cristo todos serán llamados de nuevo a la vida.
V. Lo mismo que por un hombre hubo muerte, por otro hombre hay resurrección de los muertos.
R. Y lo mismo que en Adán todos mueren, en Cristo todos serán llamados de nuevo a la vida

lunes, 31 de enero de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 4 de tiempo ordinario

Año Par

2Samuel 15,13-14.30;16,5-13ª



REFLEXIÓN

David subió la Cuesta de los Olivos; la subió llorando, la cabeza cubierta y los pies descalzos.

Motivo bíblico del pasado para significar el presente de Jesús de Nazaret, para los cristianos?

La fe de la comunidad buscaba fortalecerse en los liderazgos de la historia del pueblo elegido.

No se eligieron motivos de glorias humanas y grandes triunfos, sino que el nuevo David fue rastreado en las Escrituras con clave nueva: la cruz.

Lo que en su momento significaba muerte ignominiosa, o cadalso de rebelde, se transfiguraba en holocausto de redención.

Otra clave que aportó para los creyentes el caso Jesús fue la identificación de una constante en la historia humana: una desviación, un desvarío, una locura, un error sistemático dentro del sistema de plenitud llamado pecado.

Una especie de cáncer endémico en las regiones del espíritu de libertad.

Y todos sus compañeros llevaban cubierta la cabeza y subían llorando

El revés sufrido por David y su corte venía de uno de los suyos: una traición.

Muy propia de reinos sin dinastía como el del Norte posteriormente. Pero ahora se daba en la estabilidad del prolongado reino davídico.

Como para hacer pensar que la estabilidad de la roca de Sión y su rey era un don del Señor. No bastaba la astucia política.

"Ya veis. Un hijo mío, salido de mis entrañas, intenta matarme, ¡y os extraña ese benjaminita! Dejadlo que me maldiga, porque se lo ha mandado el Señor. Quizás el Señor se fije en mi humillación y me pague con bendiciones estas maldiciones de hoy."

Si somos honestos caeremos en cuenta, frente a la humillación que nos sobrevenga de las circunstancias históricas, que no somos totalmente inocentes. Es el principio de la justificación en el Señor.

Gente buena y aun santos de altar, por sus escritos y vida se conoce, pidieron a Dios humillaciones. Parecería masoquismo.

Pero cuando se capta el sentido que transmiten: que no somos del todo inocentes, que somos culpables en alguna forma siempre, que quien se conozca sabrá que es enfermo y necesita médico, entonces no resultan tan extrañas esas peticiones.

El don del conocimiento del pecado y del mal actuantes en mí, es un fruto buscado en la primera semana de los ejercicios de San Ignacio de Loyola.

Más bien es un don gozoso, porque aviva un deseo de perdón y misericordia, para sí y para otros y otras, que busca una regeneración que se va constatando y no depende finalmente de nuestro esfuerzo.

Salmo responsorial: 3



REFLEXIÓN

el Señor me sostiene. / No temeré al pueblo innumerable / que acampa a mi alrededor

Más bien es de gloriarse porque la circunstancias adversas presagian la intervención liberadora del Señor.

Marcos 5,1-20



REFLEXIÓN

le salió al encuentro, desde el cementerio, donde vivía en los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo

Parece la descripción de un equizofrénico, sin que por etiquetarlo hoy así, sepamos realmente qué sucede y por qué se produce, aparte de algunas hipótesis socioeconómicas.

Un perdedor aislado y repudiado por un mundo que presume de pureza y teme la contaminación.

Porque la intervención de Jesús, que recoge la comunidad creyente detrás del evangelista, no la mira como un hecho aislado que se pierde en el tiempo, sino como algo más que nos afecta para siempre.

Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras.

Era el drama humano inédito, que la salvación de Jesús saca del anonimato y alivia con misericordia.

Porque el mundo de los ganadores cubre el sufrimiento de muchos, con velos de indiferencia e indolencia, para no verse conmocionado en su seguridad sobre de lo que son ganadores.

La enfermedad, las dolencias, la muerte se convierten en enigma inquietante para ese mundo que no haya otro modo de librarse sino huyendo y quitando la vista.

Por Dios te lo pido, no me atormentes." Porque Jesús le estaba diciendo: "Espíritu inmundo, sal de este hombre."

Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca

Los vulnerables en su proceso de liberación pueden extraviarse, porque confunden la seguridad de lo conocido, a lo que se aferran, con la vida nueva que se les ofrece.

Por eso sin nuestra colaboración en dejarnos llevar más allá de nuestras resistencias, el Señor no fuerza lo que llamamos milagro.

Un caso de resistencia frente al sanador. Se le teme al que puede liberar. Ya que liberarnos requiere concitar lo mejor de nuestras fuerzas.

Y esto no es posible sin batallar contra las fuerzas contrarias a la salud.

Somos así-desde la célula más recóndita- un campo de batalla.

Un problema más profundo en la enfermedad y opresión, es no ver la salvación sino en permanecer en tal esclavitud.

Habría que liberar como Jesús, en tal caso, por encima del aparente deseo real del oprimido, para que acceda a la verdadera salvación.

Tal iniciativa puede ser tomada por invasiva e irrespetuosa de los derechos de la persona, argumento que a su vez es perverso, porque mantiene las cadenas y la esclavitud.

Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Se quedaron espantados. Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su país

Ese es el mercado: una construcción humana a costa del bienestar integral de la persona, si se lo permitimos.

Si no lo regulamos y le permitimos ser exclusivamente extensión del mundo de ganadores se convierte en un monstruo que devora sus creadores.

Este ser humano recuperó su dignidad perdida.

Lo cuál no sucedió sin un costo económico alto para esos criadores de cerdos.

Parece un asunto de prioridades: dignidad o cerdos.

El costo de la liberación puede ser muy alto, proporcionalmente a los medios de alguien.

el endemoniado le pidió que lo admitiese en su compañía.

La curación no significó en este caso que se diera paso a una relación de discipulado.

anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia

A los ojos de Jesús es una misión tan válida e importante como seguirlo en su estilo de vida: proclamar la misericordia del Señor en la propia vida.

Surge así un ministerio que no entraña el seguimiento físico del Señor Jesús, pero sí su Espíritu de misión.

Tan importante como esto es recuperar la dignidad de la persona para glorificar al Señor.

El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.

En el proceso de liberación de los propios males es importante dar testimonio en el propio lugar que se resiste a creer que pueda haber otra salvación que ser ganadores.

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