domingo, 13 de septiembre de 2020

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

San Agustín Sermón sobre los pastores 46,1-2

 No acabáis de aprender ahora precisamente que toda nuestra esperanza radica en Cristo y que él es toda nuestra verdadera y saludable gloria, pues pertenecéis a la grey de aquel que dirige y apacienta a Israel. Pero, ya que hay pastores a quienes les gusta que les llamen pastores, pero que no quieren cumplir con su oficio, tratemos de examinar lo que se les dice por medio del profeta. Vosotros escuchad con atención, y nosotros escuchemos con temor. Me vino esta palabra del Señor: «Hijo de Adán, profetiza contra los pastores de Israel, profetiza diciéndoles». Acabamos de escuchar esta lectura; ahora podemos comentarla con vosotros. El Señor nos ayudará a decir cosas que sean verdaderas, en vez de decir cosas que sólo sean nuestras. Pues, si sólo dijésemos las nuestras, seríamos pastores que nos estaríamos apacentando a nosotros mismos, y no a las ovejas; en cambio, si lo que decimos es suyo, él es quien os apacienta, sea por medio de quien sea. Esto dice el Señor: «¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No son las ovejas lo que tienen que apacentar los pastores?» Es decir, que no tienen que apacentarse a sí mismos, sino a las ovejas.

COMENTARIO

Son reflexiones importantes para una época como la nuestra en la que se ve gran número de ministros escandalizando al rebaño, haciendo difícil su entrega de fe, alejándolos quizás definitivamente. Tanta prepotencia, tanto lujo, tanto encubrimiento de otros como cómplices, tantas víctimas a quienes solo la solidaridad de los nos ministros han llevado a denunciar abusos, violaciones, indignidades. Está siendo una hora de tinieblas, y la luz que sabemos resplandecerá, tomará su tiempo.

sábado, 12 de septiembre de 2020

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 23 de tiempo ordinario

1Corintios 10, 14-22

14Por tanto, amados míos, huyan de la idolatría. 15Les hablo como a sabios; juzguen ustedes lo que digo. 16La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la participación en la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la participación en el cuerpo de Cristo? 17Puesto que el pan es uno, nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo; porque todos participamos de aquel mismo pan. 18Consideren al pueblo de Israel: los que comen los sacrificios, ¿no participan del altar? 19¿Qué quiero decir, entonces? ¿Que lo sacrificado a los ídolos es algo, o que un ídolo es algo? 20No, sino que digo que lo que los Gentiles sacrifican, lo sacrifican a los demonios y no a Dios; no quiero que ustedes sean partícipes con los demonios. 21Ustedes no pueden beber la copa del Señor y la copa de los demonios; no pueden participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios. 22¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos, acaso, más fuertes que El?

 


COMENTARIO

El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?

Estar contigo y compartir entre nosotros genera algún grado de comunión, de fraternidad.

Ya no somos enteramente extraños, ni incomunicados.El compartir de la familia, de la pareja, de los grupos con los con se tiene contacto profesional, ministerial.

Hay una demanda de solidaridad en esos contactos, una salida del anonimato y una construcción de redes sanadoras, positivas y amorosas, sopladas o inspiradas desde dentro con una energía suave, pacífica, intensa y profunda.

los gentiles ofrecen sus sacrificios a los demonios, no a Dios, y no quiero que os unáis a los demonios.

Hoy se revalora la cultura indígena y sus sacrificios. Ya no se les llama demonios.

Pero entre los mismos indígenas había cultos más humanos que otros, menos dañinos que otros.

Como entre nosotros, hay elementos de la cultura que favorecen y otros que no la fraternidad y la comunión en Cristo.

No podéis beber de los dos cálices, del del Señor y del de los demonios

Es como el cojear que denunciaba Elías:baal y Yavé.

Pero cómo evitar un crecimiento o decrecimiento en el sincretismo, que afirma uno y debilita otro en un proceso de purificación o de degeneración.

¿Vamos a provocar al Señor?

Una cosa es la maldad y otra la debilidad. Es lo que debemos discernir.

Salmo responsorial: 115



COMENTARIO

¿Cómo pagaré al Señor / todo el bien que me ha hecho? / Alzaré la copa de la salvación, / invocando su nombre

Tú me has sacado de la idolatría, así sea en intención y gracia.

Nos queda irte agradeciendo con el alzar de la copa y la comida de tu pan, para que este proceso no se detenga y se profundice tu purificación.

Cumpliré al Señor mis votos / en presencia de todo el pueblo

Habíamos hecho votos y promesas en tu presencia y no los seguimos cumpliendo. A menos que en la práctica rutinaria de nuestra vida posterior, hayamos podido con tu gracia entrar en el proceso de entrega de lo que una vez te prometimos, pero sin una estructura determinada institucional.

Lucas 6, 43-49

43"Porque no hay árbol bueno que produzca fruto malo, ni a la inversa, árbol malo que produzca fruto bueno. 44"Pues cada árbol por su fruto se conoce. Porque los hombres no recogen higos de los espinos, ni vendimian uvas de una zarza. 45"El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
46
"¿Por qué ustedes Me llaman: 'Señor, Señor,' y no hacen lo que Yo digo? 47"Todo el que viene a Mí y oye Mis palabras y las pone en práctica, les mostraré a quién es semejante: 48es semejante a un hombre que al edificar una casa, cavó hondo y echó cimiento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el torrente dio con fuerza contra aquella casa, pero no pudo moverla porque había sido bien construida. 49"Pero el que ha oído y no ha hecho nada, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra, sin echar cimiento; y el torrente dio con fuerza contra ella y al instante se desplomó, y fue grande la ruina de aquella casa."



COMENTARIO

No hay árbol sano que dé fruto dañoso, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol se conoce por su fruto

A la vista de algunos resultados parciales en nuestro servir nos consuela esta palabra, porque sostienes nuestra sanidad por encima de lo dañoso.

El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal, porque lo que rebosa del corazón, lo habla la boca

Viniendo de ti es muy alentador esta palabra.

Por encima de las constantes denuncias del acusador, quien logra desanimarnos y deprimirnos, haciéndonos sentir indignos de ti.

Hacer el bien esporádicamente puede ser improvisación, pero mantenerse en el bien obrar no.

 

Por que me llamáis "Señor, Señor", y no hacéis lo que digo? El que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone por obra, os voy a decir a quién se parece: se parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo tambalearla, porque estaba sólidamente construida. El que escucha y no pone por obra, se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin cimiento; arremetió contra ella el río, y en seguida se derrumbó desplomándose".

Escuchar y obedecer la palabra, como construir sobre cimiento de roca, requiere una dedicación, un tiempo. No es asunto de magia, sino de amor.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1304741402740486144?s=20