miércoles, 18 de noviembre de 2020

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 33 de tiempo ordinario

Apocalipsis 4, 1-11

1Y el hombre (Adán) se unió a Eva, su mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín, y dijo: "He adquirido varón con la ayuda del SEÑOR." 2Después dio a luz a Abel su hermano. Y Abel fue pastor de ovejas y Caín fue labrador de la tierra. 3Al transcurrir el tiempo, Caín trajo al SEÑOR una ofrenda del fruto de la tierra. 4También Abel, por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y de la grasa de los mismos. El SEÑOR miró con agrado a Abel y su ofrenda, 5pero no miró con agrado a Caín y su ofrenda. Caín se enojó mucho y su semblante se demudó. 6Entonces el SEÑOR dijo a Caín: "¿Por qué estás enojado, y por qué se ha demudado tu semblante? 7"Si haces bien, ¿no serás aceptado? Pero si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo."
8Caín dijo a su hermano Abel: "Vayamos al campo." Y aconteció que cuando estaban en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató.
9Entonces el SEÑOR dijo a Caín: "¿Dónde está tu hermano Abel?" Y él respondió: "No sé. ¿Soy yo acaso guardián de mi hermano?" 10Y el SEÑOR le dijo: "¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a Mí desde la tierra. 11"Ahora pues, maldito eres de la tierra, que ha abierto su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.



REFLEXIÓN

vi en el cielo una puerta abierta

la voz con timbre de trompeta que oí al principio me estaba diciendo

Las formas de comunicación por parte de la Palabra se están dando simultáneamente: visión y audición. Es la revelación completa y plena.

"Sube aquí, y te mostraré lo que tiene que suceder después."

Plena porque abarca toda dimensión y conocimiento vital que la humanidad espera: el fin, la consumación, el sentido de todo, un interlocutor propicio para siempre.

había un trono y uno sentado en el trono

El que estaba sentado en el trono brillaba como jaspe y granate, y alrededor del trono había un halo que brillaba como una esmeralda.

Interlocutor poderoso y glorioso, porque se compara con el máximo símbolo de poder humano: el trono; y con el símbolo de la máxima gloria y belleza: la piedra preciosa.

había otros veinticuatro tronos

veinticuatro ancianos con ropajes blancos y coronas de oro en la cabeza

Un poder compartido y delegado en una plenitud (12x2=24) de sabios y justos.

El poder del magnífico interlocutor que domina el tiempo se ejerce a través de gente fiel, leal y santa.

En el centro, alrededor del trono, había cuatro seres vivientes cubiertos de ojos por delante y por detrás: El primero se parecía a un león, el segundo a un novillo, el tercero tenía cara de hombre y el cuarto parecía un águila en vuelo. Los cuatro seres vivientes, cada uno con seis alas, estaban cubiertos de ojos por fuera y por dentro. Día y noche cantan sin pausa:

Convergen en simbología mitológica, probablemente caldea, aprendida en el exilio, los seres descritos por Isaías y Ezequiel

"Santo, Santo, Santo es el Señor, soberano de todo: el que era y es y viene."

Para proclamar en aclamación eterna que nos encontramos en el cenit del poder de Dios en una cercanía inimaginable y sin caer muertos por su gloria.

La plenitud de poder es una fuente de vida que se participa en todo viviente.

"Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado."

Frente a la teodicea griega y cualquier otra, por fascinante que parezcan, aquí se plantea una divinidad que desborda la razón y merece adoración.

La Palabra ubica nuestra contemplación de fe de cara al Principio y fin de todo. Alguien cuya gloria se va develando en lo que acontece.

Salmo responsorial: 150

REFLEXIÓN

 

Alabad al Señor

Todo ser que alienta / alabe al Señor

Una lectura del universo en clave de creación para la fe.

La ciencia en su autonomía tiene oportunidades de asomarse a la realidad investigada para reconocerla como creación de un Autor de la vida.

Pero hay que aceptar que tal paso no se da forzando el acatamiento sino persuadiendo por ágape.

Lucas 19, 11-28

11Estando ellos oyendo estas cosas, Jesús continuó diciendo una parábola, porque El estaba cerca de Jerusalén y ellos pensaban que el reino de Dios iba a aparecer de un momento a otro. 12Por eso dijo: "Cierto hombre de familia noble fue a un país lejano a recibir un reino para sí y después volver. 13"Llamando a diez de sus siervos, les repartió diez 10 minas (salario de unos mil días) y les dijo: 'Negocien con esto hasta que yo regrese.' 14"Pero sus ciudadanos lo odiaban, y enviaron una delegación tras él, diciendo: 'No queremos que éste reine sobre nosotros.' 15"Y al regresar él, después de haber recibido el reino, mandó llamar a su presencia a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que habían ganado negociando. 16"Se presentó el primero, diciendo: 'Señor, su moneda se ha multiplicado diez veces.' 17"Y él le dijo: 'Bien hecho, buen siervo, puesto que has sido fiel en lo muy poco, ten autoridad sobre diez ciudades.' 18"Entonces vino el segundo, diciendo: 'Su moneda, señor, se ha multiplicado cinco veces.' 19"Dijo también a éste: 'Y tú vas a estar sobre cinco ciudades.' 20"Y vino otro, diciendo: 'Señor, aquí está su moneda, que he tenido guardada en un pañuelo; 21pues a usted le tenía miedo, porque es un hombre exigente, que recoge lo que no depositó y siega lo que no sembró.' 22"El le contestó: 'Siervo inútil, por tus propias palabras te voy a juzgar. ¿Sabías que yo soy un hombre exigente, que recojo lo que no deposité y siego lo que no sembré? 23'Entonces, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco, y al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses?' 24"Y dijo a los que estaban presentes: 'Quítenle la moneda y dénsela al que tiene las diez monedas.' 25"Ellos le dijeron: 'Señor, él ya tiene diez monedas.' 26"Les digo, que a cualquiera que tiene, más le será dado, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. 27"Pero a estos mis enemigos, que no querían que reinara sobre ellos, tráiganlos acá y mátenlos delante de mí."
28Habiendo dicho esto, Jesús iba delante, subiendo hacia Jerusalén.

REFLEXIÓN

pensaban que el Reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro

Es la expectativa que se ha creado alrededor de Jesús, quien sintió los anhelos y ansiedades de la gente que aspiraba a la liberación, sanación, perdón inmediatos, sin retardos, casi mágicamente.

Esta expectativa podía corresponder a la del pronto retorno de Jesús en gloria, posterior a la experiencia de fe en la resurrección y ascensión de Jesús de Nazareth.

Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey

Sus conciudadanos, que le aborrecían, enviaron tras él una embajada para informar

Interesante crítica que parece atribuirse a uno de los hijos de Herodes el Grande, que buscó en Roma que el Emperador lo nombrara rey.

Un título que se aparecía comprado por el ocupante imperio, y no por dinastía local.

En todo caso ese reino del que se rumora, no puede ser esta caricatura de reino, como el de Herodes, que ni rey es y encima es cruel y sanguinario con los que se le oponen.

No se trata de este reinado, de cálculo político y ambición de poder.

Aquí termina la parábola original a la que se le adjuntó la problemática del título comprado de rey y su oposición y el fin de ella.

"Negociad(pragmateuomai:comerciar, intercambiar con animo de ganancia) mientras vuelvo".

como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades

"Por tu boca te condeno, empleado holgazán

'Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.'

 Por su diligencia y capacidad de negociar.

Bancos e intereses existen ya. También la condena a la usura.

En la parábola se inclina más al inversión que a los intereses del banco, que se acepta como última opción.

Parecería recomendar la negociación a través de los dones que Dios nos ha entregado.

Todavía falta por hacer en este mundo, parece decir.

Parece usar el contexto del nombramiento de un hijo de Herodes el Grande como rey de una región, donde es repudiado y de una conspiración en su contra ante el Emperador romano.

Y el resultado de tal conspiración, que fue abortada, es la muerte de los conspiradores.

La diligencia en negociar no mira a la posible ilegitimidad del futuro rey sino a la laboriosidad del reino de Dios, no importa en qué contexto.

Aun en medio del régimen de Imperio es posible hacer riquezas y mostrarse cuidadoso de lo mínimo, en la dimensión de fe.

Es posible una existencia meritoria en un contexto de poderes en disputa, sin necesariamente tomar partido, o dejarse corromper por ellos.

Hoy como ayer, no se tolera no tomar partido frente al poder cuestionado de legitimidad.

Hay un enfoque diverso, aun entre creyentes, que considera que no es posible hacer una vida meritoria, sin modificar el contexto político y estructural.

Una es la expectativa popular por la inmediatez del fin feliz.

Jesús sin dar pista del cuándo, se enfoca a la misión actual, que está en nuestras manos.

La aspiración a la plenitud del Reino de Dios y la consumación del designio, no debe opacar la tarea histórica que nos llama: negociar.

En sentido amplio es ocuparse del crecimiento de la ganancia en todo lo que hacemos. Sin reducir la ganancia a riqueza material. Sin reducir el éxito a la fama, el poder y la riqueza: el estatus.

Los creyentes esperamos la plenitud, pero sin descuidar que debemos crecer en sentido histórico, y ser más: personal y socialmente.

Es una visión optimista y constructiva de la vida compartida fraternalmente y en sororidad.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1329029958367408128?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Miércoles, XXXIII semana

San Agustín Sermón 21,1-4

El justo se alegra con el Señor, espera en él, y se felicitan los rectos de corazón. Esto es lo que hemos cantado con la boca y el corazón. Tales son las palabras que dirige a Dios la mente y la lengua del cristiano: El justo se alegra, no con el mundo, sino con el Señor. Amanece la luz para el justo –dice otro salmo–, y la alegría para los rectos de corazón. Te preguntarás el porqué de esta alegría. En un salmo oyes: El justo se alegra con el Señor, y en otro: Sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón. ¿Qué se nos quiere inculcar? ¿Qué se nos da? ¿Qué se nos manda? ¿Qué se nos otorga? Que nos alegremos con el Señor. ¿Quién puede alegrarse con algo que no ve? ¿O es que acaso vemos al Señor? Esto es aún sólo una promesa. Porque, mientras sea el cuerpo nuestro domicilio, estamos desterrados lejos del Señor. Caminamos sin verlo, guiados por la fe. Guiados por la fe, no por la clara visión. ¿Cuándo llegaremos a la clara visión? Cuando se cumpla lo que dice Juan: Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Entonces será la alegría plena y perfecta, entonces el gozo completo, cuando ya no tendremos por alimento la leche de la esperanza, sino el manjar sólido de la posesión. Con todo, también ahora, antes de que esta posesión llegue a nosotros, antes de que nosotros lleguemos a esta posesión, podemos alegrarnos ya con el Señor. Pues no es poca la alegría de la esperanza, que ha de convertirse luego en posesión. Ahora amamos en esperanza. Por esto, dice el salmo que el justo se alegra con el Señor. Y añade, en seguida, porque no posee aún la clara visión: y espera en él. Sin embargo, poseemos ya desde ahora las primicias del Espíritu, que son como un acercamiento a aquel a quien amamos, como una previa gustación, aunque tenue, de lo que más tarde hemos de comer y beber ávidamente

REFLEXIÓN

Amar el pecado, es como amar el desvío, el extravío, la nada. Amar el pecado, es amar el no amor: amar el odio, la venganza, el crimen, el abandono que perjudica, la ausencia de solidaridad, la infidelidad, el placer que envilece y nos daña y a otros. Es amar la destrucción del bien de todos, la enemistad, la conspiración para la corrupción. Es amar no amar, en nombre del amor.