martes, 7 de septiembre de 2021

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Martes, XXIII semana

San Bernardo Sermón 5 sobre diversas materias 1-4



 Leemos en el Evangelio que en cierta ocasión, al predicar el Salvador y al exhortar a sus discípulos a participar de su pasión comiendo sacramentalmente su carne, hubo quienes dijeron: Este modo de hablar es duro. Y dejaron ya de ir con él. Preguntados los demás discípulos si también ellos querían marcharse, respondieron: Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna. Lo mismo os digo yo, queridos hermanos. Hasta ahora para algunos es evidente que las palabras que dice Cristo son espíritu y son vida, y por eso lo siguen. A otros, en cambio, les parecen inaceptables y tratan de buscar al margen de él un mezquino consuelo. Está llamando la sabiduría por las plazas, en el espacioso camino que lleva a la perdición, para apartar de él a los que por él caminan. Finalmente, dice: Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: «Es un pueblo de corazón extraviado». Y en otro salmo se lee: Dios ha hablado una vez. Es cierto: una sola vez.

REFLEXIÓN

Se pueden multiplicar los avisos de alerta y vigilancia, sobre las voces que se escuchan, distorsionando el común, sencillo, apegado y humilde sentir de la voz del corazón que escuchó a Jesús de Nazareth. Nunca serán suficientes, porque la sedición se renueva como las generaciones, que dicen que ahora rebrotan cada cinco años. Y la verdad sea dicha, que la maravilla de la tecnología y tecnocracia, nos hace sentir que van creciendo en inteligencia, cada vez más superior, para dominar y alegar de lo que en paz y serenidad de Espíritu se guardaba. Sigamos en lo que escuchamos y arrancó el mayor compromiso que haya dado sentido a nuestra existencia, que lo demás se dará por añadidura.

lunes, 6 de septiembre de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 23 de tiempo ordinario

 

Año Impar

 

Colosenses 1,24-2,3



REFLEXIÓN

 

completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia,

 

Para el creyente cristiano se ofrece un sentido profundo a su sufrimiento: completar la obra de Jesús en su cuerpo, la Iglesia.

 

Un sentido importante en medio de la generacional e ininterrumpida idolatría al placer a toda costa y por todos los medios.

 

Tolerancia a la frustración enfrentada a la adicción de mil cabezas: droga, sexo, violencia, obsesiones.

 

Crecerse en fortaleza y magnanimidad enfrentada a la debilidad en la lucha de los trastornos síquicos.

 

Contribuir esforzadamente al bien obrar enfrentada a la indolencia que se desliza cuesta abajo en placeres que se hacen vicios.

 

No se trata de un sentido individualista y enfermizo del sufrimiento, sino solidario y fraterno, creyendo que somos un cuerpo y construimos una unidad en Cristo.

 

Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria.

 

Porque es el crucificado resucitado, la cruz que se levanta hacia el cielo, cuando es fijada en tierra, el día del patíbulo.

 

con todos los recursos de la sabiduría, para que todos lleguen a la madurez en su vida en Cristo

 

Porque se nos da creatividad e inteligencia para adquirir sabiduría, que a su vez se orienta a la maduración en Cristo de los hermanos.

 

con la fuerza poderosa que él me da

 

Tan poderosa que trasforma la carne en espíritu.

 

No más carne opaca y atraída a la corrupción del sepulcro, sino sutil y luminosa, como la bruma mañanera que se evapora con el sol.

 

para conseguir la plena convicción que da el comprender

 

Estamos hechos de tal forma que sin comprender no pasamos adelante en la formación de una convicción.

 

La comprensión es el núcleo de los esfuerzos de todo educador. Pero ha de procurar que sea integral y desemboque en una estimativa ética.

 

Hoy en día nos mueve más la educación centrada en la comprensión de la comprensión, para que los que se forman trabajen continuamente en una comprensión autónoma e incesante,cada vez mayor.

 

y que capten el misterio de Dios

 

en lo que nos es dado captar un misterio siempre mayor, como las constelaciones en fuga, porque éstas cuando nos iluminan ya fueron.

 

Salmo responsorial: 61



REFLEXIÓN

 

Sólo él es mi roca y mi salvación

 

Sólo el tiempo y la experiencia de comprensión auténtica y no evasiva, aporta la convicción de que nada ni nadie es roca sino sólo el Señor.

 

Lucas 6,6-11



REFLEXIÓN

 

discutían qué había que hacer con Jesús

 

Hacer el bien no es un lecho de rosas. Se prueba con oposición y persecución y acechanza.

 

¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?

 

Es lo que importa en realidad. Es el evangelio y el Reino en acción, al modo de Jesús: hacer el bien más allá de cualquier límite humano.

 

Más allá de cualquier sistema, orden o complejo de límites mundanos.

 

En nuestro mundo tecno científico -que se especializa cada vez más y así adquiere más y mayores y profundos conocimientos y técnicas-la rebelión de las minorías de todo tipo, los excluidos de esas especializaciones, a quienes no alcanza tal bienestar, manifiestan el error y malicia de un sistema u orden cuya meta es la acumulación: de dinero, de sabiduría, de información, de óvulos, de embriones, de seguidores en redes sociales.

 

Más bien el sentido sano de la protesta busca un mundo en trance de orientarse a hacer el bien completo, el bien común, el bien solidario, el bien que se comparte, el bien de la equidad, el bien de la igualdad.

 

Sábado (šabbāt) reposo, era la institución propia de Israel, del judaísmo hasta hoy. Las prohibiciones casuísticas y no el significado teológico es lo que pone a prueba Jesús de Nazareth, con el caso del paralítico curado.

 

La capacidad de discernimiento en la praxis corriente sobre lo que es voluntad del Padre y lo que no, es lo que nos maravilla de Jesús, y consecuentemente su libertad para hacer eso a voluntad. En ello Jesús es un paradigma para sus seguidores.

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