lunes, 8 de noviembre de 2021

PALABRA COMENATADA

 

LUNES 32 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Sabiduría 1,1-7



REFLEXIÓN

Amad la justicia, los que regís la tierra, pensad correctamente del Señor y buscadlo con corazón entero.

No puede coexistir el pecado auténtico y la sabiduría, que entraña el razonamiento, el corazón: el todo íntegro.

 

Una pide la otra: la sabiduría pide pensar correctamente del Señor, en la historia, la cultura y la fe.

Cuando la reflexión teológica busca entender y comprender el misterio de Dios se encuentra en un proceso de justicia, porque busca entender correctamente el Señor.

En este proceso, tan valioso, como las propias reflexiones, a la luz de las experiencias, circunstancias y los entornos propios individuales y sociales, encontramos la tradición eclesial que la transmisión nos ofrece. La misma no coincide ni se identifica, siempre y necesariamente, con una tradición eclesiástica particular en tiempo o lugar.

Lo encuentran los que no exigen pruebas, y se revela a los que no desconfían

Porque la revelación se hace a los de corazón puro, a los sencillos y humildes. A los que son poca cosa para el mundo.

Salmo responsorial: 138



REFLEXIÓN

Todas mis sendas te son familiares.

Si alguien nos conoce es el Señor, Padre Nuestro.

allí me alcanzará tu izquierda, / me agarrará tu derecha

La preferencia bíblica es la diestra. Pero aquí son las dos: izquierda y derecha.

Una señal para abrir los oídos a las dos tendencias dominantes que se pelean la hegemonía del poder total humano y se descalifican mutuamente.

Lucas 17, 1-6



REFLEXIÓN

"Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños

Otra traducción puede ser:

Es inevitable que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel por quien vienen!

Mejor le sería si se le colgara una piedra de molino al cuello y fuera arrojado al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeños.

El escándalo como el tropiezo, activa el mecanismo de la trampa que cae sobre una víctima incauta. Porque no es un tropiezo cualquiera, sino el que intencionalmente se pone para dañar.

Pequeño también se le llama al de poca  dignidad en el mundo, quien no pesa mayor cosa a la hora de las decisiones que le pueden afectar.

Los pueblos empobrecidos son pequeños escandalizados a quienes se ha puesto tropiezo para creer en la vida como bendición de Dios, y por consiguiente tropiezan en la fe.

El escándalo o tropiezo en la fe se concreta en todo aquello que desune o tiende a desunir  la comunidad de fe en la vida de Dios.

No se suele enfatizar mucho como parte de la ética neotestamentaria, la responsabilidad por la unión de la comunidad, de fraternidad, que tenemos todos los creyentes.

El escándalo no es solamente este u otro mal proceder, los cuales pueden ir tomando importancia según las circunstancias históricas, sino todo lo que abierta o sutilmente divida una comunidad de ágape.

Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día y siete veces vuelve a decirte: "Lo siento", lo perdonarás."

El perdón restituye o regenera el tejido social y las relaciones humanas, si hay arrepentimiento y voluntad de reparación.

Supera la venganza.

Es nacer de nuevo.

"Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar", y os obedecería"

"Auméntanos la fe".

Lo que resta es seguir pidiendo que aumentes nuestra fe, para llegar a su perfección, como la que señala la Palabra de Jesús de Nazareth.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1457669841037430786?s=20

BEATO CARLO

 
UNA VIDA DIGNA DEL BAUTIZADO EN JESÚS
De la homilía de un autor del siglo segundo
(Caps. 3,1-4, 5; 7,1-6: Funk 1,149-152)

CONFESEMOS A DIOS CON NUESTRAS OBRAS

Mirad cuán grande ha sido la misericordia del Señor para con nosotros: En primer lugar,
no ha permitido que quienes teníamos la vida sacrificáramos ni adoráramos a dioses
muertos, sino que quiso que, por Cristo, llegáramos al conocimiento del Padre de la
verdad. ¿Qué significa conocerlo a él sino el no apostatar de aquel por quien lo hemos
conocido? El mismo Cristo afirma: Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo
también me pondré de su parte ante mi Padre. Ésta será nuestra recompensa si nos
ponemos de parte de aquel que nos salvó. ¿Y cómo nos pondremos de su parte? Haciendo
lo que nos dice y no desobedeciendo nunca sus mandamientos; honrándolo no solamente
con nuestros labios, sino también con todo nuestro corazón y con toda nuestra mente.
Dice, en efecto, Isaías: Este pueblo me glorifica con los labios, mientras su corazón está
lejos de mí.
No nos contentemos, pues, con llamarlo: "Señor", pues esto solo no nos salvará. Está
escrito, en efecto: No todo el que me dice: "Señor, Señor", se salvará, sino el que practica
la justicia. Por tanto, hermanos, confesémoslo con nuestras obras, amándonos los unos a
los otros. No seamos adúlteros, no nos calumniemos ni nos envidiemos mutuamente,
antes al contrario, seamos castos, compasivos, buenos; debemos también compadecernos
de las desgracias de nuestros hermanos y no buscar desmesuradamente el dinero.
Mediante el ejercicio de estas obras, confesaremos al Señor, en cambio, no lo
confesaremos si practicamos lo contrario a ellas. No es a los hombres a quienes debemos
temer, sino a Dios. Por eso, a los que se comportan mal les dijo el Señor: Aunque vosotros
estuviereis reunidos conmigo, si no cumpliereis mis mandamientos, os rechazaré y os diré:
"No sé quiénes sois. Alejaos de mi, malvados".
Por esto, hermanos míos, luchemos, pues sabemos que el combate ya ha comenzado y
que muchos son llamados a los combates corruptibles, pero no todos son coronados, sino
que el premio se reserva a quienes se han esforzado en combatir debidamente.
Combatamos nosotros de tal forma que merezcamos todos ser coronados. Corramos por

el camino recto, el combate incorruptible, y naveguemos y combatamos en él para que
podamos ser coronados; y, si no pudiéramos todos ser coronados, procuremos acercarnos
lo más posible a la corona. Recordemos, sin embargo, que, si uno lucha en los combates
corruptibles y es sorprendido infringiendo las leyes de la lucha, recibe azotes y es
expulsado fuera del estadio.
¿Qué os parece? ¿Cuál será el castigo de quien infringe las leyes del combate
incorruptible? De los que no guardan el sello, es decir, el compromiso de su bautismo, dice
la Escritura: Su gusano no muere, su fuego no se apaga y serán el horror de todos los
vivientes