lunes, 29 de noviembre de 2021

BEATO CARLO


DESDE SU USO DE RAZÓN TENDIÓ A LA VIDA DE IGLESIA:PALABRA DE DIOS, SACRAMENTOS, TESTIMONIO, MISIÓN

 De las Cartas pastorales de san Carlos Borromeo, obispo

(Acta Ecclesiae Mediolanensis, t. 2, Lyon 1683, 916-917)

SOBRE EL TIEMPO DE ADVIENTO


Ha llegado, amadísimos hermanos, aquel tiempo tan importante y solemne, que, como dice el Espíritu Santo, es tiempo favorable, día de la salvación, de la paz y de la reconciliación; el tiempo que tan ardientemente desearon los patriarcas y profetas y que fue objeto de tantos suspiros y anhelos; el tiempo que Simeón vio lleno de alegría, que la Iglesia celebra solemnemente y que también nosotros debemos vivir en todo momento con fervor, alabando y dando gracias al Padre eterno por la misericordia que en este misterio nos ha manifestado. El Padre, por su inmenso amor hacia nosotros, pecadores, nos envió a su Hijo único, para libramos de la tiranía y del poder del demonio, invitarnos al cielo e introducimos en lo más profundo de los misterios de su reino, manifestarnos la verdad, enseñarnos la honestidad de costumbres, comunicarnos el germen de las virtudes, enriquecernos con los tesoros de su gracia y hacernos sus hijos adoptivos y herederos de la vida eterna.

La Iglesia celebra cada año el misterio de este amor tan grande hacia nosotros, exhortándonos a tenerlo siempre presente. A la vez nos enseña que la venida de Cristo no sólo aprovechó a los que vivían en el tiempo del Salvador, sino que su eficacia continúa y aún hoy se nos comunica si queremos recibir, mediante la fe y los sacramentos, la gracia que él nos prometió, y si ordenamos nuestra conducta conforme a sus mandamientos.
La Iglesia desea vivamente hacernos comprender que así como Cristo vino una vez al mundo en la carne, de la misma manera está dispuesto a volver en cualquier momento, para habitar espiritualmente en nuestra alma con la abundancia de sus gracias, si nosotros, por nuestra parte, quitamos todo obstáculo.

Por eso, durante este tiempo, la Iglesia, como madre amantísima y celosísima de nuestra salvación, nos enseña, a través de himnos, cánticos y otras palabras del Espíritu Santo y de diversos ritos, a recibir convenientemente y con un corazón agradecido este beneficio tan grande, a enriquecernos con su fruto y a preparar nuestra alma para la venida de nuestro Señor Jesucristo con tanta solicitud como si hubiera él de venir nuevamente al mundo. No de otra manera nos lo enseñaron con sus palabras y ejemplos los patriarcas del antiguo Testamento para que en ello los imitáramos.

domingo, 28 de noviembre de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 1 de Adviento C

Jeremías 33, 14-16

REFLEXIÓN

suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra

Volvemos a iniciar otro año o ciclo litúrgico. Una forma de guardar y vivir la Palabra en el tiempo cronológico.

Se empieza por las realidades que siempre dan que pensar y por eso se les llama misterios, relacionadas con la expectativa de la venida en carne de la Palabra: Jesús de Nazareth.

Por lo tanto se trata de una preparación, de una ilusión, de un anhelo de que ahora sí se hará realidad nuestro sueño.

Se trata nuevamente de ir aprendiendo a visualizar, en las aproximaciones que nos da la realidad por señas, la plenitud de la promesa.

Qué duda cabe: en nuestro mundo gemimos por tener una mejor dirección y liderazgo de todo tipo. Político, educativo, eclesiástico, familiar, empresarial.

La Palabra nos conmina, más que invitarnos, a creer que es posible un mejor liderazgo si contribuimos a construirlo.

Vemos cómo las sociedades, los pueblos cuando se organizan logran cambios en sus dirigentes, sin necesidad de llegar a la anarquía y la destrucción. Más bien éstas son señales de desesperanza.

Pero desde ahora somos invitados a la esperanza activa.

Salmo responsorial: 24, 4bc-5ab. 8-9. 10 y 14



REFLEXIÓN

hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes

El humilde se deja enseñar sin cansarse. Siempre dispuesto a aprender.

Ignacio de Loyola encomendaba a sus compañeros que formaban parte de la Compañía el examen constante. Una estrategia que se aprendía desde el mes de ejercicios.

Por examen entendía una revisión de la oración y del día, para tomar conciencia de las mociones del Espíritu y de las fallas en escucharlas. Y así aprender.

Nosotros aprendamos la esperanza.

1Tesalonicenses 3, 12-4, 2

REFLEXIÓN

habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues proceded así y seguid adelante

Porque Pablo resaltaba a sus comunidades que se mantuvieran en lo aprendido. Y proceder para agradar al Señor cada día es mantenerse aprendiendo la sabiduría de la espera.

Esperar en esperanza es algo activo, militante y combativo. Es una lucha que puede atentar contra nuestra humildad, porque en algún punto tiendo a creerme suficiente y graduado, sin tener que aprender más.

Lucas 21, 25-28. 34-36

REFLEXIÓN

Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre

Vivimos en un tiempo de mezcla de trigo y cizaña, de maíz y hierba mala, que nos obliga a mantenernos alertas sin concluir nada definitivo, sino guíandonos por el hálito del Espíritu.

No nos compete el juicio definitivo, sino uno temporal, provisional, de probabilidad. Y en eso debemos manifestar nuestra humildad de aprendizaje constante.

El resultado que se debe ir afianzando es una fortaleza para esperar en pie la venida del Señor.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1464916972664242187?s=20