domingo, 5 de diciembre de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 2 de Adviento C

Baruc 5, 1-9



REFLEXIÓN

"Paz en la justicia" y "Gloria en la piedad".

Con ánimo de restaurar se da la justicia del Señor, y es mostrada siempre en un conjunto de misericordia.

Justicia benévola, que no extingue, ni extermina, ojo por ojo, diente por diente, sino que se apiada tanto de la víctima como del victimario.

Pablo es un ejemplo de esa justicia que convierte al verdugo y lo transforma en un reparador del daño.

Por eso brilla la gloria, el prestigio de Dios, porque no se parece a ninguna justicia conocida.

Dios ha mandado abajarse a todos los montes elevados y a las colinas encumbradas, ha mandado llenarse a los barrancos hasta allanar el suelo

La cruel imagen del exilio, cuando iban penosamente por un camino amargo, que los alejaba cada vez más del hogar conocido, se transforma en un retorno que no representa dificultad, porque el camino es amigable.

Una imagen que hoy desearían y anhelarían colectividades refugiadas que escaparon de la violencia y de la guerra, y que los ha llevado a países que no son los propios, donde nunca se sentirán como en casa.

Ha mandado al boscaje y a los árboles aromáticos hacer sombra a Israel

La entrada triunfal Mesiánica de Jesús en Jerusalén, toma los aires de triunfo también del pueblo que estaba en el exilio y retorna a su hogar con el amparo del Señor.

En eso Jesús representa no solo una realeza mesiánica, sino además un pueblo cuya promesa es el mismo Dios. El verdero pueblo de la promesa.

Porque Dios guiará a Israel con alegría a la luz de su gloria, con su justicia y su misericordia

Guiará inmiscuyéndose Él mismo en el caminar de su gente. Todo liderazgo que ha exhibido la Palabra hasta que encarne en Jesús de Nazareth, se desarrolla entre su gente, su pueblo, quienes acepten su modo y estilo de divinidad.

Salmo responsorial: 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6



RELEXIÓN

Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas

Hemos experimentado la intervención del Señor que nos lleva a pensar que soñamos?

Al hacer memoria de esa experiencia, conjuntamente se dará el gozo y la alabanza, por su fidelidad y lealtad en mantenerse a nuestro lado.

Entonces tendrá sentido todo trabajo que se haya asumido como una inversión en el reino. Un sentido que se asemeja a la cosecha después de una siembra fatigosa.

Filipenses 1, 4-6. 8-11



REFLEXIÓN

el que ha inaugurado entre vosotros una empresa buena la llevará adelante

Quizá este mundo en su aspecto de anti-reino nos lleve a una percepción equivocada, si nuestro pensamiento es aquel que estima que no vale la pena tanto esfuerzo por el reino.

Pensamientos que surgen del mundo para detener la marcha del reino, no hay que extrañarse. Hay que desecharlos.

Porque la buena obra es de por sí ya una muestra del don de Dios y como tal no nos será retirada.

Lucas 3, 1-6

REFLEXIÓN

vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto

El evangelista nos propone un cuadro de contraste: los poderosos instalados en sus respectivo tronos y jurisdicciones por un lado. El delegado del Señor para vocear su Palabra, insignificante santón de aldea: Juan Bautista, por el otro.

Es que lo pequeño como apoyo de la Palabra, puede trastornar el poder del mundo?

conversión para perdón de los pecados

Solo desde la conversión es posible emprender el retorno y verificar que, el camino ha cambiado para hacerse amigable hacia el reino.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1467450360088379398?s=20

 

 

BEATO CARLO

 De los Comentarios de Eusebio de Cesarea, obispo, sobre el profeta Isaías

(Cap. 40: PG 24, 366-367)


UNA VOZ CLAMA EN EL DESIERTO

Una voz clama en el desierto: «Preparad el camino del Señor, enderezad las sendas para nuestro Dios.» El profeta afirma claramente que no es en Jerusalén, sino en el desierto, donde se cumplirá esta profecía, es decir, la manifestación de la gloria del Señor y el anuncio de la salvación de Dios a todos los hombres.

Estas cosas se cumplieron en la historia y a la letra cuando Juan Bautista predicó la venida salvadora de Dios en el desierto del Jordán, donde se reveló la salvación de Dios. Porque Cristo se manifestó y su gloria se hizo patente a todos cuando, en su bautismo, se abrieron los cielos y el Espíritu Santo, descendiendo en forma de paloma, permaneció sobre él y se oyó la voz del Padre que daba testimonio de su Hijo: Éste es mi Hijo muy amado, escuchadlo.

Estas cosas se dijeron porque Dios iba a venir a un desierto que había estado siempre cerrado e inaccesible: todas las naciones estaban privadas del conocimiento de Dios, y los justos y los profetas evitaban el trato con ellas. Por eso aquella voz manda preparar un camino a la Palabra de Dios y enderezar las sendas, para que cuando llegue nuestro Dios pueda avanzar sin obstáculos. Preparad el camino del Señor: este camino es la proclamación de la Buena Noticia que trae a todos un nuevo consuelo, que desea ardientemente hacer llegar a todos los hombres el conocimiento de la salvación de Dios.

Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén. Estas palabras que acabamos de citar están cuidadosamente ordenadas y hacen una oportuna mención de los evangelistas: después de haber hablado de la voz que clama en el desierto, anuncian la llegada de Dios a los hombres. A la profecía sobre Juan Bautista sigue muy lógicamente la mención de los evangelistas.

¿Cuál es esta Sión sino la que antes fue llamada Jerusalén? Pues también aquélla era un monte, como dice la Escritura: El monte Sión donde pusiste tu morada, y el Apóstol: Os habéis acercado al monte de Sión. ¿No aludirá acaso al coro de los apóstoles, elegidos de entre aquel primer pueblo de la circuncisión?

Es esta Sión y Jerusalén la que ha recibido la salvación de Dios y que ha sido edificada sobre el monte de Dios, es decir, sobre el Verbo unigénito. Y es a ésta a quien Dios manda subir al monte alto y anunciar la palabra de la salvación. ¿Quién es el que lleva la Buena Noticia sino el coro de los que proclaman el Evangelio? ¿Qué significa llevar la Buena Noticia? Predicar a todos los hombres, y en primer lugar a las ciudades de Judá, la venida de Cristo a la tierra.