miércoles, 9 de febrero de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

ACOGE LAS CRIATURAS DE LA CREACIÓN QUE GIMEN POR LIBERACIÓN

Miércoles, V semana

San Ambrosio Carta 35,4-6

Dice el Apóstol que el que, por el espíritu, hace morir las malas pasiones del cuerpo vivirá. Y ello nada tiene de extraño, ya que el que posee el Espíritu de Dios se convierte en hijo de Dios. Y hasta tal punto es hijo de Dios, que no recibe ya espíritu de esclavitud, sino espíritu de adopción filial, al extremo de que el Espíritu Santo se une a nuestro espíritu para testificar que somos hijos de Dios. Este testimonio del Espíritu Santo consiste en que el mismo clama en nuestros corazones: «¡Abba!» (Padre), como leemos en la carta a los Gálatas. Pero existe otro importante testimonio de que somos hijos de Dios: el hecho de que somos herederos de Dios y coherederos con Cristo; es coheredero con Cristo el que es glorificado juntamente con él, y es glorificado juntamente con él aquel que, padeciendo por él, realmente padece con él. Y, para animarnos a este padecimiento, añade que todos nuestros padecimientos son inferiores y desproporcionados a la magnitud de los bienes futuros, que se nos darán como premio de nuestras fatigas, premio que se ha de revelar en nosotros cuando, restaurados plenamente la imagen de Dios, podremos contemplar su gloria cara a cara. Y, para encarecer la magnitud de esta revelación futura, añade que la misma creación entera está en expectación de esa manifestación gloriosa de los hijos de Dios, ya que las criaturas todas están ahora sometidas al desorden, a pesar suyo, pero conservando la esperanza, ya que esperan de Cristo la gracia de su ayuda para quedar ellas a su vez libres de la esclavitud de la corrupción, para tomar parte en la libertad que con la gloria han de recibir los hijos de Dios; de este modo, cuando se ponga de manifiesto la gloria de los hijos de Dios, será una misma realidad la libertad de las criaturas y la de los hijos de Dios. Mas ahora, mientras esta manifestación no es todavía un hecho, la creación entera gime en la expectación de la gloria de nuestra adopción y redención, y sus gemidos son como dolores de parto, que van engendrando ya aquel espíritu de salvación, por su deseo de verse libre de la esclavitud del desorden. Está claro que los que gimen anhelando la adopción filial lo hacen porque poseen las primicias del Espíritu; y esta adopción filial consiste en la redención del cuerpo entero, cuando el que posee las primicias del Espíritu, como hijo adoptivo de Dios, verá cara a cara el bien divino y eterno; porque ahora la Iglesia del Señor posee ya la adopción filial, puesto que el Espíritu clama: «¡Abba!» (Padre), como dice la carta a los Gálatas. Pero esta adopción será perfecta cuando resucitarán, dotados de incorrupción, de honor y de gloria, todos aquellos que hayan merecido contemplar la faz de Dios; entonces la condición humana habrá alcanzado la redención en su sentido pleno. Por esto, el Apóstol afirma, lleno de confianza, que en esperanza fuimos salvados. La esperanza, en efecto, es causa de salvación, como lo es también la fe, de la cual se dice en el evangelio: Tu fe te ha salvado.

REFLEXIÓN

Padecer por Cristo es padecer con Cristo. Si Jesús padeció en solitario, abrumado por tamaña opresión, nuestro padecer es en conjunto con Jesús, en compañía de Jesús. Este padecer, que expresa anhelos profundos del Espíritu, en labor de parto, en nosotros, aviva su resistencia y firmeza en la esperanza, y en esa gestión se manifiesta salvando. Más aún salvando y comunicando, porque el padecimiento salvífico crea la compañía para otros, como ha recibido la de Jesús.

martes, 8 de febrero de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Martes 5 de tiempo ordinario

Año Par

1Reyes 8,22-23.27-30



REFLEXIÓN

Aunque ¿es posible que Dios habite en la tierra? Si no cabes en el cielo y en lo más alto del cielo, ¡cuánto menos en este templo que he construido!

La sabiduría donada a Salomón se muestra en esta reflexión que se le atribuye en la Palabra.

Según esto cabe la duda al menos, que no lo captemos del todo, y en eso es Misterio, la trascendencia de la Trascendencia del Señor, cuando nos preguntamos si un templo lo puede contener.

Es una lección para nuestras exultaciones de derecha e izquierda, que buscan ubicar y fijar la presencia del Señor, para legitimar o prescindir de ello en nuestra propia posición.

Fueron los errores en los que cayeron tantos y tantos creyentes al unir indisolublemente el Misterio con su expresión histórico-cultural.

La Palabra nos llama a ubicarnos más bien más allá de las suposiciones más acostumbradas y queridas, mediante las que organizamos nuestra percepción de la realidad.

Aunque no guste a los que organizan los poderes del mundo, siempre afanándose en construir, más y más fuertes.

Vuelve tu rostro a la oración y súplica de tu siervo, Señor, Dios mío, escucha el clamor y la oración que te dirige hoy tu siervo

Apelamos a la libertad del Señor para que siga siendo nuestro don. Y al Espíritu que nos ensancha el corazón, para no cansarnos de ir creyendo de fe en fe.

Salmo responsorial: 83



REFLEXIÓN

Dichosos los que viven en tu casa,

Las moradas en la casa del Padre es la promesa de Jesús, como quien sabe de qué se trata.

Es el puerto anhelado, que urge el andar de nuestra existencia.

Por ello nada nos satisface permanentemente y tras la consecución de una meta, se levanta otra.

Esta urgencia y dinámica están en el núcleo de las protestas de todo tipo, tan abundantes y divulgadas mediáticamente en este nuevo milenio.

Los que han recibido la Palabra y la aceptan, también han recibido una comprensión de esta urgencia, no satisfecha jamás, y saben dónde ubicar su prometida realización.

Tal comprensión aporta a la existencia un peso, serenidad y gozo permanente y resistente.

Si no, cuál otra pudo ser la bienaventuranza del publicano en el templo, por merecer misericordia y perdón, ya que se dio cuenta ante el Padre que de nada valía autojustificarse y autocompadecerse, ya que Él perdona siempre sin cansancio.

Perdona incluso el cinismo de acudir al perdón, sin preocuparse de la reparación de las propias injusticias.

Marcos 7,1-13



REFLEXIÓN

Aferrándose(krateo:retenidos fuertemente por) a la tradición de sus mayores

El quid (que) es el aferramiento, no las tradiciones. Cuál es mi actitud respecto de las tradiciones, que me aportan identidad, pertenencia y continuidad en el tiempo?

El comentario y matiz es del evangelista sobre el modo de proceder de los destacados en la observancia de los judíos de la época. No se trata de describir una práctica sana, sino de calificar un exceso de tradicionalismo, una rigidez sofocante que no permite un juicio diferente en circunstancias diferentes.

El problema no sería la tradición de los mayores en sí, sino la rigidez que inhibe el propio criterio prudencial.

Cuando el evangelista escribe ya Jesús no está entre los miembros de la comunidad, pero ha quedado su ethos, su modo de proceder, su praxis cotidiana y común mientras vivía. Y se apoyan en ella, no para despreciar la tradición, sino para usarla como punto de referencia, con flexibilidad.

Cuando se prohibió desde el magisterio eclesiástico el uso de los métodos artificiales para prevenir la concepción, se usó la referencia a la naturaleza humana tradicionalmente explicada, para determinar lo que era natural y artificial.

La rigidez en mantener la prohibición hasta nuestros días, entre otras consideraciones tiene a la vista el abuso en cuanto a las costumbres sexuales, liberadas de las posibles consecuencias del embarazo.

En esa previsión opera una interpretación antropológica que se inclina a ver más bien abusos egoístas que actuaciones sensatas en los fieles.

No se tiene en cuenta suficientemente a las parejas sensatas que toman decisiones consultando lo mejor posible y actuando en conciencia, aunque usen métodos artificiales.

El evangelio vivido nos da la inspiración para obrar en libertad de cara a las necesidades auténticas según las circunstancias y asumir las consecuencias de nuestras decisiones.

y no siguen la tradición de los mayores?

Una sociedad tradicional aprecia sobretodo seguir la tradición de sus mayores(El violinista en el tejado). Pero Jesús ha logrado una eminencia y ve más allá. Logra una libertad de la presión social y articula prácticas que no son tradicionales. Así las desvincula de la Palabra y quedan reducidas a recursos culturales de los pueblos. Éstos son sujetos al cambio, si una sabiduría más oportuna se orienta a la novedad.

Hipócritas

Como aferramiento a una tradición que no refleja el designio.

El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.

Jesús les echa en cara la pretensión de absoluto que reemplaza la Palabra por sus palabras.

Aprendemos con lentitud que nuestras iniciativas valen la oportunidad que representan, pero pueden ser superadas por quienes consideren algo mejor.

"Los bienes con que podría ayudarte los ofrezco al templo"

En la perspectiva de la buena nueva del reino el legalismo no reemplaza la solidaridad con la necesidad humana básica.

ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios

La hipocresía aludida por Jesús se relaciona con esta sustitución: las palabras humanas que se hacen pasar por Palabra de Dios.

Tenemos ese poder sofisticado: vaciar el sentido y espíritu del designio y sustituirlo por nuestros intereses egoístas.

Pero hay que tener la docilidad de reconocer en la práctica cuando se da este desatino.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1491010155579727874?s=20&t=z87PWL_WTglXVNS4cXtQxg