SOBRE-LA-ELECCION
[169] PREAMBULO PARA HACER ELECCION.
1º puncto. En toda buena elección, en quanto es de nuestra parte, el ojo
de nuestra intención debe ser simple, solamente mirando para lo que soy criado,
es a saber, para alabanza de Dios nuestro Señor y salvación de mi ánima; y así
cualquier cosa que yo eligiere, debe ser a que me ayude para al fin para que
soy criado, no ordenando ni trayendo el fin al medio, mas el medio al fin; así
como acaece que muchos eligen primero casarse, lo qual es medio, y secundario
servir a Dios nuestro Señor en el casamiento, el qual servir a Dios es fin.
Assimismo hay otros que primero quieren haber beneficios y después servir a
Dios en ellos. De manera que éstos no van derechos a Dios, mas quieren que Dios
venga derecho a sus affecciones desordenadas y, por consiguiente, hacen del fin
medio y del medio fin. De suerte que lo que habían de tomar primero, toman
postrero; porque primero hemos de poner por obiecto querer servir a Dios, que
es el fin y secundario tomar beneficio o casarme, si más me conviene, que es el
medio para el fin; así ninguna cosa me debe mover a tomar los tales medios o a
privarme dellos, sino sólo el servicio y alabanza de Dios nuestro Señor y salud
eterna de mi ánima.
REFLEXIÓN
[169] Se llega así al centro de toda la actividad de los Ejercicios
Espirituales ignacianos: elegir de acuerdo al Principio y Fundamento, que fue
el inicio. Ahora se llevará a la práctica y la realidad histórica. Podemos
decir que estamos inmers@s en un ejercicio ético, trabajando por ser lo más
responsable que podamos con nuestra libertad, para así lograr el fin de ella:
la Voluntad de Dios.
[170] PARA TOMAR NOTICIA DE QUE COSAS SE DEBE HACER ELECCION, Y CONTIENE
EN SI CUATRO PUNCTOS Y UNA NOTA.
1º puncto. El primer puncto: es necessario que todas cosas, de las
quales queremos hacer elección, sean indiferentes o buenas en sí, y que militen
dentro de la sancta madre Iglesia hierárchica, y no malas ni repugnantes a
ella.
[171] 2º puncto. Segundo: hay unas cosas que caen debaxo de elección
inmutable, así como son sacerdocio, matrimonio, etc.; hay otras que caen debaxo
de elección mutable, assí como son tomar beneficios o dexarlos, tomar bienes
temporales o lanzallos.
[172] 3º puncto. Tercero: en la elección inmutable, que ya una vez se ha
hecho elección, no hay más que elegir, porque no se puede desatar, así como es
matrimonio, sacerdocio, etc. Sólo es de mirar que si no ha hecho elección
debida y ordenadamente, sin affecciones dessordenadas, arepentiéndose procure
hacer buena vida en su elección; la qual elección no parece que sea vocación
divina, por ser elección desordenada y oblica, como muchos en esto yerran
haciendo de oblica o de mala elección vocación divina; porque toda vocación
divina es siempre pura y limpia, sin mixtión de carne ni de otra affección
alguna dessordenada.
[173] 4º puncto. Quarto: si alguno a hecho elección debida y
ordenadamente de cosas que están debajo de elección mutable, y no llegando a
carne ni a mundo, no hay para qué de nuevo haga elección, mas en aquélla
perficionarse quanto pudiere.
[174] Nota. Es de advertir que si la tal elección mutable no se ha hecho
sincera y bien ordenada, entonces aprovecha hacer la elección debidamente,
quien tubiere deseo que dél salgan fructos notables y muy apacibles a Dios
nuestro Señor.
REFLEXIÓN
[170]
[171] [172] [173] [174] En nuestra época
actual y tal como se ha desarrollado la moral católica, las aclaraciones sobre
bienes inmutables: matrimonio, sacerdocio, votos perpetuos se siguen aplicando,
mientras no haya una sentencia canónica diferente: anulación de matrimonio,
reducción al estado laical del sacerdocio, y dispensa de los votos perpetuos.
Porque una vez que esas sentencias
canónicas han surtido efecto, las personas vuelven a un estado en el que tienen
posibilidad de elegir un bien inmutable como el matrimonio, o una nueva
consagración por votos, o una rehabilitación de órdenes sagradas.
Estos casos se podrían incluir en
el proceso de sana elección.
Pero el foco de la atención se
dirige a los bienes mutables, para depurarlos de elecciones anteriores mal
hechas, o hacerlas de salida como se piensa es la voluntad de Dios.
Sin embargo, a la luz de la sicología
actual, el influjo del inconsciente y la complejidad de la motivación y la libertad
humanas, la tendencia es que los bienes mutables pueden ser depurados, no
obstante, hayan sido objeto de elección en algún momento. El cambio cultural
que se ha tenido sobretodo en Occidente, con la aceptación casi generalizada de
que estamos sometidos a cambios constantes, nos hace muy vulnerables en
nuestras convicciones a largo plazo, y un poco de pensamiento débil, o “light”
o líquido. De ahí la importancia de los ejercicios frecuentes, anuales, para
reforzar o depurar elecciones previas. Este no es un panorama pensado por el
autor de los Ejercicios Espirituales, San Ignacio de Loyola. Pero es la
condición humana moderna y los Ejercicios frecuentes, anuales, más breves, son
un aporte excelente a una espiritualidad en contexto de cambio.