Eclesiástico 35, 12-14.
16-18
REFLEXIÓN
no desoye los gritos del huérfano o de la
viuda cuando repite su queja
los gritos del pobre atraviesan las nubes y
hasta alcanzar a Dios no descansan
Hay
personas que aparecen como encarnación de estos versículos hoy: Viudas y
viudos, madres y padres solteros, únicos sostén de una familia.
No son
exactamente santos, ni justos sino seres humanos con virtudes y defectos.
Pero nos
ofrecen una vivencia de fragilidad, topando con el desafío de la realidad
frente a ellos, con la responsabilidad de hijos dependientes, a quienes deben
conducir hasta la adultez.
Hay
diferencias, unos tienen más que otros, uno cuenta con más que otro, pero en
cuanto a la vulnerabilidad son parecidos.
Son
ellos la presencia misericordiosa del Señor Jesús? En ellos se produce la
escucha del Padre, quien no desampara esas voces?
O el
Padre también actúa en los prójimos que les hacen justicia y los socorren con
sus entrañas misericordiosas?
Y si no
son unos son otros, pero no los desampara, nos reafirma la Palabra.
no ceja hasta que Dios le atiende, y el juez
justo le hace justicia
En el
evangelio de Lucas aparece un relato que escenifica la oración de la viuda
frente al juez inicuo.
Nos
preguntamos si los evangelios son retazos de escritura que esculpen el
personaje de Jesús como quien hace un perfil o silueta relleno de frases y
referencias, dejando en la penumbra la existencia fáctica y la originalidad
histórica cotidiana.
Son los
creyentes: comunidades y redactores primitivos quienes reaccionan frente a la
existencia histórica de Jesús y lo descubren cumpliendo las escrituras, o es un
mito elaborado a base de las mismas, con el énfasis del cumplimiento?
Es lo
que muchos han pensado. No queda más que la consistencia y coherencia de la
experiencia de fe, nutrida en el trato con la persona de Jesús a través de las
escrituras, en el tejido amplio e inédito de la comunidad creyente.
Una
consistencia y coherencia parecida al criterio que utilizamos para distinguir
el sueño de la vigilia. Asumiendo el riesgo de tomar uno por otra.
Salmo responsorial: 33
REFLEXIÓN
mi alma se gloría en el Señor: que los
humildes lo escuchen y se alegren
Los humildes escuchan la alabanza y se alegran.
Tienen sensibilidad para ese tipo de relación: lo que atañe al Señor y su
reconocimiento.
Reconocerlo es vivir el gozo de su presencia en
nuestra vida. Su presencia está tejida de lo significativo que es y cómo nos
apoya e impulsa.
Un bien que se disfruta y engrandece porque se
busca compartir.
Un problemas a resolver es cómo compartirlo, para
que sea y nos sea creíble. Porque vivimos bajo la sospecha, unos con otros y
otras y nos cuesta ser sencillos y simples.
2Timoteo 4, 6-8. 16-18
REFLEXIÓN
Yo estoy a punto de ser sacrificado
Lo de Pablo fue martirio y tormento. Nada fácil.
Con mucha apariencia y realidad de dolor físico extremo. En seguimiento de
Jesús.
Qué hacemos los cobardes? Los que nos arruga de
miedo el dolor físico mínimo? Evitar a toda costa el sufrimiento.
Es un indicio sobre nuestro proceso de
conversión: una fe aún débil.
He combatido bien mi combate, he corrido hasta
la meta, he mantenido la fe
Es como la leyenda de una lápida, y no todos
podemos decir lo mismo. Sólo que nos hemos esforzado algo.
Podemos hacer un ejercicio proyectivo imaginando
las leyendas de nuestras futuras lápidas a medida que transcurre nuestra
historia.
Al comparar la secuencia de consignas, quizás nos
sorprendería cómo nos ha ido transformando el Espíritu de Dios, ojalá para
bien.
Ahora me aguarda la corona merecida
Por lo tanto hay una motivación al premio no
tangible prometido que funciona o puede funcionar según la personalidad.
No parece viable una relación sin correspondencia
y consumación. Un planteamiento que brota de la cultura machista de la
autosuficiencia y arrogancia.
Porque no es lo mismo un premio material y
tangible al que motiva en la esfera de la existencia y significatividad.
El Señor seguirá librándome de todo mal, me
salvará y me llevará a su reino del cielo
Pablo es
consciente de la labilidad humana, ya que él mismo incurrió en una conducta de
perseguidor con saña.
Y
mientras llega el fin, aun cargado de méritos, expresa su esperanza del
acompañamiento del Señor para que lo preserve.
Lucas 18, 9-14
REFLEXIÓN
a algunos que, teniéndose por justos, se
sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta
parábola
Jesús se pronuncia ante situaciones que capta e
interpreta como dañinas para la adecuada recepción de la buena nueva del reino
de Dios.
Y así tenerse por justos y modelo de vida,
basados y basadas en cualquier pertenencia o bien, aun santo y legítimo,
produce una capa impermeable a la crítica profética que estimula la perfección
plena.
El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los
ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo:
"¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador. "
Esta imagen es suficientemente poderosa para
inspirar la comprensión perfecta de la actitud más saludable y menos tóxica en
nuestra relación de fe con el Señor y los hermanos.
Reconocerse deficitario y en deuda con el perdón
del Señor, es además una promesa de madurez humana fundamentada en la
aceptación de sí mismos.
Estas
personas son los colaboradores más entregados y menos protagónicos en la
construcción del reino de Dios, porque su retribución es la vivencia de la
fuerza del Señor.
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