miércoles, 5 de julio de 2023

DOCTORA DE LA IGLESIA

 


Santa Teresa de Jesús Camino de perfección 51

¿Quién hay  –por desastrado que sea– que cuando pide a una persona de prestigio no lleva pensado cómo lo ha de para contentarle y no serle desabrido, y qué le ha de pedir, y para qué ha menester lo que le ha de dar, en especial si pide cosa señalada, como nos enseña que pidamos nuestro buen Jesús? Cosa me parece para notar mucho. ¿No hubiérais podido, Señor mío, concluir con una palabra y decir: «Dadnos, Padre, lo que nos conviene»? Pues, a quien tan bien entiende todo, no parece era menester más. ¡Oh sabiduría de los ángeles! Para vos y vuestro Padre esto bastaba (que así le pedisteis en el huerto: mostrasteis vuestra voluntad y temor, más dejástelo en la suya): mas nos conocéis a nosotros, Señor mío, que no estamos tan rendidos como lo estabais vos a la voluntad de vuestro Padre, y que era menester pedir cosas señaladas para que nos detuviésemos un poco en mirar siquiera si nos está bien lo que pedimos, y si no, que no lo pidamos. Porque, según somos, si no nos dan lo que queremos –con este libre albedrío que tenemos–, no admitiremos lo que el Señor nos diere, porque, aunque sea lo mejor, como no veamos luego el dinero en la mano, nunca nos pensamos ver ricos. Pues dice el buen Jesús: Santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino. Ahora mirad qué sabiduría tan grande de nuestro Maestro. Considero yo aquí, y es bien que entendamos, qué pedimos en este reino. Mas como vio su majestad que no podíamos santificar, ni alabar, ni engrandecer, ni glorificar, ni ensalzar este nombre santo del Padre eterno –conforme a lo poquito que podemos nosotros–, de manera que se hiciese como es razón, si no nos proveía su majestad con darnos acá su reino, y así lo puso el buen Jesús lo uno junto a lo otro.

REFLEXIÓN

Pedir desde la experiencia de reino que vayamos haciendo perfora nuestra oración con Espíritu Santo y la eleva a la presencia del Padre celestial. Porque nuestra experiencia de reino se nos da en las bienaventuranzas vividas y compartidas. Y sólo esa vida de pobreza, pacificación, dar y recibir misericordia, afrontar la odiosidad de los injustos y demás dicta el modo y el cuánto de la oración con el Espíritu de Jesús.

martes, 4 de julio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Martes 13 de tiempo ordinario

Año Impar

Génesis 19,15-29



REFLEXIÓN

Y, como no se decidía, los agarraron de la mano, a él, a su mujer y a las dos hijas, a quienes el Señor perdonaba; los sacaron y los guiaron fuera de la ciudad. Una vez fuera, le dijeron: "Ponte a salvo; no mires atrás. No te detengas en la vega; ponte a salvo en los montes, para no perecer.

" yo no puedo ponerme a salvo en los montes, el desastre me alcanzará y moriré. Mira, ahí cerca hay una ciudad pequeña donde puedo refugiarme y escapar del peligro. Como la ciudad es pequeña, salvaré allí la vida.

Es una posibilidad que el seísmo destructor fuera el estallido de un volcán, ante cuya furia devastadora sólo algunos que evacúan pueden salvarse.

El personaje Lot y su familia son objeto del cuidado y protección que confiere el perdón por parte del Señor.

No obstante en medio del proceso pueden darse todavía las infidelidades, que nos estancan o inmovilizan.

Eso nos recuerda la mujer de Lot convertida en estatua de sal, o alcanzada por la lava.

Nuestra historia de salvación es una construcción entre las oportunidades que nos brinda el Señor y nuestras decisiones que las aprovechan o no.

En la historia personal de salvación Dios da a sentir que quiere lo dejemos hacer de nuestra parte, le permitamos intervenir, lo autoricemos transformarnos y a la creación, con actitud paciente, confiada, enfocada en el cada día, resistiendo al enemigo de esta protección que nos desea fuera de este cerco, para impedir la unión.

La madre del cielo es un paradigma de unión en medio de la complejidad de la vida ordinaria. Ella escucha frecuentemente como una mantra “el Señor está contigo”.

Salmo responsorial: 25



REFLEXIÓN

sondea mis entrañas y mi corazón

A pesar de nuestro miedo el Señor nos lleva de prueba en prueba, hasta hacernos crecer en su unión.

que en su izquierda llevan infamias, / y su derecha está llena de sobornos.

Yo, en cambio, camino en la integridad;

Una lección histórica actual es que los bandos de diferente signo ideológico, a pesar de su discurso puritano también muestran corrupción en sus militantes.

Por eso la integridad no es asunto de claridad cognitiva para establecer un diagnóstico y lanzar una denuncia, sino más bien una revolución estimativa, valorativa, un logro de la congruencia del discurso y la praxis.                                                            

Mateo 8,23-27



REFLEXIÓN

se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas; él dormía.

Una confianza a prueba de tormentas. Para pensarlo en el insomnio de las noches, cuando las preocupaciones y miedos atenazan.

La confianza es un bien donado para ser conquistado, asumido. Hasta que descienda a los profundos lugares inconscientes de donde salen los miedos y cobardías que nos empujan a claudicar.

"¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!" Él les dijo: "¡Cobardes! ¡Qué poca fe!"

Aceptar que sí lo somos, para comprometerlo a actuar su confianza en nuestra poquedad.

Ellos se preguntaban admirados: "¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!"

Ojalá la resonancia que recoge el evangelista de la fama de Jesús entre sus contemporáneos, nos alcanzara para despertar y avivar nuestra confianza en su presencia en medio de nosotros. Esa fue su intención al escribir un evangelio.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1676182462710398977?s=20

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Zoar es la pequeña, una huella más en el itinerario que deja conocer Dios cuando actúa la salvación en sentido complejo. De lo pequeño hace bendición, refugio, presencia. Y en lo pequeño se da el lugar preciso de su Gloria.

Salmo responsorial: 25

Yo no camino en la integridad viva, aunque sea ortodoxa, porque me encuentro cada día necesitado de la misericordia y compasión por mi debilidad, y pequeñez. Esta me permite aguardar en esperanza la intevención de su Espíritu.

Mateo 8,23-27

Somos cobardes poque nuestra pequeñez en la fe, no alcanza a mantenernos calmos en la tempestad. La pequeñez no es la que debe cambiar, sino hacer conciencia que la fortaleza es la presencia dinámica de Jesús, si nuestra fe lo deja hacer.