viernes, 4 de agosto de 2023

BEATO CARLO

 

De la catequesis de san Juan María Vianney, presbítero
(«Catéchisme sur la priére»: A. Monnin, «Esprit du Curé d'Ars», París 1899, pp. 87-89)


HERMOSA OBLIGACIÓN DEL HOMBRE: ORAR Y AMAR

Consideradlo, hijos míos: el tesoro del hombre cristiano no está en la tierra, sino en el cielo. Por esto nuestro pensamiento debe estar siempre orientado hacia allí donde está nuestro tesoro.

El hombre tiene un hermoso deber y obligación: orar y amar. Si oráis y amáis, habréis
hallado la felicidad en este mundo.

La oración no es otra cosa que la unión con Dios. Todo aquel que tiene el corazón puro y unido a Dios
experimenta en sí mismo como una suavidad y dulzura que lo embriaga, se siente como rodeado de una luz admirable. En esta íntima unión, Dios y el alma son como dos trozos de cera fundidos en uno solo, que ya nadie puede separar. Es algo muy hermoso esta unión de Dios con su pobre creatura; es una felicidad que supera nuestra comprensión.

Nosotros nos habíamos hecho indignos de orar, pero
Dios, por su bondad, nos ha permitido hablar con él. Nuestra oración es el incienso que más le agrada.

Hijos míos, vuestro
corazón es pequeño, pero la oración lo dilata y lo hace capaz de amar a Dios. La oración es una degustación anticipada del cielo, hace que una parte del paraíso baje hasta nosotros. Nunca nos deja sin dulzura; es como una miel que se derrama sobre el alma y lo endulza todo. En la oración hecha debidamente, se funden las penas como la nieve ante el sol.

Otro beneficio de la oración es que hace que el tiempo transcurra tan aprisa y con tanto deleite, que ni se percibe su duración. Mirad: cuando era párroco en Bresse, en cierta ocasión, en que casi todos mis colegas habían caído enfermos, tuve que hacer largas caminatas, durante las cuales oraba al buen Dios, y, creedme, que el tiempo se me hacía corto.

Hay personas que se sumergen totalmente en la oración, como los peces en el agua, porque están totalmente entregadas al buen Dios. Su corazón no está dividido. ¡Cuánto amo a estas almas generosas!
San Francisco de Asís y santa Coleta veían a nuestro Señor y hablaban con él, del mismo modo que hablamos entre nosotros.

Nosotros, por el contrario, ¡cuántas veces venimos a la iglesia sin saber lo que hemos de hacer o pedir! Y, sin embargo, cuando vamos a casa de cualquier persona, sabemos muy bien para qué vamos. Hay algunos que incluso parece como si le dijeran al buen Dios:
«Sólo dos palabras, para deshacerme de ti ... » Muchas veces pienso que, cuando venimos a adorar al Señor, obtendríamos todo lo que le pedimos si se lo pidiéramos con una fe muy viva y un corazón muy puro.

jueves, 3 de agosto de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Jueves 17 de tiempo ordinario

Año Impar

Éxodo 40,16-21.34-38



REFLEXIÓN

Entonces la nube cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor llenó el santuario

Más allá de su origen extra-muros Yavé se aviene a ir posando su gloria en santuarios hechos por manos humanas.

Jesús el santuario de su cuerpo es una colaboración del Espíritu y María, la madre.

Todo otro santuario posterior tendrá al santuario Jesús y su gloria como paradigma.

El ser humano pasa a ser así un socio y colaborador de esa gloria.

Y entre ellos tiene puesto especial el hombre pobre, humillado, oprimido, víctima, excluído.

Cuando la nube se alzaba del santuario, los israelitas levantaban el campamento, en todas las etapas. Pero, cuando la nube no se alzaba, los israelitas esperaban hasta que se alzase

La espiritualidad más básica del pueblo consistió en dejarse guiar por el Señor, y aprendió a reconocer las señales de su voluntad mientras los guiaba a la tierra prometida.

Y por lo tanto experimentar el gozo de dejarse llevar. Que las circunstancias hablan su voluntad, y que toda inquietud en Él depositada encuentra respuesta en dejarse llevar. Esto también implica la consulta a nuestras propias limitaciones y la superación de las que no son verdaderas.

Salmo responsorial: 83



REFLEXIÓN

los atrios del Señor

El santuario tiene la lógica teológica de una instancia de estancia en el mundo, de la sede del Señor en el cielo.

Es como un anticipo, un lugar de refresco, un oasis no para estorbar el caminar, sino para recrearlo, reforzarlo y renovarlo.

Es una condescendencia a nuestra fatigada naturaleza humana, débil y pronta a desistir.

Como la consolación. levanta el ánimo para seguir en la brega. Porque los dones del Señor están en función de su llamado y misión hasta la consumación.

Mateo 13,47-53



REFLEXIÓN

¿Entendéis bien todo esto?

Se entiende que está en juego un juicio para una vida nueva? O todavía estamos perdidos sobre el sentido trascendente del reino?

La diferencia crucial, entre ser llamado y ser seleccionado, entre red que se llena al comenzar la pesca y la selección que se realiza entre buenos y los otros, al final.

No nos podemos gloriar sólo por ser llamados y haber escuchado su voz, sino que el esfuerzo completo se tensa hasta un juicio final.

Nuestro compromiso absoluto es con su misericordia.

"Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo bueno y lo antiguo."

Un padre-madre de familia tiene una responsabilidad por el conjunto, y su sabiduría va más allá de las idelogías de izquierda o derecha, de los dictámenes médicos, antropológicos, científicos.

Es una sabiduría para la salvación de la vida nueva que se procesa ya en nosotros. Así no terminamos en polvo.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1687057122599505923?s=20

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Éxodo 40,16-21.34-38

La nube y el fuego, la sombra que permite mitigar el sofocante desierto, y la fogata que ayuda contra el frío y los animales. Una compañía benéfica de elementos, elevados a símbolos y señales de una presencia y compañía inestimable, oportuna, pertinente, pero con una voz que interprete el y los sentidos. Sólo así se cohesiona una comunidad, un conglomerado, que de por sí tiende a la dispersión, cuando no a la pelea porque no se da un consenso.

Salmo responsorial: 83

La casa como hogar, refugio, estancia, intimidad, estabilidad, supervivencia, descanso, núcleo de lazos familiares y afectos permanentes y positivos. Un símbolo de paz como resumen de lo mejor de todas las cosas y personas y situaciones. Una meta en el anhelo profundo del humano, que peregrina buscando, mientras los animales fácilmente lo encuentran. Una meta para superar la orfandad, la precariedad, la marginación, el llanto y crujir de dientes por las tinieblas y el frío

Mateo 13,47-53
Jesús fue muy claro, él era el escriba que por el reino recurría a lo antiguo y lo nuevo, y lo disribuía. No hay alusión a un actor dirimente en la historia que no lo involucre explícita o sutilmente en las Escrituras. Esta confesión de Jesús como cima de la humanidad y proximidad de la divinidad cuesta a muchos, a otros no, en parte porque no han pagado casi nada por hacerlo, mientras otros han puesto la vida en riesgo y sufrido muerte martirial por mantenerla. No es muy sensato sin más desechar o menospreciar estos testimonios, que se nos ofertan para nuestra propia confesión.