Jueves 17 de tiempo ordinario
Año Impar
Éxodo 40,16-21.34-38
REFLEXIÓN
Entonces la nube cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor llenó el santuario
Más allá de su origen extra-muros Yavé se aviene a ir posando su gloria en santuarios hechos por manos humanas.
Jesús el santuario de su cuerpo es una colaboración del Espíritu y María, la madre.
Todo otro santuario posterior tendrá al santuario Jesús y su gloria como paradigma.
El ser humano pasa a ser así un socio y colaborador de esa gloria.
Y entre ellos tiene puesto especial el hombre pobre, humillado, oprimido, víctima, excluído.
Cuando la nube se alzaba del santuario, los israelitas levantaban el campamento, en todas las etapas. Pero, cuando la nube no se alzaba, los israelitas esperaban hasta que se alzase
La espiritualidad más básica del pueblo consistió en dejarse guiar por el Señor, y aprendió a reconocer las señales de su voluntad mientras los guiaba a la tierra prometida.
Y por lo tanto experimentar el gozo de dejarse llevar. Que las circunstancias hablan su voluntad, y que toda inquietud en Él depositada encuentra respuesta en dejarse llevar. Esto también implica la consulta a nuestras propias limitaciones y la superación de las que no son verdaderas.
Salmo responsorial: 83
REFLEXIÓN
los atrios del Señor
El santuario tiene la lógica teológica de una instancia de estancia en el mundo, de la sede del Señor en el cielo.
Es como un anticipo, un lugar de refresco, un oasis no para estorbar el caminar, sino para recrearlo, reforzarlo y renovarlo.
Es una condescendencia a nuestra fatigada naturaleza humana, débil y pronta a desistir.
Como la consolación. levanta el ánimo para seguir en la brega. Porque los dones del Señor están en función de su llamado y misión hasta la consumación.
Mateo 13,47-53
REFLEXIÓN
¿Entendéis bien todo esto?
Se entiende que está en juego un juicio para una vida nueva? O todavía estamos perdidos sobre el sentido trascendente del reino?
La diferencia crucial, entre ser llamado y ser seleccionado, entre red que se llena al comenzar la pesca y la selección que se realiza entre buenos y los otros, al final.
No nos podemos gloriar sólo por ser llamados y haber escuchado su voz, sino que el esfuerzo completo se tensa hasta un juicio final.
Nuestro compromiso absoluto es con su misericordia.
"Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo bueno y lo antiguo."
Un padre-madre de familia tiene una responsabilidad por el conjunto, y su sabiduría va más allá de las idelogías de izquierda o derecha, de los dictámenes médicos, antropológicos, científicos.
Es una sabiduría para la salvación de la vida nueva que se procesa ya en nosotros. Así no terminamos en polvo.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1687057122599505923?s=20
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Éxodo 40,16-21.34-38
La nube y el fuego, la sombra que permite mitigar el sofocante desierto, y la fogata que ayuda contra el frío y los animales. Una compañía benéfica de elementos, elevados a símbolos y señales de una presencia y compañía inestimable, oportuna, pertinente, pero con una voz que interprete el y los sentidos. Sólo así se cohesiona una comunidad, un conglomerado, que de por sí tiende a la dispersión, cuando no a la pelea porque no se da un consenso.
Salmo responsorial: 83
La casa como hogar, refugio, estancia, intimidad, estabilidad, supervivencia, descanso, núcleo de lazos familiares y afectos permanentes y positivos. Un símbolo de paz como resumen de lo mejor de todas las cosas y personas y situaciones. Una meta en el anhelo profundo del humano, que peregrina buscando, mientras los animales fácilmente lo encuentran. Una meta para superar la orfandad, la precariedad, la marginación, el llanto y crujir de dientes por las tinieblas y el frío
Mateo
13,47-53
Jesús
fue muy claro, él era el escriba que por el reino recurría a lo
antiguo y lo nuevo, y lo disribuía. No hay alusión a un actor
dirimente en la historia que no lo involucre explícita o sutilmente
en las Escrituras. Esta confesión de Jesús como cima de la
humanidad y proximidad de la divinidad cuesta a muchos, a otros no,
en parte porque no han pagado casi nada por hacerlo, mientras otros
han puesto la vida en riesgo y sufrido muerte martirial por
mantenerla. No es muy sensato sin más desechar o menospreciar estos
testimonios, que se nos ofertan para nuestra propia confesión.
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