domingo, 28 de noviembre de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 1 de Adviento C

Jeremías 33, 14-16

REFLEXIÓN

suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra

Volvemos a iniciar otro año o ciclo litúrgico. Una forma de guardar y vivir la Palabra en el tiempo cronológico.

Se empieza por las realidades que siempre dan que pensar y por eso se les llama misterios, relacionadas con la expectativa de la venida en carne de la Palabra: Jesús de Nazareth.

Por lo tanto se trata de una preparación, de una ilusión, de un anhelo de que ahora sí se hará realidad nuestro sueño.

Se trata nuevamente de ir aprendiendo a visualizar, en las aproximaciones que nos da la realidad por señas, la plenitud de la promesa.

Qué duda cabe: en nuestro mundo gemimos por tener una mejor dirección y liderazgo de todo tipo. Político, educativo, eclesiástico, familiar, empresarial.

La Palabra nos conmina, más que invitarnos, a creer que es posible un mejor liderazgo si contribuimos a construirlo.

Vemos cómo las sociedades, los pueblos cuando se organizan logran cambios en sus dirigentes, sin necesidad de llegar a la anarquía y la destrucción. Más bien éstas son señales de desesperanza.

Pero desde ahora somos invitados a la esperanza activa.

Salmo responsorial: 24, 4bc-5ab. 8-9. 10 y 14



REFLEXIÓN

hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes

El humilde se deja enseñar sin cansarse. Siempre dispuesto a aprender.

Ignacio de Loyola encomendaba a sus compañeros que formaban parte de la Compañía el examen constante. Una estrategia que se aprendía desde el mes de ejercicios.

Por examen entendía una revisión de la oración y del día, para tomar conciencia de las mociones del Espíritu y de las fallas en escucharlas. Y así aprender.

Nosotros aprendamos la esperanza.

1Tesalonicenses 3, 12-4, 2

REFLEXIÓN

habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues proceded así y seguid adelante

Porque Pablo resaltaba a sus comunidades que se mantuvieran en lo aprendido. Y proceder para agradar al Señor cada día es mantenerse aprendiendo la sabiduría de la espera.

Esperar en esperanza es algo activo, militante y combativo. Es una lucha que puede atentar contra nuestra humildad, porque en algún punto tiendo a creerme suficiente y graduado, sin tener que aprender más.

Lucas 21, 25-28. 34-36

REFLEXIÓN

Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre

Vivimos en un tiempo de mezcla de trigo y cizaña, de maíz y hierba mala, que nos obliga a mantenernos alertas sin concluir nada definitivo, sino guíandonos por el hálito del Espíritu.

No nos compete el juicio definitivo, sino uno temporal, provisional, de probabilidad. Y en eso debemos manifestar nuestra humildad de aprendizaje constante.

El resultado que se debe ir afianzando es una fortaleza para esperar en pie la venida del Señor.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1464916972664242187?s=20

 

 

DOCTORES DE LA IGLESIA

PREOCUPARNOS TAMBIÉN POR NACER PARA LA VIDA PERDURABLE COMO JESÚS

Domingo I de Adviento 

San Cirilo de Jerusalén Catequesis 15,1-3

Anunciamos la venida de Cristo, pero no una sola, sino también una segunda, mucho más magnífica que la anterior. La primera llevaba consigo un significado de sufrimiento; esta otra, en cambio, llevará la diadema del reino divino. Pues casi todas las cosas son dobles en nuestro Señor Jesucristo. Doble es su nacimiento: uno, de Dios, desde toda la eternidad; otro, de la Virgen, en la plenitud de los tiempos. Es doble también su descenso: el primero, silencioso, como la lluvia sobre el vellón; el otro, manifiesto, todavía futuro. En la primera venida fue envuelto con fajas en el pesebre; en la segunda se revestirá de luz como vestidura. En la primera soportó la cruz, sin miedo a la ignominia; en la otra vendrá glorificado, y escoltado por un ejército de ángeles. No pensamos, pues, tan sólo en la venida pasada; esperamos también la futura. Y, habiendo proclamado en la primera: Bendito el que viene en nombre del Señor, diremos eso mismo en la segunda; y, saliendo al encuentro del Señor con los ángeles, aclamaremos, adorándolo: Bendito el que viene en nombre del Señor. El Salvador vendrá, no para ser de nuevo juzgado, sino para llamar a su tribunal a aquellos por quienes fue llevado a juicio…

REFLEXIÓN

Qué queda de la representación sobre el nacimiento histórico de Jesús, sin fuente propiamente histórica, sino aproximadamente un escenario historizado, en los evangelios de la infancia? Muchos lo guardan por un sentido devoto para sus existencias, como la llegada de un Salvador, otros ni eso. Es que necesitamos un Salvador? Una realidad personal dispuesta a dársenos totalmente, de quien esperamos y creemos no nos traicionará, ni desfallecerá? Importa todavía una intervención así a nuestro mundo que vive entre lágrimas y esperanza? Para entender tal necesidad habría que sintonizar con la necesidad de salvación en el mundo, y empatizar con los anhelos más profundos de la humanidad, sin distingos ni discriminaciones de ningún tipo.