[42] DE LA OBRA.
Tomando por obiecto los diez mandamientos y los preceptos de la Iglesia
y comendaciones de los superiores, todo lo que se pone en obra contra alguna
destas tres partes, según mayor o menor calidad, es mayor o menor pecado.
Entiendo comendaciones de superiores, así como bullas de cruzadas y otras
indulgencias, como por paces, confessando y tomando el sanctíssimo sacramento;
porque no poco se peca entonces, en ser causa o en hacer contra tan pías
exortaciones y comendaciones de nuestros mayores.
REFLEXIÓN
[42] Tres áreas importan: los mandamientos de la ley de Dios, los
mandamientos de la Iglesia, y los mandatos de l@s superior@s, civiles y
religios@s. La gravedad depende de la calidad de la falta o pecado. En este
punto sería interesante profundizar el sentido de obediencia eclesial en
Ignacio, cómo lo vivió, y como lo exhortó, tanto como peregrino, como superior
religioso. Porque a la par de exigirse y exigir para los suyos una obediencia
ciega, practicó la representacíón del que debía obedecer. Es decir, la
instancia del recurso de reconsideración, con la intención de obedecer más o
mejor, no de zafarse.
[43] MODO DE HACER EL EXAMEN GENERAL, Y CONTIENE EN SI CINCO PUNCTOS.
1º puncto. El primer puncto es dar gracias a Dios nuestro Señor por los
beneficios rescibidos.
2º El 2º: pedir gracia para conoscer los pecados, y lanzallos.
º El 3º: demandar cuenta al ánima desde la hora que se levantó hasta el
examen presente, de hora en hora o de tiempo en tiempo; y primero, del
pensamiento; y después de la palabra y después, de la obra; por la misma horden
que se dixo en el examen particular.
4º El 4º: pedir perdón a Dios nuestro Señor de las faltas.
5º El 5º: proponer enmienda con su gracia. Pater noster.
REFLEXIÓN
[43] Implica la confesión general una autocrítica diaria al final
del día, antes de acostarse, aunque no sea una preparación para la confesión
sacramental. Un esfuerzo de transparencia ante Dios y ante sí. Una limpieza de
conciencia frecuente y sincera.
[44] CONFESSION GENERAL CON LA COMUNION.
En la general confessión, para quien voluntarie la quisiere hacer, entre
otros muchos, se hallarán tres provechos para aquí.
1º El primero: dado que quien cada un año se confiesa no sea obligado de
hacer confessión general, haciéndola hay mayor provecho y mérito, por el mayor
dolor actual de todos pecados y malicias de toda su vida.
2º El segundo: como en los tales exercicios spirituales se conoscen más
interiormente los pecados y la malicia dellos, que en el tiempo que el hombre
no se daba ansí a las cosas internas, alcanzando agora más conoscimiento y
dolor dellos, habrá mayor provecho y mérito que antes hubiera.
3º El tercero es consequenter que estando más bien confessado y
dispuesto, se halla más apto y más aparejado para rescibir el sanctíssimo
sacramento; cuya recepción no solamente ayuda para que no caya en peccado, mas
aún para conservar en augmento de gracia; la qual confessión general se hará
mejor inmediate después de los exercicios de la primera semana.
REFLEXIÓN
[44] La
confesión sacramental y la comunión, según nuestra práctica actual en la
eucaristía, tiene el mejor sitio al finalizar la primera semana que ahora empieza.
Entonces es factible, si se ha puesto la mejor disposición o actitud, que el
sentido de los pecados y faltas de la propia vida, el dolor y arrepentimiento,
el propósito de luchar para mejorar y la reparación posible de los daños o
afectaciones, se entiendan más en su gravedad, y peso en el proceso de la vida
espiritual en el que se desea aventajar.