domingo, 18 de septiembre de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 25 de tiempo ordinario

Amós 8, 4-7



REFLEXIÓN

los que exprimís al pobre, despojáis a los miserables

En qué forma, con cuál grado de responsabiliad, somos también nosotros especuladores o explotadores, aunque no seamos comerciantes ni empresarios?

No sólo los dueños de los medios de producción y de capital adquieren con ello una responsabilidad de dar cuenta de los bienes de la creación que administran para el bien común.

También todos, los que en alguna forma tenemos o disponemos de excedente sobre lo necesario, en sentido personal y familiar, tenemos responsabilidad de aproximarnos y dejarnos aproximar, por quienes no tienen cómo acceder a mejores oportunidades de superación y agonizan económicamente en la mera subsistencia.

Es infame refugiarnos en subterfugios retóricos que evadan todo tipo de responsabilidad, porque en el cuerpo social que formamos como un tejido, la tenemos.

Y sigue siendo responsabilidad, aunque algunos de los prójimos no respondan y asuman proactivamente el progreso. O algunos finjan necesidad, cuando realmente gastan en otras prioridades para ellos.

vendiendo hasta el salvado del trigo

No les dejamos nada para subsistir, nosotros con nuestro egoísmo consumista, y las empresas que no paran de acumular, arruinando a los más pequeños.

Creo que según el espíritu habríamos de  examinar y asumir las complicidades y la omisiones en conductas semejantes, aunque no seamos ni comerciantes ni empresarios, pero sobre algo tenemos poder y podemos perjudicar al que menos tiene.

El sentido teológico, según Dios, del pobre como teologúmeno o lugar de encuentro con Jesús de Nazareth, ha cobrado relevancia durante todos estos años, por influjo de la denuncia y predicación sobre los grandes porcentajes de pobreza en algunas regiones y su relación causa-efecto con las grandes acumulaciones de riqueza en otros lugares.

El pobre no es nada más un compromiso religioso o evangélico, sino de lesa humanidad, porque afecta inmensas mayorías, entre los cuales destacan niños inocentes y mujeres desamparadas.

No es un tema para que levante temor y culpa, sino amor y responsabilidad, y que cada uno en su trinchera de vida se active en la solidaridad, con tal horizonte a la vista.

Salmo responsorial: 112



REFLEXIÓN

Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre

María recuperó esta alabanza en su canto del Magnificat. Tiene un alcance político, realmente, que en boca de una mujer no era común. Como otras figuras de la Historia de Salvación María destaca en la fila de quienes actualizan su fe de cuidado con los acontecimientos positivos para los menos favorecidos.

Hombres y mujeres hoy levantan su voz con cadencias políticas a favor del pobre y desamparado.

En cierta forma se puede dar por bien servido porque son muchos los que abogan por él.

La pregunta inquietante puede ser: cuántos son sinceros o cuántos manipuladores del poder, para mantenerse en el mismo.

Sin embargo tal pregunta no debe refrenar todo apoyo a la solidaridad.

Mayor crimen se cometería no apoyando, por mera suspicacia sobre las verdaderas intenciones de otros.

1Timoteo 2, 1-8





REFLEXIÓN

Te ruego, lo primero de todo, que hagáis oraciones, plegarias, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que ocupan cargos

No sólo para preservarlos, sino para que se conviertan y usen su autoridad para el bien común.

Eso es bueno y grato ante los ojos de nuestro Salvador, Dios, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.

A unos fortaleciendo, a otros convirtiendo.

que se entregó en rescate por todos

Universalidad difícil de entender cuando unos descalifican a otros en la salvación y en la verdad.

sean los hombres los que recen en cualquier lugar, alzando las manos limpias de ira y divisiones

No es lo mismo fomentar la división, que señalar la existente.

Lucas 16, 1-13



REFLEXIÓN

felicitó al administrador injusto, por la astucia

Una astucia de admirar, aunque sea para obrar mal. Por lo cual debemos preguntarnos sobre nuestra astucia para las estrategias de evangelización.

los hijos de este mundo son más astutos

Es el crujir de dientes que produce la viveza de algunos, en perjuicio de otros.

Se trata de una corruptela o corrupción que se respira como el aire: la viveza o astucia para adelantar y sacar provecho, sin importar ni preguntarse a quién se perjudica.

En educación a todo nivel, es tan extenso el cáncer, que pocos se preocupan si el trabajo que el estudiante desarrolla es un plagio más de una extensa lista.

ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas

Dinero injusto porque: o todo dinero lo es, o lo es mientras no lo compartas o lo ganas dañando a otros.

Si no fuisteis de fiar en lo ajeno

Si uno no es el dueño de todo, todo nos es ajeno y la fidelidad al verdadero dueño es respecto de todo. La fidelidad al Señor, dueño de todo, cae de su peso.

No podéis servir a Dios y al dinero

Por lo cual no debemos cantar victoria, nunca mientras vivamos, porque constantemente se nos presenta la disyuntiva de ambos servicios, con la pretensión y el engaño de que sí se puede servir a ambos.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1571465577725575168?s=20&t=6OHRBGkd_QnEnQmrkig0Ug

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Domingo, XXV semana

San Agustín Sermón sobre los pastores 46,13

No fortalecéis a las ovejas débiles, dice el Señor. Se lo dice a los malos pastores, a los pastores falsos, a los pastores que buscan su interés y no el de Jesucristo, que se aprovechan de la leche y la lana de las ovejas, mientras que no se preocupan de ellas ni piensan en fortalecer su mala salud. Pues me parece que hay alguna diferencia entre estar débil, o sea, no firme –ya que son débiles los que padecen alguna enfermedad–, y estar propiamente enfermo, o sea, con mala salud. Desde luego que estas ideas que nos estamos esforzando por distinguir las podríamos precisar, por nuestra parte, con mayor diligencia, y por supuesto que lo haría mejor cualquier otro que supiera más o fuera más fervoroso; pero, de momento, y para que no os sintáis defraudados, voy a deciros lo que siento, como comentario a las palabras de la Escritura. Es muy de temer que al que se encuentra débil no le sobrevenga una tentación y le desmorone. Por su parte, el que está enfermo es ya esclavo de algún deseo que le está impidiendo entrar por el camino de Dios y someterse al yugo de Cristo. Pensad en esos hombres que quieren vivir bien, que han determinado ya vivir bien, pero que no se hallan tan dispuestos a sufrir males, como están preparados a obrar el bien. Sin embargo, la buena salud de un cristiano le debe llevar no sólo a realizar el bien, sino también a soportar el mal. De manera que aquellos que dan la impresión de fervor en las buenas obras, pero que no se hallan dispuestos o no son capaces de sufrir los males que se les echan encima, son en realidad débiles. Y aquellos que aman el mundo y que por algún mal deseo se alejan de las buenas obras, éstos están delicados y enfermos, puesto que, por obra de su misma enfermedad, y como si se hallaran sin fuerza alguna, son incapaces de ninguna obra buena. En tal disposición interior se encontraba aquel paralítico al que, como sus portadores no podían introducirle ante la presencia del Señor, hicieron un agujero en el techo, y por allí lo descolgaron

REFLEXIÓN

La gracia no tiene hoja de ruta rígidamente precisada, y aún en condiciones malas es capaz de remover obstáculos en los alejados para inspirar su vuelta al Amor de Dios. Las condiciones de enfermedad o debilidad, aunque dificultan y aun gravemente impiden avanzar en la voluntad de Dios que es su reinado, no logran detener su crecimiento, el cual es imparable.  Por eso la exhortación a acercarse y hacer algún esfuerzo por el bien, es lo propio de quien sirve a los peregrinos de la fe. Ciertamente no hay un claro-oscuro en la disposición y la entrega del creyente, sino un gran diversidad y variedad, análoga a la creación.