viernes, 15 de diciembre de 2023

PALABRA COMENTADA

 Viernes 2 de Adviento

Isaías 48,17-19






REFLEXIÓN

Así dice(amar) el Señor(yhwh), tu redentor(geel), el Santo(qadosh) de Israel

te enseño para tu bien, te guío por el camino que sigues.

Si hubieras atendido a mis mandatos, sería tu paz como un río

La divinidad propia de Israel, quien en su fe-alianza interpretó como alguien que se comunica desde un nombre revelado solo a ellos, para protegerlos como un vengador-protector, y por eso mismo inalcanzable en su bondad, les reprocha su desobediencia, no porque la necesite, más bien porque dejan de ser como Él, un colmo de dicha.

Eso significa su rebeldía: perder la oportunidad de la paz como cima de la bienaventuranza, en lo que se concreta el reinado del Señor.

San Ignacio ponía su experiencia a disposición de otros en los ejercicios espirituales, como un medio de superar la rebeldía y encontrar la paz: hacer la voluntad de Dios. Todo el esfuerzo en esa dinámica va dirigido hacia allá.

No porque haya que satisfacer una divinidad ansiosa de reconocimiento y sacrificio, sino porque es el único modo de alcanzar la paz anhelada como expresión de lo más deseado.

Actuar(gaal )como pariente más cercano, para hacerse cargo, ayudar, socorrer, liberar.

La venganza se deja en su mano, lo cual es inicio de la institución que imparte justicia a la víctima, que ya no se deja a la espontaneidad de hacerse justicia por su propia mano.

Implica una fe y confianza en la intervención del Señor para sacar adelante la causa de las víctimas, los oprimidos, los afligidos, los vulnerables, los indefensos.

En momentos de suspicacia cultural, de un espíritu de los tiempos teñido de desconfianza, confiarse al Señor y a su intervención en las situaciones cambiantes resulta un desafío y en cierto modo es hacer contracultura, a favor de valores despreciados y estigmatizados por el resentimiento, el rencor, la impaciencia y la desesperación.

Se requiere una gran mansedumbre y tenacidad para dar señales de credibilidad, debiendo permitir que el emotivismo se estrelle contra la paciencia del agente de cambio y se reabsorba en su benevolencia.

Hay una historia y unos antecedentes que evaluar y ponderar. Así encontraremos una línea de comprensión que da luz a los hechos y los ubica bajo el patrocinio del Espíritu. Aprendemos en ello.

Salmo responsorial: 1





REFLEXIÓN

Dichoso el hombre / que no sigue el consejo de los impíos, / ni entra por la senda de los pecadores, / ni se sienta en la reunión de los cínicos

La paz-bienestar anhelada no es ganarse la lotería, sino algo de otro orden. Por eso el hombre y mujer de paz tiene una red social sana, constructiva del bien.

su gozo es la ley del Señor, / y medita su ley día y noche

El gozo del encuentro con su Palabra crea y recrea una afectuosa adhesión al mensaje, como un goteo que transforma la roca en arena.

cuanto emprende tiene buen fin

Es una bienaventuranza que se muestra más bien en la capacidad de transformar todo en bien, no obstante que aparezca como mal o infortunio.

La persona de paz que se enfila en su vida a proceder como el mismo Señor, tiene una actitud que todo lo transforma en bien.

Una lozanía persistente y arraigada se manifiesta en su existencia y sus obras.

El buen fin no es porque acaba bien, solamente, sino porque se mueve en dirección a todo lo que es bueno.

Un estilo de vida dirigido a hacer el bien como una flecha señala el blanco.

Mateo 11,16-19






REFLEXIÓN

¿A quién se parece esta generación?

Una pregunta que debemos hacernos toda la vida, sobretodo cuando advertimos el cambio generacional, la brecha generacional, tan mencionadas en nuestro tiempo.

" Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: "Tiene un demonio." Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores."

El asunto es aferrarse a cualquier “quítame esas pajas” para rehuir el compromiso y no involucrarse, sobretodo en temas que demandan mayor intensidad y alejamiento del propio interés y prejuicio.

Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios

Así los que remontan la rebeldía frente al Señor y se orientan como un norte por su voluntad, en los hechos de su vida comprueban la sabiduría de Dios, incluso en los pasajes más dolorosos y frustrantes.

Esta vivencia es fuerte como para hacer frente a la generación burlesca que desestima y descalifica nuestro modo de proceder.

Pero la opción proactiva hacia el estilo de Jesús, que nos lleva a hacernos los más cercanos del necesitado, es de sabios según Dios Padre.

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Isaías 48,17-19

Dice Dios que hacerle caso es nuestro bien, y nos evita males.

Salmo responsorial: 1

El justo es quien se arraiga, como el árbol junto al río, en la sabiduría de Dios que refleja su Palabra

Mateo 11,16-19

Jesús pone al oyente ante dos conductas, reflejadas en juegos o caprichos de niños: la del que no come ni bebe y la del que bebe y come con gente de mala reputación. Pero no si involucran ni se comprometen . La conducta procedente es la de quien cree a quien actúa la buena obra

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

San Ireneo
Contra los herejes 5,19,1; 20,2; 21,1

El Señor vino y se manifestó en una verdadera condición humana que
lo sostenía, siendo a su vez ésta su humanidad sostenida por él, y,
mediante la obediencia del árbol de la cruz, llevó a cabo la expiación de
la desobediencia cometida en otro árbol, al mismo tiempo que liquidaba
las consecuencias de aquella seducción con la que había sido vilmente
engañada la virgen Eva, ya destinada a un hombre, gracias a la verdad
que el ángel evangelizó a la Virgen María, prometida también a un
hombre.
Pues de la misma manera que Eva, seducida por las palabras del
diablo, se apartó de Dios, desobedeciendo su mandato, así María fue
evangelizada por las palabras del ángel, para llevar a Dios en su seno,
gracias a la obediencia a su palabra. Y si aquélla se dejó seducir para
desobedecer a Dios, ésta se dejó persuadir a obedecerle con lo que la
Virgen María se convirtió en abogada de la virgen Eva.
Así, al recapitular todas las cosas, Cristo fue constituido cabeza,
pues declaró la guerra a nuestro enemigo, derrotó al que en un principio,
por medio de Adán, nos había hecho prisioneros, y quebrantó su
cabeza, como encontramos dicho por Dios a la serpiente en el Génesis:
Establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya;
ella te herirá en la cabeza, cuando tú la hieras en el talón.
Con estas palabras, se proclama de antemano que aquel que había de
nacer de una doncella y ser semejante a Adan habría de quebrantar la
cabeza de la serpiente. Y esta descendencia es aquella misma de la que
habla el Apóstol en su carta a los Gálatas: La ley se añadió hasta que
llegara el descendiente beneficiario de la promesa.
Y lo expresa aún con más claridad en otro lugar de la misma carta,
cuando dice: Pero cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo,
nacido de una mujer. Pues el enemigo no hubiese sido derrotado con
justicia si su vencedor no hubiese sido un hombre nacido de mujer. Ya
que por una mujer el enemigo había dominado desde el principio al
hombre, poniéndose en contra de él.
Por esta razón el mismo Señor se confiesa Hijo del hombre, y
recapitula en sí mismo a aquel hombre primordial del que se hizo aquella
forma de mujer: para que así como nuestra raza descendió a la muerte
a causa de un hombre vencido, ascendamos del mismo modo a la vida
gracias a un hombre vencedor.