miércoles, 6 de octubre de 2021

PALABRA COMENTADA

 

MIÉRCOLES 27 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Jonás 4,1-11



REFLEXIÓN

Jonás sintió un disgusto enorme y estaba irritado. Oró al Señor en estos términos

La autenticidad de Jonás, como la de Job, se muestra en la oración.

La autenticidad de Dios, su libertad y su afectación, en su misericordia.

sé que eres compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad, que te arrepientes de las amenazas

Es un Dios Padre. Descubrirlo puede decepcionar y como Jonás, irritar.

No se conduce como nosotros nos conduciríamos. Se sale del guión.

No es que el guión no se necesite, pero tampoco es camisa de fuerza.

hizo crecer el Señor un ricino, alzándose por encima de Jonás para darle sombra y resguardarle del ardor del sol. Jonás se alegró mucho de aquel ricino.

No hay manera de pelearse con el Señor, porque busca la manera de meternos en su amor, con detalles que enamoran.

"¿Crees que tienes derecho a irritarte por el ricino?"

En la libertad que se nos da, en los detalles de la vida, se nos pide libertad de los apegos. Él da y quita, y nosotros a agradecer, para adquirir libertad.

"Tú te lamentas por el ricino, que no cultivaste con tu trabajo, y que brota una noche y perece la otra. Y yo, ¿no voy ha sentir la suerte de Nínive, la gran ciudad, que habitan más de ciento veinte mil hombres, que no distinguen la derecha de la izquierda, y gran cantidad de ganado?"

Somos todos sus hijos y ves por todos, e incluso en el malestar y el infortunio, se da con amor y siente nuestra suerte.

Mal podemos condenar lo que no conocemos como un tú.

Cuando un formador de personas, de cualquier jerarquía y profesión, complace a los formandos, todo es alegría y complacencia. Es el mejor de los líderes en ese momento.

Pero cuando contraría el sentir común, para preservar otros bienes más universales y urgentes, el disgusto erosiona la credibilidad del formador.

Salmo responsorial: 85



REFLEXIÓN

Porque tú, Señor, eres bueno y clemente, / rico en misericordia con los que te invocan

La única riqueza bendita por todos los ángulos es la del Señor, rico en misericordia.

Lucas 11,1-4



REFLEXIÓN

"Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos,"

Jesús es visto por sus seguidores como alguien que inspira un estilo de vida significativo.

Como él ora, y la oración se ve repercutir en su modo de ser, los discípulos se ven atraídos a ese actividad que tanto bien hace.

Los discípulos ven a Jesús orar y tienen deseos de ser enseñados. Qué los mueve? Qué sabrían de la oración que Juan enseñó a sus seguidores? Cuál es el aprecio y modalidad de la oración de estos grupos religiosos que caminaban por Judea y Galilea?

Al pedírselo a Jesús sus discípulos debieron sentir que era un actividad importante, valiosa para profundizar el seguimiento en el que se encontraban con Jesús.

Pero Jesús no enseñó largas oraciones sino un conversatorio sencillo con el Señor a quien llamaba papito.

decid:

(legete: hablen, digan, procedan a decir, a conversar?)

Porque igual se trata de una fórmula que se puede repetir intacta, porque es venerable, y ha sido guardada como un tesoro: el Padrenuestro.

O puede ser una provocación, una incitación, una propuesta, un tema de conversación para desarrollar un coloquio al estilo ignaciano de contemplación y oración.

"Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación.""

Un Dios Padre, un misterio que solo un hijo como Jesús nos colabora en desvelar.

Cuyo nombre es sinónimo de prestigio y verdad. Una identidad misteriosa que no se agota y nos produce una admiración sin fin.

Que ejerce un dominio que nos parece retrasado, y nos impacienta que no termine de reinar.

En quien dejamos o intentamos dejar nuestra preocupación por el sustento de vida, con frecuencia amenazado por los órdenes económicos que tergiversamos.

Que nos potencia para la fraternidad y la sororidad a través del perdón, que no se puede otorgar sino somos autocríticos, y captamos nuestra responsabilidad y culpa en relación a otros.

Y a quien pedimos que nos mantenga en la brecha, hasta que todo termine, y nos preserve para la alegría final.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1445716903159160834?s=20

BEATO CARLO


 
De la carta de san Ignacio de Antioquía, obispo y mártir, a los Tralianos
(Caps. 8,1-9, 2; 11, 1-13, 3: Funk 1, 209-211)

CONVERTÍOS EN CRIATURAS NUEVAS POR MEDIO DE LA FE, QUE ES COMO LA CARNE DEL SEÑOR, Y POR MEDIO DE LA CARIDAD, QUE ES COMO SU SANGRE

Revestíos de mansedumbre y convertíos en criaturas nuevas por medio de la fe, que es
como la carne del Señor, y por medio de la caridad, que es como su sangre. Que ninguno
de vosotros tenga nada contra su hermano. No deis pretexto con ello a los paganos, no
sea que, ante la conducta insensata de algunos de vosotros, los gentiles blasfemen de la
comunidad que ha sido congregada por el mismo Dios, porque ¡ay de aquel por cuya
ligereza ultrajan mi nombre!
Tapaos, pues, los oídos cuando oigáis hablar de cualquier cosa que no tenga como
fundamento a Cristo Jesús, descendiente del linaje de David, hijo de María, que nació
verdaderamente, que comió y bebió como hombre, que fue perseguido verdaderamente
bajo Poncio Pilato y verdaderamente también fue crucificado y murió, en presencia de los
moradores del cielo, de la tierra y del abismo y que resucitó verdaderamente de entre los
muertos por el poder del Padre. Este mismo Dios Padre nos resucitará también a nosotros,
que amamos a Jesucristo, a semejanza del mismo Jesucristo, sin el cual no tenemos la
vida verdadera.

Huid de los malos retoños: llevan un fruto mortífero y, si alguien gusta de él, muere al
momento. Estos retoños no son plantación del Padre. Si lo fueran, aparecerían como
ramas de la cruz y su fruto sería incorruptible; por esta cruz, Cristo os invita, como
miembros suyos que sois, a participar en su pasión. La cabeza, en efecto, no puede nacer
separada de los miembros, y Dios, que es la unidad, promete darnos parte en su misma
unidad.
Os saludo desde Esmirna, juntamente con las Iglesias de Asia, que están aquí conmigo
y que me han confortado, tanto en la carne como en el espíritu. Mis cadenas, que llevo
por doquier a causa de Cristo, mientras no ceso de orar para ser digno de Dios, ellas
mismas os exhortan: perseverad en la concordia y en la oración de unos por otros.
Conviene que cada uno de vosotros, y en particular los presbíteros, reconfortéis al obispo,
honrando así a Dios Padre, a Jesucristo y a los apóstoles.
Deseo que escuchéis con amor mis palabras, no sea que esta carta se convierta en
testimonio contra vosotros. No dejéis de orar por mí, pues necesito de vuestro amor ante
la misericordia de Dios, para ser digno de alcanzar aquella herencia a la que ya me acerco,
no sea caso que me consideren indigno de ella.
Os saluda la caridad de los esmirniotas y de los efesios. Acordaos en vuestras oraciones
de la Iglesia de Siria, de la que no soy digno de llamarme miembro, porque soy el último
de toda la comunidad. Os doy mi adiós en Jesucristo a todos vosotros, los que estáis
sumisos a vuestro obispo, según el querer de Dios; someteos también, de manera
semejante, al colegio de los presbíteros. Y amaos todos, unos a otros, con un corazón
unánime.
Mi espíritu se ofrece como víctima por todos vosotros, y no sólo ahora, sino que se
ofrecerá también cuando llegue a la presencia de Dios. Aún estoy expuesto al peligro,
pero el Padre es fiel y cumplirá, en Cristo Jesús, mi deseo y el vuestro. Deseo que también
vosotros seáis hallados en él sin defecto ni pecado.