SÁBADO 31 DE TIEMPO ORDINARIO
Año Impar
Romanos 16,3-9.16.22-27
REFLEXIÓN
Al que puede
fortaleceros según el Evangelio que yo proclamo
El evangelio que Pablo proclamó llevó los
experiencia de Jesús en él y en las comunidades con las que estuvo relacionado,
tanto judeocristianas como gentiles.
Es para nosotros paradigma de asimilación
tanto del mensaje como del cómo hacer en el contexto vital que corresponde
vivir.
Por ser fiel a esta experiencia de
asimilación y exposición vivió tensiones, conflictos, persecuciones, dentro y
fuera.
No fue una vida de paz en el sentido
quietista, pero sí de consuelo en el Espíritu.
En esta experiencia bebió la fortaleza para
mantenerse en la brecha y bregar por abrir al evangelio de Jesucristo en otras
culturas.
Algo que destaca en él es su virilidad para
sostenerse en lo que consideraba verdad de Jesucristo, incluso frente a las
autoridades cristianas precedentes constituídas.
No le importó dejar lazos fraternos si la
misión le exigía otro rumbo.
para traer a
todas las naciones a la obediencia de la fe, al Dios, único sabio, por
Jesucristo
Hoy
después de muchos errores, vamos entendiendo que no se trata de traer a la
fuerza, porque no sería obediencia de fe, la cual descansa en un libre y
amoroso asentimiento.
Si
Jesús es el que atrae al Padre, nosotros debemos servir a su evangelio a su
modo, por convicción y persuasión, en libertad.
Salmo responsorial: 144
REFLEXIÓN
Día tras día,
te bendeciré / y alabaré tu nombre por siempre jamás
Porque
no cesas de enseñarnos y guiarnos, mediante tus señales históricas y
encarnadas, formateadas en el ejemplo de tu Hijo Jesucristo, su muerte en cruz
y su resurrección.
Lucas 16,9-15
REFLEXIÓN
"Ganaos
amigos con el dinero(mamona:riqueza y
posesiones que fundamentan la confianza en sí mismo) injusto(adikia:sin
justicia, incorrecto), para que, cuando os falte, os reciban en las moradas
eternas.
Para la pureza en la obediencia de esta
orientación debíamos ser más desapegados sobre quienes lo ejercemos: no sólo
los nuestros, más cercanos, o queridos, sino sobre todo los más pobres y
vulnerables.
Quién
puede negar en lo profundo de su sinceridad que se inclina uno a estar seguro
cuando el ingreso es seguro, o se tiene algún dinero reservado? Sucede aun
entre los consagrados por votos de pobreza.
Esa confianza se puede hacer absoluta y
exclusiva y competir con la confianza y dependencia que nos llama a vivir
nuestro Padre.
El que es de
fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en
lo menudo tampoco en lo importante es honrado.
Lo pequeño muestra ya el paradigma que da
sentido a la vida y si allí no se encuentra, da qué pensar.
Nuestra vida histórica es como un proceso
gigantesco de conversión personal y social, en el que bajo el fermento de la
buena nueva voy viendo en la fe, curando la ceguera, de manera que aprendo a
ponderar la gloria del Señor en los pequeños y pequeñas.
Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará
lo que vale de veras?
Se
trata de un test fácil de verificar en nuestra vida corriente: cómo va nuestra
confianza en el dinero, poco o mucho que tengamos? Cómo se compara con la
confianza que decimos tener en el Señor.
En
las circunstancias de estrechez y penuria globalizada, como parece serlo para
nuestra época, en muchos lugares, intensificada por la Pandemia, hemos de
interrogarnos si ayuda a verificar el arraigo de la confianza en el Señor, más
que en los ingresos mermados.
Muy
otra es la consideración de aquellos que endémicamente padecen penuria y el
horizonte del bienestar material o no es conocido, o no figura para su
beneficio en el surtido de su existencia.
En
este caso el test podría ser para los que tienen algo, si la confianza en su
dinero es tal, que no vean en el compartir solidario, un modo de confiar en el
Señor.
Por
eso el evangelio nos ubica siempre en el juicio sobre cuál es el verdadero
valor de nuestra existencia: la confianza en el dinero y lo material, o en el
Señor.
Compartir es un modo de movernos de una a
otra confianza.
Ningún siervo
puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o
bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios
y al dinero
En la historia que vivimos se puede
desprender algo de esta lección. Nuestro apego al dinero, como portaestandarte
de la seguridad material.
Oyeron esto unos fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él. Jesús les
dijo: "Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os
conoce por dentro. La arrogancia con los hombres Dios la detesta."
Arrogancia es burlarse de la coherencia en
la observancia de los valores, en nombre de la misma observancia. Como si una
observancia de un desvalor fuera más importante y significativa que la de un
valor.
Los
fariseos amigos del dinero han sido muy prolíficos, porque las generaciones de
ellos son legión que puebla la tierra en la actualidad.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1456941296136949762?s=20