miércoles, 19 de enero de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 2 de tiempo ordinario

Año Par

1Samuel 17, 32—51



REFLEXIÓN

El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras oso, me librará de las manos de este filisteo

David es para Israel el paradigma de una guerrero. Su valentía, audacia y astucia son aun para el Israel moderno, una inspiración de lucha. Condensa la expectativa de un régimen exitoso y próspero en medio de las naciones. Un dominio mesiánico, inclusive en lo civil y administrativo.

Pero la Palabra lo destaca y lo guarda para las futuras generaciones como alguien creyente fiel, que debe su éxito a la confianza puesta en el Señor, y en el reconocimiento de su soberanía y señorío.

Para la Palabra se trata de un ejemplo de mediador, de asistente, de rey en sentido salvífico. No dueño absoluto de un poder, sino lugarteniente de Dios, fiel administrador y subordinado.

todo el mundo reconocerá que hay un Dios en Israel; y todos los aquí reunidos reconocerán que el Señor da la victoria sin necesidad de espadas ni lanzas, porque ésta es una guerra del Señor

El reconocimiento del Señor es el objetivo fundamental del testimonio de confianza en la lucha. La guerra del Señor se cambiará a la viña del Señor, con Jesús de Nazaret. Pero los enemigos de la causa se mantendrán y contra ellos y sus mediadores, las mínimas armas de Dios, son suficientes.

Así venció David al filisteo, con la honda y una piedra; lo mató de un golpe, sin empuñar espada.

La desproporción como una parábola en acción debe provocar la admiración hacia la gloria del Señor.

Salmo responsorial: 143



REFLEXIÓN

Defiéndeme de la espada cruel.

Hay que reconocer que nuestro mundo y nuestra realidad no es un lecho de rosas, y además de los males hay malas intenciones de perjudicar, dañar y hacer iniquidades. Tanto desde las personas como desde las colectividades. Basta que se persiga un bien en forma exclusiva y egocéntrica, sin mirar el bien al que otros tienen derecho, para que la injusticia se desprenda como fruto maduro.

Por eso la Palabra en su invitación a la confianza en la defensa del Señor a sus ungidos, los bautizados en el nombre de su hijo, nos aporta un gran descanso y estabilidad. Una visión más serena de los conflictos.

Marcos 3,1-6



REFLEXIÓN

Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo.

La transgresión material del sábado por parte de Jesús es lo que obsesiona a sus adversarios. La escala de valores y sus prioridades no son las mismas para Jesús y sus enemigos. Es comprensible que en un sistema teocrático, con un templo magnífico como insignia de santidad y progreso material, ubique la tradición del sábado, transmitida durante cientos de años, como una piedra miliar.

La dedicación de este tiempo al Señor invisible preservó a Israel en el exilio. Es como si a los cristianos nos ofendieran en el rito sacramental del bautismo o la eucaristía.

Pero cuando estos medios se hacen fines y se olvida para quién y para qué están destinados, se trastocan los valores.

Jesús de Nazaret significa el rescate del ser humano desde su pobreza, en toda su riqueza semántica, para ponerlo como fin de los desvelos salvíficos del reino del Padre.

Jesús es el mediador en su carne de esta reestructuración.

"Levántate y ponte ahí en medio"

Jesús muestra así que el ser humano, pobre y pecador en cuanto la justificación, es el centro del Designio.

 

¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?

Una pregunta crucial que ataca la yugular de la hipocresía religiosa y moral. En muchas formas se repite en la historia inquietando el conformismo del establishment.

Solo que los inquietos de un momento son establishment más adelante y se endurecen, nos endurecemos, en nuestros supuestos logros.

Es un círculo fatídico de derrota para la humanidad? Más bien es la falla de la autocrítica: el reconocimiento oportuno que el espíritu se va convirtiendo en ley, el sábado va impidiendo curar al necesitado.

Es una cuestión fundamental. Es la base de la ética. Qué es lo permitido en un contexto de prohibición. La cultura judía contemporánea a Jesús hace del sábado-tiempo y lugar, un tabú. Jesús deshace el tabú.

Y corre el acento a lado humano en su vida y calidad de vida.

 Echando en torno una mirada de ira y dolido de su obstinación

Es la subjetivación de Jesús frente al endurecimiento.La ira al servicio de la justicia de Dios, no de la destrucción y el daño.

los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él

El establishemt fariseo y el herodiano se odiaban entre sí y se descalificaban. Pero a la hora de un enemigo común se alían. Nada nuevo.

Desde temprano la seguridad de Jesús estuvo en riesgo. Su mensaje concitaba fuerzas que aunque enemigas entre sí, se aliaban para derrotar un enemigo mayor de su establecimiento.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1483771552961335306?s=20

BEATO CARLO

SU TESTIMONIO DE VIDA ES UN LLAMADO A LA UNIDAD DE UN SOLO PUEBLO  

De la Constitución dogmática Lumen géntium, sobre la Iglesia, del Concilio Vaticano segundo
(Núms. 2. 16)
 
YO SALVARÉ A MI PUEBLO

 

El Padre eterno, por un libérrimo y misterioso designio de su sabiduría y de su bondad, creó el mundo universo, decretó elevar a los hombres a la participación de la vida divina y, caídos por el pecado de Adán, no los abandonó, sino que les otorgó siempre los auxilios necesarios para la salvación, en atención a Cristo redentor, que es imagen de Dios invisible, primogénito de toda creatura. El Padre, desde toda la eternidad, conoció a los que había escogido y los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos.

 

Determinó reunir a cuantos creen en Cristo en la santa Iglesia, la cual fue ya prefigurada desde el origen del mundo y preparada admirablemente en la historia del pueblo de Israel y en el antiguo testamento, fue constituida en los últimos tiempos y manifestada por la efusión del Espíritu y se perfeccionará gloriosamente al fin de los tiempos. Entonces, como se lee en los santos Padres, todos los justos descendientes de Adán, desde Abel el justo hasta el último elegido, se congregarán delante del Padre en una Iglesia universal.

 

Por su parte, todos aquellos que todavía no han recibido el Evangelio están ordenados al pueblo de Dios por varios motivos.

 

Y en primer lugar aquel pueblo a quien se confiaron las alianzas y las promesas y del que nació Cristo según la carne; pueblo, según la elección, amadísimo a causa de los padres: porque los dones y la vocación de Dios son irrevocables.

 

Pero el designio de salvación abarca también a todos los que reconocen al Creador, entre los cuales están en primer lugar los musulmanes, que, confesando profesar la fe de Abraham, adoran con nosotros a un solo Dios, misericordioso, que ha de juzgar a los hombres en el último día. Este mismo Dios tampoco está lejos de aquellos otros que entre sombras e imágenes buscan al Dios desconocido, puesto que es el Señor quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas, y el Salvador quiere que todos los hombres se salven.

 

Pues los que inculpablemente desconocen el Evangelio y la Iglesia de Cristo pero buscan con sinceridad a Dios y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia, en cumplir con sus obras la voluntad divina, conocida por el dictamen de la conciencia, pueden conseguir la salvación eterna. Y la divina Providencia no niega los auxilios necesarios para la salvación a aquellos que, sin culpa por su parte, no han llegado todavía a un expreso conocimiento de Dios y se esfuerzan, con la gracia divina, en conseguir una vida recta.

 

La Iglesia considera que todo lo bueno y verdadero que se da entre estos hombres es como una preparación al Evangelio y que es dado por aquel que ilumina a todo hombre para que al fin tenga la vida.