jueves, 21 de julio de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Jueves, XVI semana

San Ambrosio Comentario sobre los salmos 43,89-90:

¿Por qué nos escondes tu rostro? Cuando estamos afligidos por algún motivo nos imaginamos que Dios nos esconde su rostro, porque nuestra parte afectiva está como envuelta en tinieblas que nos impiden ver la luz de la verdad. En efecto, si Dios atiende a nuestro estado de ánimo y se digna visitar nuestra mente, entonces estamos seguros de que no hay nada capaz de oscurecer nuestro interior. Porque, si el rostro del hombre es la parte más destacada de su cuerpo, de manera que cuando nosotros vemos el rostro de alguna persona es cuando empezamos a conocerla, o cuando nos damos cuenta de que ya la conocíamos, ya que su aspecto nos lo da a conocer, ¿cuánto más no iluminará el rostro de Dios a los que él mira? En esto, como en tantas otras cosas, el Apóstol, verdadero intérprete de Cristo, nos da una enseñanza magnífica, y sus palabras ofrecen a nuestra mente una nueva perspectiva. Dice, en efecto: El Dios que dijo: «Brille la luz del seno de la tiniebla» ha brillado en nuestros corazones, para que nosotros iluminemos, dando a conocer la gloria de Dios, reflejada en Cristo. Vemos, pues, de qué manera brilla en nosotros la luz de Cristo. Él en efecto, el resplandor eterno de las almas, ya que para esto lo envió el Padre al mundo, para que, iluminados por su rostro, podamos esperar las cosas eternas y celestiales, nosotros que antes nos hallábamos impedidos por la oscuridad de este mundo. ¿Y qué digo de Cristo, si el mismo apóstol Pedro dijo a aquel cojo de nacimiento: Míranos? Él miró a Pedro y quedó iluminado con el don de la fe; porque no hubiese sido curado si antes no hubiese creído confiadamente. Si ya el poder de los apóstoles era tan grande, comprendemos por qué Zaqueo, al oír que pasaba el Señor Jesús, subió a un árbol, ya que era pequeño de estatura y la multitud le impedía verlo. Vio a Cristo y encontró la luz, lo vio y él, que antes se apoderaba de lo ajeno, empezó a dar lo que era suyo

REFLEXIÓN

Como nadie puede subsistir sin la luz del rostro de Dios iluminado sobre nosotros, en la aparente oscuridad, así el Espíritu nos vuelve a Cristo que ilumina con su rostros el misterio del Padre Dios, y lo  ilumina por las buenas obras de sus enviados . De ahí que cuando afligidos por la oscuridad clamamos que nos ha escondido su rostro, hagamos el esfuerzo de buscar en la fraternidad la luz que echamos de menos.

miércoles, 20 de julio de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 16 de tiempo ordinario

Jeremías 1, 1. 4-10



REFLEXIÓN

"Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te nombré profeta de los gentiles."

Fundamento teológico bíblico para respetar la vida humana desde la concepción.

Frente a esto la opinión de que el ser humano sólo se muestra como tal dentro del útero cuando adquiere una configuración humana, porque antes es sólo un amasijo de células.

Y todavía más, que la intervención contra el embrión, en quien ya se reconoce configuración humanoide si representa algún grado de riesgo para la madre.

No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte

Somos cobardes y cómodos en defender nuestra posición en puntos debatibles.

Cuando por lo menos se puede hacer pensar en otros enfoques alternativos.

Mira: yo pongo mis palabras en tu boca

Esta calidad de fe nos falta cuando debemos exponer la buena nueva del reino.

No sólo en los ámbitos clericales sino sobretodo en los laicos.

Salmo responsorial: 70



REFLEXIÓN

A ti, Señor, me acojo: / no quede yo derrotado para siempre; / tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo

El debate por la verdad es como un juicio, que puede quedar en una mera victoria de palabras y agudezas, pero no en hacer pensar la posición alternativa contraria.

Mateo 13, 1-9



REFLEXIÓN

Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.

Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó de seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.

Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.

El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.

El que tenga oídos que oiga

No debía sembrar con más cuidado, todo en tierra buena? El sembrador hace lo que puede.

Pero el redactor parece enfocarse sobretodo en la contingencia de lo sembrado, de lo que no se puede escapar a nadie: la responsabilidad de dar fruto.

Procurar dar fruto como buena tierra, aunque no sea el cien por ciento, es una motivación para el crecimiento del reino.

A dar fruto!!!

El que tenga oídos que oiga

Conocemos del Reino por la realidad a nuestro alcance, vivida cotidianamente.Las faenas comunes nos iluminan los significados más trascendentes.

La parábola del sembrador y las clases de semillas y tierras, nos ilustra sobre la diversidad de actitudes para el reino.

Diversidad en la acogida, diversidad en el compromiso y diversidad en el resultado.

Estamos bastante lejos de una realidad única, unívoca, exclusiva. Sino más bien diversa, rica en matices y abierta a la libertad y generosidad humana.

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