martes, 4 de octubre de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Martes 27 de tiempo ordinario

Año Par

Gálatas 1, 13-24



REFLEXIÓN

como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados

Si el apasionamiento llevó a Pablo a posturas fanáticas, no obstante su formado juicio en las escrituras, nada extraño tiene que muchos otros las sigan teniendo.

Es un misterio la afiliación que tenemos a una idea, un valor, una perspectiva. Una mezcla de argumentos razonables con una adhesión de afecto y costumbre.

Y el que se logre dar la vuelta a esta situación y convertir en el contrario no implica que borramos la radicalidad de nuestras actitudes.

Así Pablo también fue una apasionado y radical defensor de la nueva fe hasta su muerte, aplicando con rigor sus nuevas categorías.

Sin embargo tuvo la capacidad en algunos momentos de admitir los cambios de la realidad frente a él, cuando aceptó que los gentiles no debían estar sujetos en todo a la ley mosaica.

Solo un discernimiento continuo y una autocrítica honesta puede capacitarnos para respetar las modalidades y cambios que la realidad nos provoca, procediendo a los ajustes pertinentes.

cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí

Dios es testigo de que no miento en lo que os escribo

Otro sentido de las pruebas y sufrimientos asumidos por una causa es la de mostrar la fortaleza de las convicciones.

En el caso de Pablo no resultó nada fácil evidenciar que su conversión era por una revelación del Señor.

Como todo enviado de Dios, incluso Jesús de Nazareth, la existencia con sus contingencias, persecuciones, incomprensiones e imprevistos, resultó ser la criba del Espíritu para que se mostrara la gloria del Señor.

No son revelaciones para el sujeto y su exclusiva subjetivación, sino para entregarlas, en un destino.

Si se dijera o sintiera que el Señor ha concedido una gracia o don, después de agradecerlo y convencerse de ello, es menester mantenerlo a disposición donde, cuando y mientras Él lo disponga con su designio, con toda generosidad, apertura y vigilancia para que no decaiga y se desvíe mientras está vigente.

Las Iglesias cristianas de Judea no me conocían personalmente; sólo habían oído decir que el antiguo perseguidor predicaba ahora la fe que antes intentaba destruir, y alababan a Dios por causa mía

Si el espíritu de las comunidades cristianas hubiera sido tan radical como Pablo se mostró en su persecución, jamás lo hubieran revaluado y se hubieran abierto a la posibilidad de una conversión.

Es una lección para nosotros como personas y como sociedades. En asuntos de fe como en otros asuntos nuestra actitud debiera contar con la posibilidad de un verdadero cambio en quienes se muestran antagonistas.

Salmo responsorial: 138



REFLEXIÓN

Te doy gracias, / porque me has escogido portentosamente

Gracias por tu don inmerecido y negligido

Conocías hasta el fondo de mi alma, / no desconocías mis huesos

No obstante lo que somos, no dejas de llamarnos y enviarnos.

Esa mirada profunda de Alguien que nos ama y nos hace sentir respaldados e íntimamente comprendidos, de manera que puede existir en nosotros un sentido de justificación fundamentado en la misericordia del Señor.

No obstante la culpabilidad que Pablo debió sentir por haber perseguido y maltratado inocentes, pudo vivir del perdón y elección de la Palabra para una nueva misión.

Lucas 10,38-42



REFLEXIÓN

"Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán."

Si hay algo estable y que produce firmeza es la asidua escucha de la palabra.

Ella genera un cambio de vida en la que el servicio no es disperso ni desenfocado o distractivo.

Genera una misión que concentra la energía en vivir el designio que es el Reino, el dominio del Señor en todo tiempo y lugar.

Escoger lo único necesario y dedicarse a ello no importa el costo para el mundo.

El servicio es importante, pero cuando fluye de la escucha de la Palabra. María es mejor paradigma de servicio al reino que Marta, porque el servicio que fluya de su iniciativa habrá sido incubado a los pies de Jesús de Nazareth.

Somos muchos los que pensamos que debemos gastarnos por el servicio al reino, y que las obras son muestra de la fe. Que no es suficiente decir: Señor, Señor.

Pero somos muchos los que nos ahogamos en el afán del mundo y confundimos el servicio a nuestros intereses con el servicio al Reino, que nace de la escucha y obediencia de fe a la Palabra.

Se supone que Marta encarna el servicio, pero en esta ocasión hay prioridades: Jesús.

Escucharlo es la prioridad

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1577267331675213827?s=20&t=DgcARX5BjKrYNq88WVBoow

BEATO CARLO


 
De las Cartas de san Francisco de Asís, dirigidas a todos los fieles
(Opúsculos, edición Quaracchi [Florencia], 1949, 87-94)
 
DEBEMOS SER SENCILLOS, HUMILDES Y PUROS

 

La venida al mundo del Verbo del Padre, tan digno, tan santo y tan glorioso, fue anunciada por el Padre altísimo, por boca de su santo arcángel Gabriel, a la santa y gloriosa Virgen María, de cuyo seno recibió una auténtica naturaleza humana, frágil como la nuestra. Él, siendo rico sobre toda ponderación, quiso elegir la pobreza, junto con su santísima madre. Y, al acercarse su pasión, celebró la Pascua con sus discípulos. Luego oró al Padre, diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mi este cáliz.

 Sin embargo, sometió su voluntad a la del Padre. Y la voluntad del Padre fue que su Hijo bendito y glorioso, a quien entregó por nosotros y que nació por nosotros, se ofreciese a sí mismo como sacrificio y víctima en el ara de la cruz, con su propia sangre, no por sí mismo, por quien han sido hechas todas las cosas, sino por nuestros pecados, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. Y quiere que todos nos salvemos por él y lo recibamos con puro corazón y cuerpo casto.

 ¡Qué dichosos y benditos son los que aman al Señor y cumplen lo que dice el mismo Señor en el Evangelio: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y a tu prójimo como a ti mismo! Amemos, pues, a Dios y adoremoslo con puro corazón y con mente pura, ya que él nos hace saber cuál es su mayor deseo, cuando dice: Los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Porque todos los que lo adoran deben adorarlo en espíritu y en verdad. Y dirijámosle, día y noche, nuestra alabanza y oración, diciendo: Padre nuestro, que estás en el cielo; porque debemos orar siempre y no desfallecer jamás.

 Procuremos, además, dar frutos de verdadero arrepentimiento. Y amemos al prójimo como a nosotros mismos. Tengamos caridad y humildad y demos limosna, ya que ésta lava las almas de la inmundicia del pecado. En efecto, los hombres pierden todo lo que dejan en este mundo; tan sólo se llevan consigo el premio de su caridad y las limosnas que practicaron, por las cuales recibirán del Señor la recompensa y una digna remuneración.

 No debemos ser sabios y prudentes según la carne, sino más bien sencillos, humildes y puros. Nunca debemos desear estar por encima de los demás, sino, al contrarío, debemos, a ejemplo del Señor, vivir como servidores y sumisos a toda humana creatura, movidos por el amor de Dios. El Espíritu del Señor reposará sobre los que así obren y perseveren hasta el fin, y los convertirá en el lugar de su estancia y su morada, y serán hijos del Padre celestial, cuyas obras imitan; ellos son los esposos, los hermanos y las madres de nuestro Señor Jesucristo