jueves, 21 de septiembre de 2023

PALABRA COMENTADA

 

San Mateo apóstol(21 de septiembre)

Efesios 4,1-7.11-13



REFLEXIÓN

el prisionero por el Señor

Pablo reconoce su condición: es prisionero. Reconoce la causa: por el Señor, por seguirlo y anunciarlo.

Reconoce su motivación: por el Señor, por compartir su suerte, por asemejársele, por ser elegido para estar cerca de Él.

Más adelante en la historia irán surgiendo muchos otros animados y motivados por tal semejanza, como si fuera una gloria, una condecoración, un renombre.

Gente así construye el reino.

andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados

Andar se trata de conducir la vida en sentido ético, tomando decisiones correctas, buenas y felices en consecuencias para todos.

humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.

Esta es una contribución a la paz, a la ciudadanía democrática, pluralista, equitativa e inclusiva.

Diligente y fervorosamente promoviendo fraternidad.

Con una identidad cercana y clara que aproxima a los miembros.

Podríamos reconocer un estilo de vida con estos valores en muchos que hoy promueven la paz, tolerancia, inclusión, derechos humanos.

Sería más constructivo si en su activismo se reconociera y explicitara con más énfasis aún este sentido de fraternidad, en tolerancia, en unidad.

Para que podamos superar el sentido de desquite, de justicia vengativa, insaciable en sus demandas de ojo por ojo.

Es decir que la nueva evangelización, la evangelización en la cultura, quiere mostrar un paradigma de estilo de vida alternativo a la cultura de muerte y violencia.

Pero también, como Palabra de Dios, que corta por ambos lados de la daga, sensibiliza a una autocrítica purificadora de motivaciones revanchistas y fariseas.

Procura la paz con esfuerzo, nuestra vocación y nuestra congruencia, porque trata de luchar por el entendimiento y no la guerra.

Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todoSe trata de la experiencia del Dios inefable

Descubrimos desde esta experiencia que aguardar a que se cumpla su voluntad desde la fe y esperanza, para que incluya nuestra voluntad, significa una depuración, purificación, un fuego cernidor que transforma en la medida de nuestra buena disposición.

Los motivos económicos, materiales, psicológicos, de aferramiento a lo material y su seguridad, estarán siendo puestos a prueba, para transformarse en total entrega a la confianza en su designio.

Es la experiencia subjetiva que se objetiviza en una cosmovisión: un Dios Padre que ama salvando el mundo en su Hijo, Jesús de Nazareth.

No está al alcance del esfuerzo del ateo y anti-teo, porque es un don.

Pero es una posibilidad también para ellos, escondida en el misterioso designio del Señor, que late en la voz de sus conciencias.

para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud

Los diferentes ministerios o servicios en el pueblo de Dios no son para lucrar, sino para edificar.

Son medios para luchar por la unidad de la paz.

De eso se trata en el entramado de lo profundo.

Revisemos si por egoísmo y aferramiento no hemos edificado como debíamos.

En familia, en amistad, en profesión, en vocación y servicio.

Más de lo que quisiéramos, hemos estado por debajo de la raya.

Salmo responsorial: 18




REFLEXIÓN

sin que resuene su voz, / a toda la tierra alcanza su pregón

Una vez terminó Jesús de hablar en su ministerio, calló y murió.

El Dios Padre que en él hablaba calló y vivió con voz de Espíritu, que sin hablar resuena en las palabras de los enviados, para alcanzar toda la tierra, y las tierras si hay más vida fuera de ésta.

Debemos considerar que no somos los creyentes los únicos mediante los cuales la Palabra edifica el Reino.

Otros lo hacen también, aun sin advertirlo, para confluir en un Cristo total, que en su momento se dará a conocer plenamente.

Mateo 9,9-13



REFLEXIÓN

vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme."

Estaba este publicano haciendo lo que podía, mas no lo que debía.

Tal como estaba, cobrando impuestos le llegó el llamado.

Pero para seguirlo tuvo que levantarse de su puesto de opresión.

No debía continuar cobrando impuestos. No era congruente.

No era así como iba a evangelizar y promover la fraternidad.

Mateo como Pablo y otros apóstoles hacía lo suyo en el momento que la Palabra impactó en su vida y trastornó su existencia.

Trastornar nuestra vida en su derrotero insignificante para tornarlo significativo y enriquecido constituye la misión de la Palabra. El llamamiento del Señor que nos desubica no se dará sin nosotros, porque es una invitación, no una imposición.

Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos.

Eran las amistades y conocidos de Mateo, de su misma calaña probablemente. Los malos amigos, la gente perdida, los contaminados contaminantes, quienes debían ser puestos aparte para no dañar al resto.

Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: "¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?"

Hoy diríamos que bebe, rumbea, hace vida común y amistosa con gente de mala nota.

Una cosa es sentarse y comer con ellos y otra llamarlos para seguirlos. Otra además, es prescindir de los criticones.

Unos para sanar, otros para evangelizar, y otros para dejar que se cuezan en su propia salsa de maledicencia.

No todos los sanados están en condiciones de seguir a Jesús en su ministerio. Hay quienes siguen más de cerca. Tal selección es un misterio.

Jesús lo oyó y dijo: "No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores."

Son los que descubren y aceptan gustosos el aporte que Jesús puede hacer a sus vidas.

Pecadores con inquietud de justos, no justos con actitudes de pecadores, de las que no se quieren dar cuenta.

Éstos arrojan su maldad en otros como si fuera un conjuro de liberación.

Jesús lanza una proclama semejante a la del evangelio de Juan en el caso de la adúltera : quien se vea sin pecado que tire la primera piedra.

La llamada general para pecadores es redentora, porque pretende sanarnos, y nos convoca además a sanar otros y otras.

https://x.com/motivaciondehoy/status/1704821628364841204?s=20

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Efesios 4,1-7.11-13

La paz no fluye sino que hay que esforzarse. Es una construcción persistente, dedicada, y su fruto es la unidad. La paz es condición de posibilidad de la unidad. Incluso para asumir constructivamente la diversidad de carismas sin echar a pique la unidad.

Salmo responsorial: 18

Con esa eficiencia hemos de construir, casi sin hablar. Sin retórica, proceder en unidad por la paz. De tal manera que donde no hay unidad, debemos preguntarnos cómo hacemos la paz.

Mateo 9,9-13

Los estigmatizados por la sociedad, y mantenidos aparte, discriminados, muestran la desunión de la tal sociedad. No hay paz sin reconocimiento de lo propio que impide la paz. Si nos consideramos exentos de tal reconocimiento, y juzgamos que estamos bien y sanos, Jesús como pacificador y sanador, no tiene nada que hacer. Y por lo tanto, no se puede realizar la unidad del reino. Evangelizar no es solo sanar enfermos, sino también convencer sanos que están enfermos, y por lo tanto necesitan sanador, para así completar la unidad. Pero debe hacerse con la paz. La paz y no la violencia hace la unidad.

DOCTORES DE LA IGLESIA



 Jueves, XXIV semana
San Agustín Sermón sobre los pastores 46,9

Después de haber hablado el Señor de lo que estos pastores aman, habla de lo que desprecian. Son muchos los defectos de las ovejas, y las ovejas sanas y gordas son muy pocas, es decir, las que se hallan robustecidas con el alimento de la verdad, alimentándose de buenos pastos por gracia de Dios. Pues bien, aquellos malos pastores no las apacientan. No les basta con no curar a las débiles y enfermas, con no cuidarse de las errantes y perdidas. También hacen todo lo posible por acabar con las vigorosas y cebadas. A pesar de lo cual, siguen viviendo. Siguen viviendo por pura misericordia de Dios. Pero, por lo que toca a los malos pastores, no hacen sino matar. «¿Y cómo matan?», me preguntarás. Matan viviendo mal, dando mal ejemplo. Pues no en vano se le dice a aquel siervo de Dios, que destaca entre los miembros del supremo Pastor: Preséntate en todo como un modelo de buena conducta, y también: Sé un modelo para los fieles. Porque, la mayor parte de las veces, aun la oveja sana, cuando advierte que su pastor vive mal, aparta sus ojos de los mandatos de Dios y se fija en el hombre, y comienza a decirse en el interior de su corazón: «Si quien está puesto para dirigirme vive así, ¿quién soy yo para no obrar como él obra?» Así el mal pastor mata a la oveja sana. Y, si mató a la que estaba fuerte, ¿qué va a ser lo que haga con las otras, si con el ejemplo de su vida acaba de matar a la que él no había fortalecido, sino que la había encontrado ya fuerte y robusta? Os aseguro, hermanos queridos, que, aunque las ovejas sigan viviendo, y estén firmes en la palabra del Señor, y se atengan a lo que escucharon de sus labios: Haced lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen; sin embargo, quien vive de mala manera a los ojos del pueblo, por lo que a él se refiere, está matando a los que lo ven.

REFLEXIÓN

Tener como homicida a un jerarca pastor de mala vida suena extremo y radical. Sin embargo los pedófilos curas y obispos, por el daño causado en las personas cuando eran menores, y que sólo posteriormente fue conocido, son considerados criminales y como tal tratados por la justicia civil. Sin el clamor y le prosecución de la ley, todavía estaríamos tratando estos delincuentes con el respeto que pide su investidura. Sólo un clima desacralizado y un mentalidad menos mítica ha logrado cercar un poco y castigar, aun de ancianos, estos despreciables seres.