LA FAMILIA DEL BEATO CARLO
¿CÓMO VIVE UNA MADRE QUE SU HIJO SEA BEATO? UN SUEÑO Y LA CONFESIÓN DE CARLO ACUTIS ANTES DE MORIR
“Estamos muy contentos con la noticia de la beatificación, pero para ser sinceros, esperábamos esto. Hace algunos años, tuve un sueño con Carlo, quien me dijo: ‘Seré beatificado pronto y poco después canonizado’. Cuando se estaba muriendo, en su última semana de su vida soñé con San Francisco de Asís, que es el santo patrón de nuestra familia, y me dijo: ‘Tu hijo Carlo morirá muy pronto, pero será será considerado en un lugar muy alto de la Iglesia’. Entonces vi a Carlo en una iglesia muy grande, en lo alto, cerca del techo, y no lo entendí entonces. Por supuesto que ahora sí. Su muerte, su enfermedad, su corta vida, todo fue diseñado por Dios. Él había elegido a Carlo como un ejemplo para los jóvenes de este período en la historia”, relata la madre de este joven.
Un hijo de su tiempo
Sin embargo, Antonia insiste en que “no hay que mirar a Carlo como alguien perfecto. Era un hijo de su tiempo. Jugaba con su PlayStation… Pero también entendió que estas cosas, como el ordenador o la Play, podrían acabar ejerciendo una especie de ‘tiranía’ sobre su alma”. Por ello, él mismo llegó a la conclusión de que no debía jugar más de una hora a la semana a su Play, por ejemplo.
Era consciente de sus imperfecciones. Sabía que era muy hablador, sobre todo en clase, motivo por el cual le corregían a menudo sus profesores. También era una persona muy divertida, hacía caricaturas, pero “también supo que tenía que moderar esto para hacerlo en el momento adecuado”. Igualmente, le encantaba comer, a veces demasiado, y quiso imponerse a sí mismo más templanza para comer y disfrutar de la comida.
Su gran prioridad
“Jesús fue su primera prioridad. A Carlo también le gustaba hacer las cosas a su alrededor más bellas. Cuando era pequeño e íbamos al mar llevaba sus gafas de bucear con él y se convertía en un juego el ‘ir a buscar’ basura en el fondo del mar. A menudo llevaba a los perros a pasear por el parque y recogía
la basura que había allí. Pequeñas cosas para mejorar su rincón del mundo”, recuerda su madre.
Por otro lado, Antonia informa también que “muchas personas se convirtieron debido a su ejemplo o sus conversaciones. Realmente vivió lo que predicó, un testigo. Así es como él también se acercó a su sufrimiento”.