MOSTRÓ HASTA EL FINAL DESAPEGO DE LAS PERTENENCIAS Y SOLIDADARIDAD
LUNES, II SEMANA
De la vida de san Antonio, escrita por san Atanasio, obispo(Cap. 2-4: PG 26, 842-846) LA VOCACIÓN DE SAN ANTONIOCuando murieron sus padres, Antonio tenía unos dieciocho o veinte años, y quedó él solo con su única herma pequeñ aún, teniendo que encargarse de la casa y del cuidado de su hermana.
REFLEXIÓN
En nuestro tiempo se discutiría si el santo tenía derecho a disponer de los bienes que corresponderían a su hermana, porque ella también tendría derechos: mínimo a ser consultada y respetada. No nos convenceríamos que pudiéramos medir la necesidad de otros en base a la exigua nuestra. Quizás estaríamos más de acuerdo en que el santo viviera según lo que había pregonado y anunciado: en pobreza y mortificación. Sólo entonces nos inclinaríamos a tener en cuenta su estilo de vida como admirable y poco usual. Porque vivimos un momento en el que se han multiplicado las demandas por los derechos conculcados, entre ellos de las mujeres, también dueñas de su propio destino. Y vivimos en un momento de extremo individualismo, en el que aunque recibamos buenos ejemplos, somos indiferentes porque cada uno debe ser respetado en lo que hace y no criticar. Así usamos nuestro ethos actual para juzgar el ethos del pasado. Lo cual no parece ajustado a verdad. Pero queda la lección que toda la Iglesia siguiendo el Evangelio de Jesús de Nazareth está llamada a un seguimiento en conciencia, aunque sea contra cultura.