Domingo 2 de tiempo ordinario
1Samuel 3,3b-10.19
REFLEXIÓN
Respondió Elí: "No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte."
La guía de alguien experimentado es insustituíble en el acompañamiento espiritual.
Por importante que sea la teoría, los conceptos, las ideas y las vivencias, se requiere alguien que haya hecho el camino para que asista el proceso de fe del hermano.
Es un modo de expresar que el conocimiento del Señor es sabiduría, sabor del espíritu, el cual se logra en el trato, la familiaridad, el uso y costumbre de una relación.
Como el amor de una pareja, como el afecto de una familia, como la unión de los amigos.
Salmo responsorial: 39
REFLEXIÓN
He proclamado tu salvación / ante la gran asamblea; / no he cerrado los labios; / Señor, tú lo sabes.
La sabiduría consistente requiere el testimonio. Es el signo del compromiso, de la alianza. La muestra sobre en qué lado se está.
1Corintios 6,13c-15a.17-20
REFLEXIÓN
El que se une al Señor es un espíritu con él
Esa sabiduría, sabor del Señor, es una unión de intereses. Estar con El, nos hace partidarios de Él y su reinado.
Pero el que fornica peca en su propio cuerpo
Pecar en el cuerpo: fornicar. Desviar el cuerpo de la experiencia y sabor del Señor.
Fornicar es un uso del sexo como fin en sí mismo. Tiene consecuencias devastadoras para la autoestima y dignidad propia de la persona. Nos degradamos al nivel de cosa placentera.
Fornicar no es amar sexuada y sexualmente. Es diferente y la calidad del uso del cuerpo es distinta.
Es algo positivo que nos ha enseñado la época actual, y los jóvenes saben vivirlo con mucha autenticidad. Muchos de ellos, cuando se quieren y tienen sentimientos mutuos de aceptación y dignificación, se entregan mediante el acto sexual, que sella y trata de significar esos sentimientos profundos. Eso no es el fornicar al que se refería Pablo.
Y podrá haber una cosa por otra? Podrá haber abuso? Por supuesto. No hay nada sobre la haz del la tierra que implique la libertad de la persona y no sea desafiada por el abuso. Por eso hay que discernir y moderar.
No os poseéis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!
Pero la exigencia del Reino del Espíritu llega hasta limitar nuestra propiedad y decisión absoluta sobre el cuerpo.
En esto hay un choque frontal contra las apreciaciones actuales que proclaman que somos los dueños absolutos de nuestra existencia y por ende de nuestro cuerpo.
Es uno de los dogmas del feminismo a ultranza, cuando lo antepone como criterio para decidir sobre el aborto.
Juan 1,35-42
REFLEXIÓN
Entonces fueron, y vivieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde
El sabor y la familiaridad se fue haciendo con el trato personal.
Se trata de un en-amoramiento, cualitativa y diferente al deslumbramiento afectivo de los novios.
Se trata del impacto integral del Señor en nosotros, ayudados por un acompañante, como Juan, que ayudó a sus discípulos a entrar en la familiaridad de Jesús, quienes se fueron a vivir con él.
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1Samuel 3,3b-10.19
Salmo responsorial: 39
1Corintios 6,13c-15a.17-20
Juan 1,35-42