lunes, 8 de diciembre de 2025

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS


                                                 

                                         ALABAR LA TERNURA DE MARÍA CON EL REZO DEL ROSARIO

Miércoles II

De las Oraciones de san Anselmo, obispo
(Oración 52: PL 158, 955-956)

¡OH VIRGEN, POR CUYA BENDICIÓN QUEDA BENDECIDA TODA LA NATURALEZA!

El cielo, los astros, la tierra, los ríos, el día, la noche, y todo lo que se halla sometido al poder y al servicio del hombre, se congratulan, Señora, porque, habiendo perdido su antigua nobleza, ahora han sido en cierto modo resucitados por ti y dotados de una gracia nueva e inefable.

Porque todas estas cosas estaban como muertas, al haber perdido su congénita dignidad de servir al dominio y utilidad de los que alaban a Dios, que para eso habían sido creadas; estaban oprimidas y afeadas por el abuso de los que servían a los ídolos, para los cuales no habían sido creadas. Ahora se alegran como si hubieran vuelto a la vida, porque ya vuelven a estar sometidas al dominio de los que confiesan a Dios, y embellecidas por su uso natural.

Es como si hubiesen saltado de alegría por esta gracia nueva e inapreciable, al sentir que el mismo Dios, su mismo creador, no sólo reinaba sobre ellas de un modo invisible, sino que incluso lo vieron en medio de ellas, santificándolas visiblemente con su uso. Estos bienes tan grandes provinieron a través del fruto bendito del vientre sagrado de la Virgen María.

Por tu plenitud de gracia, lo que estaba en el país de los muertos se alegra al sentirse liberado, y lo que está por encima del mundo se alegra al sentirse restaurado.
En efecto, por el glorioso Hijo de tu gloriosa virginidad, todos los justos que murieron antes de la muerte vivificante de Cristo se alegran al verse libres de su cautividad, y los ángeles se congratulan por la restauración de su ciudad medio en ruinas.

¡Oh mujer llena y rebosante de gracia, con la redundancia de cuya plenitud rocías y haces reverdecer toda la creación! ¡Oh Virgen bendita y desbordante de bendiciones, por cuya bendición queda bendecida toda la naturaleza, no sólo la creatura por el Creador, sino también el Creador por la creatura!

Dios, a su Hijo, el único engendrado de su seno igual a sí, al que amaba como a sí mismo, lo dio a María; y de María se hizo un hijo, no distinto, sino el mismo, de suerte que por naturaleza fuese el mismo y único Hijo de Dios y de María. Toda la naturaleza ha sido creada por Dios, y Dios ha nacido de María. Dios lo creó todo, y María engendró a Dios. Dios, que hizo todas las cosas, se hizo a sí mismo de María; y de este modo rehizo todo lo que había hecho. El que pudo hacer todas las cosas de la nada, una vez profanadas, no quiso rehacerlas sin María.

Dios, por tanto, es padre de las cosas creadas y María es madre de las cosas recreadas. Dios es padre de toda la creación, María es madre de la universal restauración. Porque Dios engendró a aquel por quien todo fue hecho, y María dio a luz a aquel por quien todo fue salvado. Dios engendró a aquel sin el cual nada en absoluto existiría, y María dio a luz a aquel sin el cual nada sería bueno.

En verdad el Señor está contigo, ya que él ha hecho que toda la naturaleza estuviera en tan gran deuda contigo y con él.

domingo, 7 de diciembre de 2025

PALABRA COMENTADA


 

Domingo 2 de Adviento A

Isaías 11,1-10



REFLEXIÓN

Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago.

Una vida nueva trae un cúmulo de probabilidades, que en esperanza se desean benditas.

En el profeta un vástago real afirma una dinastía, libra de guerras de sucesión y sus males, lo que resulta en estabilidad y cierta paz.

En Jesús, que creemos como Iglesia que cumple las expectativas a plenitud, se realiza un cumplimiento parcial, limitado como prenda del todo que el Padre está dispuesto a cumplir: señales de salud, vitalidad, gozo, sabiduría y conocimiento, autoridad responsable y cuidadosa, en suma amor que repercute –en multiformidad- para todo el ser y en todos los seres, sin distinción.

Eso es lo que esperamos y anhelamos en este adviento.

Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor

juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados

Porque son pecadores e injustos, pero sus condiciones los han orillado a esa injusticia.

Y merecen un juicio más justo.

La medida de la equidad hacia el más vulnerable la dicta el amor más que la ley, por más que en ella nos apoyemos por razones históricas y contingentes.

El amor se enamora, pero no se impone ni se oprime.Porque sus secuelas violentas malversarán la justicia del amor.

Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastoreará. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará con la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de la ciencia del Señor, como las aguas colman el mar.

Esta visión, que emerge sobre contrastes que sugieren enemistad, ley de la selva, insubordinación frente al hombre y a la vez armisticio, paz entre enemigos, cese del fuego, colaboración, compañerismo, amor entre desiguales; nos viene bien en nuestro tiempo plagado de diferencias que se enfrentan, de reclamos y demandas, de violencia que cobra violencias, en un trámite que no da tregua.

Nuestro tiempo es el líder en medios de comunicación de todo tipo en tendencia creciente.

Una secuela que se viene dando es la discrepancia persistente, individualizada y grupalizada, en relación a otros. De modo que el consenso es cada vez más un ave rara.

Salmo responsorial: 71



REFLEXIÓN

Que en sus días florezca la justicia/ y la paz hasta que falte la luna

Él librará al pobre que clamaba, / al afligido que no tenía protector; / él se apiadará del pobre y del indigente, / y salvará la vida de los pobres

No sólo le hará justicia en su injusticia, sino en su clamor de justicia.

Como Zaqueo a quien visita la salvación y produce justicia para los que ha abusado.

La justicia del corazón convertido es un gesto de amor, que se apresura a reparar los daños causados, compensar la aflicción infligida y juntarse para caminar a un destino común, junto a sus antiguas víctimas.

Romanos 15,4-9



REFLEXIÓN

Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza. Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo

El ejercitante de los ejercicos ignacianos está llamado a la experiencia de la consolación y desolación en la escucha intensiva de la Palabra del Señor.

Este tanteo agridulce, aprendizaje del Espíritu Santo, va construyendo un crecimiento desde dentro pero proyectivo, que no se detiene a lo largo de toda la vida.

En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas; y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así dice la Escritura: "Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu nombre."

Jesús de Nazareth, Palabra de Dios encarnada e historizada y pneumáticamente perpetuada, ha modelado para nosotros el evangelio para toda cultura: la de la promesa judía y la gentil.

Son dos ejes que como constantes hayamos en toda civilización aparecida en la historia de la humanidad:Promesa y búsqueda, Revelación y fe, tanto creyente como filosófica y científica. No hay ámbito por fuera de la vinculación a esta Palabra de Dios, no hay ser humano sin Buena Nueva.

Mateo 3,1-12



REFLEXIÓN

confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán

Se preparaban para recibir el perdón, no lo recibían en efecto.

Yo os bautizo con agua para que os convirtáis

Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego

Porque el fuego transforma por la combustión. En Jesús se nos ha concedido un Espíritu de transformación, en una quema ardorosa que toma toda nuestra existencia.

Dejarse quemar para transformarse por parte del Espíritu, es nuestro proyecto y el designio del Padre.

No hay quema sin dolor, que purifica y separa lo que se ha de destruir de lo que se preservará.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1599378477727494146?s=20&t=fBhSCpPPafXVqM59ZSV3_w

https://x.com/motivaciondehoy 071225


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Domingo 2 de Adviento A

Isaías 11,1-10

Salmo responsorial: 71

Romanos 15,4-9

Mateo 3,1-12