sábado, 13 de diciembre de 2025

PALABRA COMENTADA


 Sábado 2 de Adviento

Eclesiástico 48,1-4.9-11



REFLEXIÓN

Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel

En la Palabra se dan ecos de cosas que se dijeron y se siguen diciendo desde la antigüedad del Oriente.

Cosas como la desaparición en vida de patriarcas, tales como Enoch y Elías. Que en otras culturas llevan otros nombres, y reflejan también creencias tradicionales pero sin evidencias (cfr. http://www.e-torredebabel.com/Biblioteca/Voltaire/Elias-Enoch-Diccionario-Filosofico.htm).

En el primer testamento Elías se configuró en el libro de los Reyes como una figura profética en el más puro estilo de Israel, sin los detalles de brujo adivino que se habían importado de otras culturas cananeas.

Su personalidad se perfila recia, peleadora contra baales o divinidades cananeas, con una fe a toda prueba en Yavé, Dios de Israel.

Su mensaje para el momento de su aparición en momentos de crisis de la monarquía, que traicionaba la tradición israelita de servicio a la justicia, fue el de exhortar a la definición de la fe en Yavé, y dejar de oscilar cómodamente entre baal y Yavé.

En el mensaje de los ejercicios ignacianos se escucha una exhortación parecida cuando nos lleva a confrontar nuestra convicción a través de los binarios o tipos de personas que dicen buscar la voluntad de Dios. El segundo binario es el ejemplo típico de las personas que buscan a Dios y al Diablo, haciendo componendas y falseando al Señor.

La vuelta de Elías tan esperada en tiempos de Jesús es asumida por los cristianos en Jesús de Nazareth, para ya no esperar por nadie más ante quien definir la fe radical en el reino del Padre.

cuyas palabras eran horno encendido

Hay palabras y Palabra de denuncia. Unas son huecas y sólo producen ruido pero poca conciencia. Las otras se comunican por mensajeros varios y afectan los núcleos de decisión humanos, para construir o para endurecerse.

La que afecta en sus mensajeros es íntegra y se propone como un estilo de vida a seguir. Pide conversión, cambio.

Elías por las huellas que dejó en los diferentes textos y tradiciones caló en la conciencia de las generaciones como alguien de palabra potente, que merecía re-editarse siempre. Y en cada generación se esperaba su re-aparición, como la palabra que daría el norte.

Esta palabra legendaria convergió en Jesús de Nazaret que lo re-editó y lo superó, según la fe primitiva de las comunidades del camino.

Hay quienes tienen este don: hablar e inquietar y hacer pensar para cambiar.

No suelen caer simpáticos, más bien pesan y se les toma como disco rayado.

Pero sin su voz, muchos clamores dejarían de vibrar, y menos cambios se harían para hacer algo de justicia.

¡Qué terrible eras, Elías!;

Sin embargo, también saltan las diferencias porque el ministerio de Jesús no se manifiesta en los evangelios ni tan agreste, ni tan hirsuto.

Hay más bien cierta armonía y flexibilidad, y la compasión brilla por encima del castigo.

Jesús de quien se dijo que podía ser Elías de nuevo, aun con ese don profético de decir verdades que podían posibilitar el cambio, no dejó de lado la misericordia, y que se explicitara, más aún, el perdón para quien reconociera su pecado.

Un torbellino te arrebató a la altura; tropeles de fuego, hacia el cielo

Y Elías además se nos presenta como un paradigma del arrebato a los cielos sin gustar la muerte.

En esta forma acerca como antecedente el imaginario a la resurrección proclamada de Jesús de Nazaret.

Se podría decir que la asunción de Elías es un concepto básico previo de la justificación

de un justo, que se aplicará luego a Jesús y María.

Se dice por tanto de los líderes de las religiones abrahámicas: Moisés, Elías, Jesús María y Mahoma.

Alzados al cielo, llevados enteros, como prenda de que históricamente no fue en vano, sino que sus obras edificaron una mansión eterna.

Salmo responsorial: 79



REFLEXIÓN

ven a visitar tu viña, / la cepa que tu diestra plantó, / y que tú hiciste vigorosa

Celebra el Israel bíblico, con alabanza y gozo, la iniciativa del Señor y su acompañamiento en el desarrollo de su realidad, no obstante que la cosecha que se va manifestando no sea la más copiosa y deba reconocer sus desvíos.

Que tu mano proteja a tu escogido, / al hombre que tú fortaleciste.

Somos los bautizados unos ungidos, configurados en el arquetipo que es Jesús.

Somos nosotros los que deambulamos necesitados de protección en nuestra convicción de fe.

Mateo 17,10-13



REFLEXIÓN

Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos

La venida de un momento cumbre en la historia propia o de la humanidad puede ser tan inadvertida que pase de largo sin darnos cuenta.

Y lo peor que nos demos cuenta pero no sepamos prepararnos para ese momento adecuadamente.

Como aquellos que festinan con una acontecimiento natural o del calendario y especulan sobre el fin del mundo conocido, pero ni así se preparan en conversión, sino más bien se preparan en especulación vana.

Si de verdad vamos a dar cabida en nuestra existencia a la posibilidad de un final, que sea en actitud de fe, la cual lleva a un cambio de vida.

Elías como pre-realidad, concepto básico, paradigma precedente, también señala el fin trágico de Jesús, y sus seguidores.

Porque no se les reconoce. Y no reconocer la realidad que se nos presenta es una distorsión del conocimiento, que se opera por la sujección a otras prioridades más alienantes y corruptivas.

La realidad más allá de las apariencias y el propio interés no se puede reconocer sin una clave, un Principio y fundamento que opere como eje conductor de toda la existencia.

Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos

Lo que Elías hacía en su momento, llegó de nuevo con Juan el Bautista, y llegó con el Hijo del hombre, y con todo hombre que hace presente ese Espíritu en la tierra, y es perseguido por su mensaje.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1469624172225740802?s=20

https://x.com/motivaciondehoy/status/1735993815926788582?s=20

https://x.com/motivaciondehoy 131225


COMPARTIR LA PALABRA

 Sábado 2 de Adviento

Eclesiástico 48,1-4.9-11

Elías que vuelve a aparecer es lo más cercano a una reencarnación en el espacio cultural de la biblia. Se trata de alguien que alude a una semejanza e identidad de misión. Se proyectará sobre varios en la historia para seguir el llamado a la conversión sincera y no el juega vivo de ir a uno u otro dios que más convenga.

Salmo responsorial: 79

Todaa abanza está al servicio de la memoria del Señor Misericordioso que hace justicia perdonando

Mateo 17,10-13

La comunidad mateana entiende a posteriori que el mentado Elías no es Jesús precisamente sino Juan B, su precursor. Se afina algo más la identidad de Jesús, incluso siendo un gran honor y gloria ser identificado con el prototipo de profeta que es Elías y a pesar de ser uno de los pocos de quienes no se conoce tumba. Pero es que Jesús, para sus creyentes es más como alguien misericordioso y no solamente asolador en nombre de la justicia de Dios.

DOCTOR DE LA IGLESIA


 




 Del Libro de san Ambrosio, obispo, Sobre la virginidad
(Cap.12, 68. 74-75; 13, 77-78: PL 16 [edición 1845], 281. 283. 285-286)

ILUMINAS LA GRACIA DE TU CUERPO CON EL ESPLENDOR DE TU ESPÍRITU

Tú, que has salido de entre el pueblo, de entre la multitud, eres ciertamente una de las vírgenes que iluminas la gracia de tu cuerpo con el esplendor de tu espíritu (por eso, con toda razón, eres comparada a la Iglesia); así pues, en las noches, cuando estés en tu habitación, piensa siempre en Cristo y espera continuamente su llegada.

Así te desea Cristo, por eso te ha elegido. El entra cuando se le deja la puerta abierta; él, que ha prometido entrar, no puede faltar a su promesa. Abraza entonces al que has buscado, acércate a él y quedarás radiante; deténlo, pídele que no se vaya luego, suplícale que no se marche. Pues la Palabra de Dios suele pasar de prisa: si siente algún desdén, no se entrega; si no se le hace caso, se retira. Atiende con interés a lo que te diga, sigue con insistencia las huellas de sus palabras; pues suele retirarse pronto.

¿Qué dice la esposa del Cantar de los cantares? Lo busqué y no lo encontré, lo llamé y no respondió. Si se ha marchado muy pronto de ti aquel a quien llamaste, a quien suplicaste, a quien abriste tu puerta, no por ello pienses que le has desagradado, pues a veces quiere ponernos a prueba. ¿Qué fue lo que dijo, en el Evangelio, a las turbas que le rogaban que no se fuese? Es necesario que yo vaya a anunciar la palabra de Dios también a otras ciudades, porque ésa es mi misión. Así pues, si pareciere apartarse de ti, sal fuera y búscalo de nuevo por todas partes.

¿Quién más, si no es la santa Iglesia, puede enseñarte cómo retener a Cristo? Y ya te lo ha enseñado, si entiendes lo que lees: Apenas los pasé, encontré al amor de mi alma; lo abracé y ya no lo soltaré.

Y ¿cuál es la manera de retener a Cristo? No por la fuerza, no con los nudos de una soga, sino con ataduras de amor, con correas espirituales, con el afecto del alma es como se le retiene.

Si quieres tener a Cristo contigo, búscalo sin temor al sufrimiento; muchas veces, donde mejor se lo encuentra es en medio de los suplicios del cuerpo, entre las mismas manos de los perseguidores.

Apenas los pasé, hemos citado antes. Pasado un breve espacio de tiempo después que hayas escapado a los perseguidores, sin sucumbir a los poderes del mundo, Cristo te saldrá al encuentro y no permitirá que seas ya probada por mucho tiempo.

La que de este modo busca a Cristo, la que lo encuentra, puede exclamar: Lo abracé y ya no lo soltaré, hasta entrarlo en la casa de mi madre, en la alcoba de la que me llevó en sus entrañas. Esta casa y alcoba de tu madre no significa otra cosa que la parte más íntima de tu ser. Conserva bien esa casa, limpia bien sus rincones más escondidos, para que así, limpia de toda mancha, se levante como una casa espiritual, hasta formar un sacerdocio santo, consolidada por la piedra angular, y que el Espíritu Santo habite en ella.

La que de este modo busca a Cristo, la que le ruega, no queda abandonada por él; al contrario, él vuelve con frecuencia a visitarla, pues está con nosotros hasta el fin del mundo.