PALABRA COMENTADA
Sábado 33 de tiempo ordinario
Año Par
REFLEXIÓN
cuando terminen su testimonio, la bestia que sube del abismo les hará la guerra, los derrotará y los matará
La antigua economía o orden de cosas del Primer Testamento caduca, y ni Moisés ni Elías, testigos ungidos, podrán ya contra las bestias poderosas y rebeldes que desafíen al Señor.
Y la ciudad Santa Jerusalén, símbolo que fue de Paz, será por la impotencia de esos testigos del pasado, una ciudad de rebeldía.
Al cabo de los tres días y medio, un aliento de vida mandado por Dios entró en ellos y se pusieron de pie, en medio del terror de todos los que lo veían. Oyeron entonces una voz fuerte que les decía desde el cielo: "Subid aquí."
Y subieron al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos.
A pesar de la crucifixión, la muerte y la derrota, aparecerá de nuevo el aliento de vida del Señor quien en Jesús de Nazareth glorificará la lealtad a su nombre.
Se abrirá definitivamente el camino a la Gloria del Señor.
En nuestra existencia vivimos momentos de bestias del abismo y nuestro orden de salvación caduca. Son los momentos de crisis en que todo lo antiguo parece impotente para devolvernos la paz.
En el mensaje y persona de Jesús de Nazareth se nos abre de nuevo el camino a un orden superior y definitivo, que sobrepuja toda monstruosidad.
Salmo responsorial: 143
REFLEXIÓN
Bendito el Señor, mi Roca, / que adiestra mis manos para el combate, / mis dedos para la pelea
Lograremos dar en nuestra vida con la experiencia de solidez inconmovible cuya estabilidad consista en aportarnos fuerza para combatir?
Es la promesa de Jesús a Pedro, la roca de los hermanos en la fe.
Cómo dar con la experiencia de roca y solidez del Señor a través de Pedro en un momento que hasta este símbolo está en entredicho?
Es una prueba que nos da a entender la verdad de la Palabra que ha anunciado bestias nunca vistas que pondrán a prueba nuestra solidez de fe.
Lucas 20,27-40
REFLEXIÓN
se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección
No significa que este grupo, en ese tiempo el más poderoso, no tuviera alguna esperanza respecto de la vida después de la muerte. Sólo que era otra la expresión: los descendientes tienen memoria de los muertos que viven débilmente en el sheol, bajo tierra, y son mantenidos con vida por ese recuerdo. Por eso no tener descendencia es una maldición porque nadie los recordará.
Frente a ellos los fariseos, otro grupo cuyo poder y influencia iba en ascenso, formulaban la esperanza de vida para el final de la historia, cuando esta tierra se volviera leche y miel y los justos reinarán junto con Dios.
Jesús, quien por el silencio de los evangelios, estaba soltero, debía ser un candidato, según los saduceos para la maldición de la extinción de su vida, porque sin descendencia nadie lo recordaría.
Pero como tenía tanto ascendiente sobre la gente su mensaje, y planteaba la resurrección, en lo cual sintonizaba mejor con el enfoque fariseo, era necesario ridiculizarlo a través de preguntas y casos, en los que se viera que contradecía la ley.
Ley que para los saduceos se reducía a nuestro pentateuco.
los siete han estado casados con ella
La pareja y su descendencia serían el mayor valor natural asumido en Jesús quien le otorga fuerza por su Espíritu de nuevo ser, nueva carne, nueva unión.
Pero aún esta relación tan sublime, quizás extensible a otras modalidades de pareja, discutidas hoy, se relativiza frente a la plenitud del Reino, donde serán como ángeles
"En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección.
La realidad nueva y absoluta, la transfiguración de la red social es: ser hijos de Dios, no ángeles sino como ángeles, habitantes del reino como en casa propia.
Así la resurrección no está garantizada a nadie. Es un don para los que el Señor juzgue dignos.
los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán
Jesús va más allá de saduceos y fariseos, porque desconoce la vigencia y persistencia del matrimonio más allá de la muerte, en el territorio de vida eterna. Su mensaje de vida rompe los límites de la especulación de sus contemporáneos y también de la nuestra.
Hoy en día muchos por temor al lenguaje mitológico del cielo y la vida eterna, prefieren pensar en la resurrección de Jesús como la muestra de una vida nueva en el recuerdo de las generaciones, o en un reino de este mundo pero sin injusticias, ni dolor.
Los saduceos no creían en la resurrección, pero eso no significa que creyeran que la muerte era el final de todo. Prueba de ello es el empeño en suscitar descendencia del hermano sin hijos.
En la actualidad entre cristianos parece tener cierta popularidad la “resurrección en el pueblo” de personas acreditadas como líderes que aportaron liberación.
Se pregunta uno si se trata de una actualización de la postura saducea, y una postura que no se pronuncia afirmativamente por la resurrección testimoniada apostólicamente.
No es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos están vivos
Parece que se cercena algo del misterio planteado en el mensaje de Jesús sobre el Padre viviente y dador de vida.
La resurrección para la vida es un don, no un derecho que recorte la generosidad del Señor y haga mezquina su Palabra.
Nadie muere definitivamente, y tampoco nada en cierta forma
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1593930959648333824?s=20&t=miutDMPhDUVRInnWfwWEhQ
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Sábado 33 de tiempo ordinario
Año Par
Salmo responsorial: 143
Lucas 20,27-40