sábado, 10 de julio de 2021

PALABRA COMENTADA

 

SÁBADO 14 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Génesis 49,29-32;50,15-26ª



REFLEXIÓN

expiró y se reunió con los suyos

La tradición comunicada por la Palabra toma una creencia y costumbre de pueblos antiguos, quizás desde la aurora de la humanidad.

Los muertos significan algo para los vivos, no sólo porque sus despojos hay que guardarlos en algún lado para seguir viviendo sin la corrupción, sino porque los vivos ponen en estos ritos su preocupación profunda por la suerte que les espera.

Y balbucean con esperanza una suerte de solución: en alguna forma seguiremos viviendo y nos reuniremos con aquellos a quienes amamos.

La Palabra de Dios al reflejar esas aspiraciones humanas de todo hombre y mujer, refuerza nuestra esperanza creyente para no caer en la amargura de la decepción ante el final que nos impone la muerte.

Perdona a tus hermanos su crimen y su pecado y el mal que te hicieron

Si los ofensores, abusadores, criminales y malhechores asumieran su responsabilidad, juzgaran sus acciones con profundidad autocrítica, y solicitaran el perdón desde su corazón afectado, las víctimas más fácilmente desarmarían su anhelo de venganza, y la primavera del perdón florecería mayoritariamente en nuestras sociedades.

Porque sólo el perdón abre posibilidades al futuro sin miedos, en paz y armonía. Sólo el perdón provee el escenario propicio para la cultura de vida, el progreso de la civilización y el amor responsable.

Salmo responsorial: 104


REF


LEXIÓN

 

Dad gracias al Señor, invocad su nombre

Es nuestra responsabilidad y misión amar responsablemente para construir la cultura de paz y en nuestra oración constante debe figurar toda buena voluntad que en cualquier rincón del planeta adelanta estrategias honestas de paz.

Honestas, autocríticas, discernidas. Porque en toda buena voluntad es posible la filtración del mal espíritu y la desviación.

Mateo 10,24-33



REFLEXIÓN

 

"Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo

La fraternidad en el reino de Dios establece una proporción de equidad entre el discípulo y el maestro, el esclavo y el amo.

No se presta a la revancha por la que el discípulo sea más que el maestro o el esclavo más que el amo, porque sería mantener el ciclo de dominación en dinámica perpetua.

Los nuevos maestros dominarían los nuevos discípulos y los nuevos amos a los nuevos esclavos.

Es el virus propio de la lucha de clases, como método, para lograr la equidad. No debe confundirse con el resentimiento de clases, que obviamente es una reacción natural ante la desigualdad social ofensiva.

Es el susurro de la vieja serpiente enroscada en un árbol del paraíso, envidiando la inicial convivencia en fraternidad de la primera pareja.

No se cuestiona el orden social imperante y que constituye una lacra en tiempos posteriores. Se asume, se perpetúa y se es cómplice de ello. Sólo se suaviza y humaniza.

Sin embargo, aun para la estructura que mantiene la polaridad amo-esclavo, es posible decantar, no a un ser más sino a un ser igual. Se puede llenar de un nuevo espíritu, con lo cual la estructura deja de ser funcional.

El mundo hoy clama por la igualdad. Se presenta como algo perentorio.

Sólo hemos de preguntarnos si se trata de la igualdad del discípulo como el maestro, o más que él. Si la igualdad del siervo con el amo, o más que él?

Algunos movimientos y activismo por la igualdad incurren en el revanchismo, para tomar el poder que los hará más que sus explotadores y así vengarse.

Es una dinámica que nos mantendrá siempre en guerra.

No les tengáis miedo, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse.

Se refiere a la falsa acusación de que son demonios los que siguen a Jesús. Esa persecución tiene fin.

No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma

No es envalentonamiento sino valentía como virtud teológica, inspirada por un Espíritu de Jesús.

Se nos pide una adhesión fundamental al valor básico y esencial. El que propicia el valor para el servicio al reino.

Cuando en alguna coyuntura de nuestra vida nos enfrentamos al dilema de elegir la vida del cuerpo o la del alma, las conveniencias  o lo valores, no deberíamos tener miedo de elegir y actuar lo último en el contexto del reino.

Tantas mediciones sobre la corrupción de los gobiernos, empresarios y sociedad civil quedarían sin uso si la corrupción desaparece por actitudes valerosas por el reino.

no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones

El sustrato de la confianza en el Señor se nutre de la convicción de su amor, de cuán valiosos le somos.

En este nicho descansa en definitiva la conciencia de la dignidad de la persona.

Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo

Induce un mayor compromiso por el reino la adhesión a la persona de Jesús de Nazareth que la promoción de un valor abstracto o genérico.

No se puede reemplazar la fuerza que tiene para la lealtad una relación personal íntima y sincera.

Por eso requerimos una relación fuerte con el Señor.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1413820703342829568?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


"usó sus ahorros para comprar un saco de dormir para el vagabundo que veía cuando iba a misa. Y donaría dinero a los capuchinos, que servían almuerzos para los vagabundos” RAJESH

De los comentarios de san Agustín, obispo, sobre los salmos
(Salmo 126, 2: CCL 40,1857-1858)
EL SEÑOR JESUCRISTO ES EL VERDADERO SALOMÓN

El templo que Salomón edificó para el Señor era tipo y figura de la futura Iglesia, que
es el cuerpo del Señor, tal como dice en el Evangelio: Destruid este templo, y en tres días
lo levantaré. Del mismo modo que Salomón edificó aquel templo, se edificó también un
templo el verdadero Salomón, nuestro Señor Jesucristo, el verdadero pacífico. Porque hay
que saber que el nombre de Salomón significa "Pacífico", y el verdadero pacífico esJesucristo, de quien dice el Apóstol: Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos unasola cosa. Él es el verdadero pacífico que unió en su persona, constituyéndose en piedra
angular, los dos muros que provenían de partes opuestas, a saber, el pueblo de los
creyentes que provenían de la circuncisión, y el pueblo de los creyentes que provenían de
la gentilidad incircuncisa; de ambos pueblos hizo una sola Iglesia, de la que es piedra
angular, y por esto es el verdadero pacífico.
Cristo es el verdadero Salomón, y aquel otro Salomón, hijo de David, engendrado de
Betsabé, rey de Israel, era figura de este Rey pacífico. Por esto, el salmo, para que
pienses más bien en el nuevo Salomón, que es quien edificó la verdadera casa de Dios,
empieza con estas palabras: Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los
albañiles. El Señor es, por tanto, quien construye la casa, es el Señor Jesucristo quien
construye su propia casa. Muchos son los que trabajan en la construcción, pero, si él no
construye, en vano se cansan los albañiles.
¿Quiénes son los que trabajan en esta construcción? Todos los que predican la palabra
de Dios en la Iglesia, los dispensadores de los misterios de Dios. Todos nos esforzamos,
todos trabajamos, todos construimos ahora; y también antes de nosotros se esforzaron,
trabajaron, construyeron otros; pero, Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan

los albañiles. Por esto, los apóstoles, y más en concreto Pablo, al ver que algunos se
desmoronaban, dice: Respetáis ciertos días, meses, estaciones y años; me hacéis temer
que mis fatigas por vosotros hayan sido inútiles. Como sabía que él mismo era edificado
interiormente por el Señor, por esto se lamentaba por aquéllos, por el temor de haber
trabajado en ellos inútilmente. Nosotros, por tanto, os hablamos desde el exterior, pero es
él quien edifica desde dentro. Nosotros podemos saber cómo escucháis, pero cómo
pensáis sólo puede saberlo aquel que ve vuestros pensamientos. Es él quien edifica, quien
amonesta, quien amedrenta, quien abre el entendimiento, quien os conduce a la fe;
aunque nosotros cooperamos también con nuestro esfuerzo.