sábado, 10 de julio de 2021

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


"usó sus ahorros para comprar un saco de dormir para el vagabundo que veía cuando iba a misa. Y donaría dinero a los capuchinos, que servían almuerzos para los vagabundos” RAJESH

De los comentarios de san Agustín, obispo, sobre los salmos
(Salmo 126, 2: CCL 40,1857-1858)
EL SEÑOR JESUCRISTO ES EL VERDADERO SALOMÓN

El templo que Salomón edificó para el Señor era tipo y figura de la futura Iglesia, que
es el cuerpo del Señor, tal como dice en el Evangelio: Destruid este templo, y en tres días
lo levantaré. Del mismo modo que Salomón edificó aquel templo, se edificó también un
templo el verdadero Salomón, nuestro Señor Jesucristo, el verdadero pacífico. Porque hay
que saber que el nombre de Salomón significa "Pacífico", y el verdadero pacífico esJesucristo, de quien dice el Apóstol: Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos unasola cosa. Él es el verdadero pacífico que unió en su persona, constituyéndose en piedra
angular, los dos muros que provenían de partes opuestas, a saber, el pueblo de los
creyentes que provenían de la circuncisión, y el pueblo de los creyentes que provenían de
la gentilidad incircuncisa; de ambos pueblos hizo una sola Iglesia, de la que es piedra
angular, y por esto es el verdadero pacífico.
Cristo es el verdadero Salomón, y aquel otro Salomón, hijo de David, engendrado de
Betsabé, rey de Israel, era figura de este Rey pacífico. Por esto, el salmo, para que
pienses más bien en el nuevo Salomón, que es quien edificó la verdadera casa de Dios,
empieza con estas palabras: Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los
albañiles. El Señor es, por tanto, quien construye la casa, es el Señor Jesucristo quien
construye su propia casa. Muchos son los que trabajan en la construcción, pero, si él no
construye, en vano se cansan los albañiles.
¿Quiénes son los que trabajan en esta construcción? Todos los que predican la palabra
de Dios en la Iglesia, los dispensadores de los misterios de Dios. Todos nos esforzamos,
todos trabajamos, todos construimos ahora; y también antes de nosotros se esforzaron,
trabajaron, construyeron otros; pero, Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan

los albañiles. Por esto, los apóstoles, y más en concreto Pablo, al ver que algunos se
desmoronaban, dice: Respetáis ciertos días, meses, estaciones y años; me hacéis temer
que mis fatigas por vosotros hayan sido inútiles. Como sabía que él mismo era edificado
interiormente por el Señor, por esto se lamentaba por aquéllos, por el temor de haber
trabajado en ellos inútilmente. Nosotros, por tanto, os hablamos desde el exterior, pero es
él quien edifica desde dentro. Nosotros podemos saber cómo escucháis, pero cómo
pensáis sólo puede saberlo aquel que ve vuestros pensamientos. Es él quien edifica, quien
amonesta, quien amedrenta, quien abre el entendimiento, quien os conduce a la fe;
aunque nosotros cooperamos también con nuestro esfuerzo.

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