lunes, 2 de agosto de 2021

BEATO CARLO

BEATO CARLO


La primera vidriera de Carlo Acutis con jeans y en zapatillas

nos recuerda que la santidad es más cercana de lo que pensamos

 De la carta llamada de Bernabé
(Cap. 2, 6-10; 3,1,3; 4,10-14: Funk 1, 7-9. 13)

LA NUEVA LEY DE NUESTRO SEÑOR

Dios invalidó los sacrificios antiguos, para que la nueva ley de nuestro Señor Jesucristo,
que no está sometida al yugo de la necesidad, tenga una ofrenda no hecha por mano de
hombre. Por esto les dice también: Cuando saqué a vuestros padres de Egipto, no les
ordené ni les hablé de holocaustos y sacrificios; ésta fue la orden que les di: “Que nadie
maquine maldades contra su prójimo, y no améis los juramentos falsos”. Y, ya que no
somos insensatos, debemos comprender el designio de bondad de nuestro Padre. Él nos
habla para que no caigamos en el mismo error que ellos, cuando buscamos el camino para
acercarnos a él. Por esta razón, nos dice: Sacrificio para el Señor es un espíritu
quebrantado; olor de suavidad para el Señor es un corazón que glorifica al que lo ha
plasmado. Por tanto, hermanos, debemos preocuparnos con todo cuidado de nuestra
salvación, para que el Maligno seductor no se introduzca furtivamente entre nosotros y,
por el error, nos arroje, como una honda a la piedra, lejos de lo que es nuestra vida.
Acerca de esto afirma en otro lugar: ¿Para qué ayunáis —dice el Señor—, haciendo oír
hoy en el cielo vuestras voces? No es ése el ayuno que yo deseo —dice el Señor—, sino al
hombre que humilla su alma. A nosotros, en cambio, nos dice: El ayuno que yo quiero es
éste —oráculo del Señor—: abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los
cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos; partir tu pan con el
hambriento, vestir al que ves desnudo, hospedar a los pobres sin techo.
Huyamos de toda vanidad, odiemos profundamente las obras del mal camino; no viváis
aislados, replegados en vosotros mismos, como si ya estuvierais justificados, sino reuníos
para encontrar todos juntos lo que a todos conviene. Pues la Escritura afirma: ¡Ay de los
que se tienen por sabios y se creen perspicaces! Hagámonos hombres espirituales,
seamos un templo perfecto para Dios. En cuanto esté de nuestra parte, meditemos el
temor de Dios y esforcémonos por guardar sus mandamientos, a fin de alegrarnos en sus
justificaciones. El Señor juzgará al mundo sin parcialidad. Cada uno recibirá según sus
obras; el bueno será precedido de su justicia, el malo tendrá ante sí el salario de su
iniquidad. No nos abandonemos al descanso, bajo el pretexto de que hemos sido
llamados, no vaya a suceder que nos durmamos en nuestros pecados y el Príncipe de la
maldad consiga poder sobre nosotros y nos arroje lejos del reino del Señor.
Además, hermanos, debemos considerar también este hecho: si, después de tantos
signos y prodigios como fueron realizados en Israel, los veis ahora abandonados, estemos
vigilantes para que no nos suceda a nosotros también lo que afirma la Escritura: Muchos
son los llamados y pocos los elegidos.

domingo, 1 de agosto de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 18 de tiempo ordinario

Éxodo 16,2-4.12-15



REFLEXIÓN

"¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad."

La decisión humana causa gozo y expansión pero también melancolía por lo que se dejó, por la renuncia.

Se cumple aquello de que más vale bueno conocido que mejor por conocer.

La seguridad de lo anterior nos sigue haciendo señales para retornar, mientras caminamos en la novedad de la vida nueva del Señor.

Así es la conquista y agonía de nuestra liberación y salvación.

lo pondré a prueba a ver si guarda mi ley o no

A su lado en su reino quiere un pueblo resuelto y fiel. Que cada día viva su nutrición como lo único necesario. Que vivamos colgados de su vivificación.

Al verlo, los israelitas dijeron: "¿Qué es esto?" Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: "Es el pan que el Señor os da de comer."

Las contingencias de la existencia desde la perspectiva de fe en la Palabra se tornan en oportunidades de vida con el Señor. Oportunidades, coincidencias y casualidades son los términos de los que viven del esquivo horóscopo y la caprichosa suerte.

Son providencia amorosa para quienes esperan la ayuda para que la propia iniciativa trabaje por la superación y mayor calidad de la existencia.

Salmo responsorial: 77





REFLEXIÓN

lo que nuestros padres nos contaron, / lo contaremos a la futura generación

El sentido de la tradición es aquello que cada generación recibe como un paquete para su potencialidad vital en el despliegue de la existencia.

Hoy no se aprecia mucho porque la mentalidad excesivamente suspicaz ha ido creciendo hasta hacerse una mala hierba, y la tradición no se mira como una potencialidad, sino como la corrupción heredada.

Como si la corrupción se detuviera y se conjurara por señalarla en otros, sin autocrítica.

les dio un trigo celeste

Bella y feliz expresión, simbólica de un orden gratuito que el mercado no puede dominar.

El trigo celeste requiere del Espíritu Santo para saberlo adquirir y consumir. Es la carne de Jesús: su historia, su mensaje, su llamado, su entrega, su gloria.

Efesios 4, 17.20-24



REFLEXIÓN

abandonar el anterior modo de vivir, el hombre viejo corrompido por deseos seductores, a renovaros en la mente y en el espíritu y a vestiros de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.

En nuestra ilusionada juventud de la conversión es posible que hayamos sido tomados por el ideal romántico y la ilusión de que ya estábamos convertidos.

Pero con el tiempo y las coyunturas históricas que nos devuelven a nuestra verdadera estatura, podemos aprender que vivimos un proceso de conversión y renovación, que cada día hay que reafirmar.

Cada día abandonamos el hombre viejo, la corrupción; hacemos frente a los deseos seductores y nos disponemos a revestirnos de justicia y santidad.

Cada día debemos y podemos examinar este logro.

Juan 6,24-35



REFLEXIÓN

Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios."

Muchas luchas sociales de inspiración evangélica se conforman y satisfacen con el pan que regalan.

Se olvidan que la solidaridad busca inspirar un espíritu de lucha, de dignidad para caminar con autonomía, sin tutelajes paternalistas.

"La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado."

Cada día nuestra conversión consiste en buscar respuesta concreta a la fe en Jesús el enviado.

"Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed."

Aprenderemos que la respueta concreta no se reduce a comer sacramentalmente a Jesús, como una magia antropófoga o la participación de un totem.

Más bien es la apertura al mundo y a la historia con la perspectiva de fe para identificar y encontrar las oportunidades de la providencia amorosa, del designio del Señor.

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