domingo, 8 de agosto de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 19 de tiempo ordinario

1Reyes 19,4-8



REFLEXIÓN

se deseó la muerte: "¡Basta, Señor! ¡Quítame la vida, que yo no valgo más que mis padres!"

Captarse en misión más allá de las circunstancias que indican que todo ha terminado, es un don de lo alto, que supera nuestras fuerzas en extinción.

Aun allí el enviado muestra en su existencia que es un mensaje del Señor, aportando salvación y redención. Porque no es sólo lo que intencional y conscientemente decimos y expresamos, lo que sirve al designio, sino la existencia toda con su brillantez y su opacidad, la que ofrece su martirio.

Por eso se nos revelará en un momento final todo lo que hemos construído, lo cual con mucho ignoramos.

"¡Levántate, come!, que el camino es superior a tus fuerzas."

De nuestra parte, según nuestra fe, el compromiso es seguir comiendo para tener fuerzas, cuando llegue la próxima entrega.

Salmo responsorial: 33



REFLEXIÓN

Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha / y lo salva de sus angustias

Gustad y ved qué bueno es el Señor

El señor como buen terapeuta nos libra si cooperamos, de nuestras angustias, que aceleran nuestro deseo de muerte.

Gustar de Él es parte de la conversión de nuestra totalidad: cuerpo,mente y espíritu. Así como la ciencia encuentra plausible la interconexión e intercomunicación cuerpo y mente, se da la de cuerpo y espíritu pasando por la mente.

Ignacio de Loyola lo intuía cuando en sus meditanciones incluye la aplicación de sentidos, que a primera vista parece una ingenuidad, pero examinada con más detenimiento nos interna en la perspectiva de la unidad que somos: cuerpo, mente y espírtu.

Efesios 4,30-5,2



REFLEXIÓN

Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda la maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo

Cuando el Espíritu es nuestro dominio, nuestro estilo de vida lo muestra, procediendo en forma constructiva y fraternal.

Juan 6,41-51



REFLEXIÓN

"No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?"

Abrirse a la transformación de la materia por el Espíritu implica aceptar la posibilidad de que la carne sea glorificada en Dios. Por eso la teología oriental insiste más en la divinización como nuestra vocación primordial.

La aceptación de Jesús, un ciudadano campesino cualquiera en las coordenas palestinas de hace dos mil años, es un llamado a la aceptación de su glorificación por el Padre, como destino y designio de todos nosotros.

Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida.

Un alimento que transforma tiene que venir del cielo, aunque ya se dé entre nosotros su materia prima. Para que sea efectivo debe ser procesado con fe.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1424333254212063234?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Santa Catalina de Siena Diálogo 4, 13

Dulce Señor mío, vuelve generosamente tus ojos misericordiosos hacia este tu pueblo, al mismo tiempo que hacia el cuerpo místico de tu Iglesia; porque será mucho mayor tu gloria si te apiadas de la inmensa multitud de tus criaturas, que si sólo te compadeces de mí, miserable, que tanto ofendí a tu Majestad. Y ¿cómo iba yo a poder consolarme, viéndome disfrutar de la vida al mismo tiempo que tu pueblo se hallaba sumido en la muerte, y contemplando en tu amable Esposa las tinieblas de los pecados, provocadas precisamente por mis defectos y los de tus restantes criaturas? Quiero, por tanto, y te pido como gracia singular, que la inestimable caridad que te impulsó a crear al hombre a tu imagen y semejanza no se vuelva atrás ante esto. ¿Qué cosa, o quién, te ruego, fue el motivo de que establecieras al hombre en semejante dignidad? Ciertamente, nada que no fuera el amor inextinguible con el que contemplaste a tu criatura en ti mismo y te dejaste cautivar de amor por ella. Pero reconozco abiertamente que a causa de la culpa del pecado perdió con toda justicia la dignidad en que la habías puesto. A pesar de lo cual, impulsado por este mismo amor, y con el deseo de reconciliarte de nuevo por gracia al género humano, nos entregaste la palabra de tu Hijo unigénito.

REFLEXIÓN

No hay otra clave para amarnos como nos mostramos: indignos y dignos, sino el Amor fontal, inicial y gratuito, que configura su Misterio, el cual supera toda comprensión y entendimiento. Como clavado en nuestro centro más profundo, tal Amor Absoluto en sus criaturas contingentes, daría cierto sentido a esa tendencia irreductible de la criatura al Absoluto, que no acaba de conocer y posiblemente nunca acabará. Ahora en plazos de fe, luego en gozo que no termina.