lunes, 23 de agosto de 2021

PALABRA COMENTADA

 

LUNES 21 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

 

1Tesalonicenses 1,1-5.8b-10



REFLEXIÓN

 

A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.

 

Se trata de un rasgo sobresaliente del estilo de vida cristiano: acordarse en la oración perseverante de los demás, propios y extraños

 

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Es el mínimo de solidaridad que debe manifestar un seguidor de Jesús de Nazareth.

 

No sólo para beneficio de otros sino de sí mismo, porque la fe se nutre de la oración; en ella la esperanza se hace fuerte y el ágape se consolida como amor discernido o discreto.

 

y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.

 

Es el que echamos de menos en los momentos de prueba.

 

La resistencia y el coraje para sobrellevar las condiciones adversas de la existencia que se inspira en valores evangélicos: amor, justicia, paz, trabajo honrado y honesto, verdad y transparencia, santidad y coherencia, tolerancia y respeto de lo diverso, contrario y opuesto.

 

Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda

 

De la que da cuenta la persistencia en el buen obrar y las actitudes del corazón en su relación múltiple consigo mismo,

 

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con los demás, con la creación y con el Señor

 

No nos llamemos a engaño, asumiendo que nada se puede saber del proceso de fe de quienes han escuchado el evangelio, porque el Señor nos ha dado criterio e inteligencia para percibir las señales del poco o mucho aprovechamiento.

 

En nuestro tiempo se oyen muchas opiniones que expresan indiferencia o ignorancia voluntaria por saber en realidad cuán aventajadas son las comunidades en su fe.

 

Se conforman con señales de asistencia a los ritos, con llenar iglesias, con multitud de inscritos en libros de bautismo y matrimonio.

 

Se descansa en el aumento vegetativo de las iglesias, verificado cada año en estadísticas eclesiásticas.

 

Pero vemos y sabemos cuán incongruente es nuestra fe en la vida ordinaria, y el poco impacto que tiene en el curso de algunas comunidades y pueblos.

 

 

 

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Porque tememos la interpelación que se levanta de esas constataciones sobre nuestro propio influjo, ejemplo, testimonio y aporte al progreso del Reino de Dios en el Espíritu.

 

cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo

 

Nuevos ídolos nos fascinan. No cesan de renovarse. La creatividad es infinita, pues cada generación trae los suyos.

 

Se denunció en una Jornada Mundial de la Juventud, la hostilidad de los adoradores de ídolos contra los católicos.

 

Habría que añadir, que entre los católicos también erigimos ídolos en la institución eclesiástica, lo que contribuye al descrédito y escándalo de otros.

 

Salmo responsorial: 149



REFLEXIÓN

 

el Señor ama a su pueblo

 

Saber de su amor en las pruebas, que sus pruebas son amor, es un don por el que hemos de rogar para mantener la vigilia por la justicia

 

Mateo 23,13-22



REFLEXIÓN

 

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cerráis a los hombres el Reino de los cielos

 

Siendo cómplices con sus obras de una representación de la divinidad equívoca, conveniente a sus ambiciones, propicia para manipular desde el poder.

 

Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga"! ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro? O también: "Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga." ¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar jura también por todo lo que está sobre él; quien jura por el templo jura también por el que habita en él; y quien jura por el cielo jura por el trono de Dios y también por el que está sentado en él

 

El reproche se basa en la idolatría práctica que hacemos al preferir la garantía del dinero a la del Señor.

 

Denuncia la inversión de valores que manifiesta un profundo ateísmo.

 

Un discurso que se inauguró con la serpiente que tentó a Eva en el paraíso.

 

Así para algunos honrar las deudas injustas y tramposas está antes que vivir la verdad y equidad íntegras.

 

 

 

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Qué pasaría si los acreedores llegarán a interiorizar que, lo que cobran, más bien lo deben, por las condiciones ilegítimas de su enriquecimiento?

 

Jurar por Dios, su templo, su altar, su presencia es más que cualquier otro juramento, por más valor que haya adquirido en las culturas humanas que son relativas.

 

La creación donada por el Señor es base de todo el enriquecimiento que desarrollamos culturalmente por nuestra libertad e ingenio.

 

No podemos seguir robando al Señor en su designio sobre lo creado, fascinados por el valor añadido que aportamos.

 

Es nuestra obligación de conciencia dar cuenta como administradores solamente.

 

Son muchos los que tienen como prioridad pagar y cobrar las deudas económicas, que no paran de crecer con los intereses, y condenan a los necesitados a mal vivir, incluso a delinquir y a parir hijos deudores para toda su vida.

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En cambio no tienen como prioridad cumplir la palabra empeñada, la promesa ofrecida, la obra necesitada.

 

Su discurso es retórica de relumbrón, solo para deslumbrar y manipular.

 

Es el arte de halagar los oídos de los escuchas, haciéndoles creer en la realización de sus sueños y fantasías.

 

Un discurso que se inauguró con la serpiente que tentó a Eva en el paraíso.

 

Se vendría abajo ese sistema. Porque habrá uno parecido o peor, pronto a reemplazarlo.

 

El juramento común y corriente apela entre nosotros a garantías diferentes a la única del Padre de los cielos.

 

Se denuncia una sabiduría que lleva a una distinción astuta para no dejar los apegos que distancian y separan de lo que da sentido a todo.

 

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Pero no podemos ufanarnos que no nos contagiaremos o más bien contaminaremos de esa sabiduría, si el Señor no nos ilumina y precave contra ella.

 

Lámpara es tu palabra para mis pasos.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1429773676698800132?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Santo Tomás de Aquino Comentario sobre el evangelio de san Juan 10, 3


Yo soy el buen Pastor. Es evidente que el oficio de pastor compete a Cristo, pues, de la misma manera que e rebaño es guiado y alimentado por el pastor, así Cristo alimenta a los fieles espiritualmente y también con su cuerpo y su sangre. Andabais descarriados como ovejas –dice el Apóstol–, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas. Pero ya que Cristo, por una parte, afirma que el pastor entra por la puerta y, en otro lugar, dice que el es la puerta, y aquí añade que él es el pastor, debe concluirse, de todo ello, que Cristo entra por sí mismo. Y es cierto que Cristo entra por sí mismo, pues él se manifiesta a sí mismo, y por sí mismo conoce al Padre. Nosotros, en cambio, entramos por él, pues es por él que alcanzamos la felicidad. Pero, fíjate bien: nadie que no sea el es puerta, porque nadie sino él es luz verdadera, a no ser por participación: No era él –es decir, Juan Bautista– la luz, sino testigo d la luz. De Cristo, en cambio, se dice: Era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Por ello, de nadie puede decirse que sea puerta; esta cualidad Cristo se la reserva para sí; el oficio, en cambio, de pastor lo dio también otros y quiso que lo tuvieran sus miembros: por ello, Pedro fue pastor, y pastores fueron también los otros apóstoles, y son pastores todos los buenos obispos. Os daré – dice la Escritura–pastores a mi gusto. Pero, aunque los prelados de la Iglesia, que también son hijos, sean todos llamados pastores, sin embargo, el Señor dice en singular: Yo soy el buen Pastor; con ello quiere estimularlos a la caridad, insinuándoles que nadie puede ser buen pastor, si no llega a ser una sola cosa con Cristo por la caridad y se convierte en miembro del verdadero pastor. El deber del buen pastor es la caridad; por eso dice: El buen pastor da la vida por las ovejas. Conviene, pues distinguir entre el buen pastor y el mal pastor: el buen pastor es aquel que busca el bien de sus ovejas, en cambio, el mal pastor es el que persigue su propio bien. A los pastores que apacientan rebaños de ovejas no se les exige exponer su propia vida a la muerte por el bien de su rebaño, pero, en cambio, el pastor espiritual sí que debe renunciar a su vida corporal ante el peligro de sus ovejas, porque la salvación espiritual del rebaño es de más precio que la vida corporal del pastor.

REFLEXIÓN

El líder debe asumir mayor responsabilidad que los seguidores, porque su unción de fortaleza es con el propósito de resistir e instar a la resistencia. La debilidad natural deberá acatar el llamado de la valentía y coraje, para caracterizarse y poner su cuerpo como escudo. Hay hechos recientes entre clérigos y laicos que en su momento, aun temiendo por el daño de sus vidas, se crecieron para proteger a su rebaño, y familias. Son las coyunturas históricas de persecución las que sacan brillo a estas palabras, dichas y vividas por el único Pastor Jesús de Nazareth.