martes, 5 de octubre de 2021

BEATO CARLO


 
Comienza la carta de san Ignacio de Antioquía, obispo y mártir, a los Tralianos
(Caps. 1,1-3, 2; 4,1-2; 6,1; 7,1-8,1: Funk 1, 203-209)

OS QUIERO PREVENIR COMO A HIJOS MÍOS AMADÍSIMOS

Ignacio, por sobrenombre Teóforo, es decir, Portador de Dios, a la amada de Dios,
Padre de Jesucristo, la Iglesia santa que habita en Trales del Asia, digna de Dios y
escogida, que goza de paz, tanto en el cuerpo como en el espíritu, a causa de la pasión de
Jesucristo, el que nos da una esperanza de resucitar como él; mi mejor saludo apostólico
y mis mejores deseos de que viváis en la alegría.
Sé que tenéis sentimientos irreprochables e inconmovibles, a pesar de vuestros
sufrimientos, y ello no sólo por vuestro esfuerzo, sino también por vuestro buen natural:
así me lo ha manifestado vuestro obispo Polibio quien, por voluntad de Dios y de
Jesucristo, ha venido a Esmirna: y se ha congratulado conmigo, que estoy encadenado por
Cristo Jesús; en él me ha sido dado contemplar a toda vuestra comunidad y por él he
recibido una prueba de cómo vuestro amor para conmigo es según Dios, y he dado
gracias al Señor, pues de verdad he conocido que, como ya me habían contado, sois
auténticos imitadores de Dios.
En efecto, al vivir sometidos a vuestro obispo como si se tratara del mismo Jesucristo,
sois, a mis ojos, como quien anda no según la carne, sino según Cristo Jesús, que por
nosotros murió a fin de que, creyendo en su muerte, escapéis de la muerte. Es necesario,
por tanto, que, como ya lo venís practicando, no hagáis nada sin el obispo; someteos
también a los presbíteros como a los apóstoles de Jesucristo, nuestra esperanza, para que
de esta forma nuestra vida esté unida a la de él.
También es preciso que los diáconos, como ministros que son de los misterios de
Jesucristo, procuren, con todo interés, hacerse gratos a todos, pues no son ministros de
los manjares y de las bebidas, sino de la Iglesia de Dios. Es, por tanto, necesario que
eviten, como si se tratara de fuego, toda falta que pudiera echárseles en cara.

De manera semejante, que todos reverencien a los diáconos como a Jesucristo, al
obispo como si fuera la imagen del Padre, y a los presbíteros como si fueran el senado de
Dios y el colegio apostólico. Sin ellos no existe la Iglesia. Creo que estáis bien persuadidos
de todo esto. En vuestro obispo, a quien recibí y a quien tengo aún a mi lado, contemplo
como una imagen de vuestra caridad; su misma manera de vivir es una magnífica lección,
y su mansedumbre una fuerza.
Mis pensamientos en Dios son muy elevados, pero me pongo a raya a mí mismo, no sea
que perezca por mi vanagloria. Pues ahora sobre todo tengo motivos para temer y me es
necesario no prestar oído a quienes podrían tentarme de orgullo. Porque cuantos me
alaban, en realidad, me dañan. Es cierto que deseo sufrir el martirio, pero ignoro si soy
digno de él. Mi impaciencia, en efecto, quizá pasa desapercibida a muchos, pero en
cambio a mí me da gran guerra. Por ello, necesito adquirir una gran mansedumbre, pues
ella desbaratará al príncipe de este mundo.
Os exhorto, no yo, sino la caridad de Jesucristo, a que uséis solamente el alimento
cristiano y a que os abstengáis de toda hierba extraña a vosotros, es decir, de toda
herejía.
Esto lo realizaréis si os alejáis del orgullo y permanecéis íntimamente unidos a nuestro
Dios, Jesucristo, y vuestro obispo, sin apartaros de las enseñanzas de los apóstoles. El que
está en el interior del santuario es puro, pero el que está fuera no es puro: quiero decir
con ello que el que actúa a espaldas del obispo y de los presbíteros y diáconos no es puro
ni tiene limpia su conciencia.
No os escribo esto porque me haya enterado que tales cosas se den entre vosotros,
sino porque os quiero prevenir como a hijos míos amadísimos.


lunes, 4 de octubre de 2021

PALABRA COMENTADA

 

LUNES 27 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Jonás 1,1-2,1-11



REFLEXIÓN

mientras Jonás, que había bajado a lo hondo de la nave, dormía profundamente

Recuerda a Jesús quien también dormía en medio de la tormenta.

Él nunca había huído de su Padre y se mantenía fiel a la misión.

Pero Jonás estaba tranquilo porque creía haber evitado al Señor.

Un dormir tranquilo con diferente signo. Uno con la confianza de la fidelidad al compromiso. Otro con la fidelidad a su propia falta de compromiso.

la suerte cayó sobre Jonás

Para el creyente no hay suerte, sino encuentro con el Señor en las oportunidades que nos da en la historia.

Oportunidades para construir la lealtad y fidelidad al compromiso asignado.

comprendieron que huía del Señor, por lo que él había declarado

sé que por mi culpa os sobrevino esta terrible tormenta

En ocasiones es la presión social la que nos recuerda a los creyentes nuestra incoherencia e incongruencia en el testimonio del compromiso.

Interleccional: Jonás 2,3-8



REFLEXIÓN

Yo dije: "Me has arrojado de tu presencia; / quién pudiera ver de nuevo tu santo templo.

El mar embravecido es figura de lo peor, donde vivenciamos la aflicción y confusión, cuando la cercanía del Señor no es sentida.

me acordé del Señor;

En nuestro caminar la turbulencia del maligno que refleja el mar en tempestad nos ayuda en la memoria del Señor: tenemos a quién asirnos y clamar.

Lucas 10,25-37



REFLEXIÓN

"Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?"

Pregunta como una burla, al pobre y supuestamente ignorante campesino.

El letrado pretendía comparar versiones y verificar la novedad en la enseñanza de Jesús

"¿Qué está escrito en la Ley?, ¿qué lees en ella?"

Pero Jesús se apegó como Palabra encarnada a la Palabra de Dios. No se salió con una buena nueva novedosa y agradable para el escucha.

De fácil constatación para quien accede a la sinagoga a leer y escuchar la ley.

No hay excusa. La pregunta sobra porque sabe leer.

Si el pobre campesino sabe, todos deben saber.

"Amarás al Señor, tu, Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo." Él le dijo: "Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida."

¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?"

No es el principio hecho norma el que salva, más bien alerta.

La ocasión que nos trae la vida es la que permite activarse al Espíritu de la norma.

Ser en la vida el prójimo del hermano que nos sale al encuentro con necesidades, a veces de muerte, es lo que da vida eterna. Es reino en acción.

Entonces es respetable la opción de muchos por la necesidad social de la que se hacen prójimos, según sus talentos.

"Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida"

Aquí no hay nada nuevo bajo el sol.

queriendo aparecer como justo, preguntó a Jesús: "¿Y quién es mi prójimo?"

Es decir; como quien ya se ocupa del prójimo.

Así algunos en su vida hacen sus prójimos exclusivamente a sus amigos de cofradía y los miembros de su club.

Son incapaces de romper los lazos de la costumbre y el interés.

El letrado insistió, ahora en la aplicación de esa Ley.

Precisamente una zona en la que es posible hacerse el confundido.

Porque nuestro problema no es que no sepamos sino que no concordamos en hacer lo que sabemos.

Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó

El samaritano, distante y enemistado con los judíos, se aproxima por lástima, por compasión, por entrañas.

Paradigma de la nueva justicia.

Sea quien sea a quien se le muevan las entrañas por aquél necesitado que encuentre, y se aproxime, ése es el que es próximo.

¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?"

Con todo lo que hemos recibido sobre la buena nueva, nos hemos hecho capaces de aproximarnos a quien aproxima su necesidad?

Cuál evangelio mostramos haber recibido en nuestra existencia diaria?

Comportarse como prójimo es más un enfoque proactivo de prójimo, que el sentido pasivo del prójimo que es atendido.

"El que practicó (poieo: hacer) la misericordia con él" Díjole Jesús: "Anda, haz tu lo mismo".

El letrado es como figura de quien no sabe nada en realidad.

Creyó haber descifrado el prójimo, y descubrió que él no era quien se aproximaba, no era prójimo.

Se desenmascaró otra falsa virtud y pose virtuosa.

Dios Padre es el modelo y paradigma de la aproximación porque se llegó a nuestra indigencia, tan distante de sí. Con nuestra miseria lo hicimos aproximarse. Hemos atinado con su vulnerabilidad.

Pero no se aproxima para curiosear, o echar un discurso. Sino para HACER: amar al prójimo es acercarse o dejar aproximar la indigencia, para hacer la misericordia.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1445000747351937029?s=20