San Cirilo de Alejandría Comentario
sobre el libro del profeta Ageo 14
La venida de nuestro Salvador en el
tiempo fue como la edificación de un templo sobremanera glorioso; este templo,
si se compara con el antiguo, es tanto más excelente y preclaro cuanto el culto
evangélico de Cristo aventaja al culto de la ley o cuanto la realidad sobrepasa
a sus figuras. Con referencia a ello, creo que puede también afirmarse lo
siguiente: El templo antiguo era uno solo, estaba edificado en un solo lugar, y
sólo un pueblo podía ofrecer en él sus sacrificios. En cambio, cuando el
Unigénito se hizo semejante a nosotros, como el Señor es Dios: él nos ilumina,
según dice la Escritura, la tierra se llenó de templos santos y de adoradores
innumerables, que veneran sin cesar al Señor del universo con sus sacrificios
espirituales y sus oraciones
REFLEXIÓN
Que haya templos que
veneran y adoran a Cristo es una maldición? Hoy así parece. Más bien que el
celo por los templos oculte la realidad del Cristo en la víctima, si es una
aberración. Que la desviación de algo bueno, incurra en algo no tan bueno, es
para corregir, no para destruir. Los templos y sus comunidades, ayudan en medio
de las sociedades a hacer memoria del mensaje de salvación que consiste en la fraternidad,
la justicia, el amor y la paz. Y con ello a oponerse al mensaje de guerra y
opresión. Mucho pero sería sin ellos, sin quitar que siempre hay que
purificarlos de toda corrupción, y a sus ministros y a sus comunidades.