miércoles, 13 de octubre de 2021

BEATO CARLO

BRILLO COMO LUZ SIN ESTAR POR ENCIMA
 
De las Cuestiones de san Máximo Confesor, abad, a Talasio
(Cuestión 63: PG 90, 667-670)

LA LUZ QUE ALUMBRA A TODO HOMBRE

La lámpara colocada sobre el candelero, de la que habla la Escritura, es nuestro Señor
Jesucristo, luz verdadera del Padre, que, viniendo a este mundo, alumbra a todo hombre;
al tomar nuestra carne, el Señor se ha convertido en lámpara y por esto es llamado "luz",
es decir, Sabiduría y Palabra del Padre y de su misma naturaleza. Como tal es proclamado
en la Iglesia por la fe y por la piedad de los fieles. Glorificado y manifestado ante las
naciones por su vida santa y por la observancia de los mandamientos, alumbra a todos los
que están en la casa (es decir, en este mundo), tal como lo afirma en cierto lugar esta
misma Palabra de Dios: No se enciende una lámpara para meterla debajo el celemín, sino
para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Se llama a sí mismo
claramente lámpara, como quiera que, siendo Dios por naturaleza, quiso hacerse hombre
por una dignación de su amor.
Según mi parecer, también el gran David se refiere a esto cuando, hablando del Señor,
dice: Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. Con razón, pues, la
Escritura llama lámpara a nuestro Dios y Salvador, ya que él nos libra de las tinieblas de la
ignorancia y del mal.
Él, en efecto, al disipar, a semejanza de una lámpara, la oscuridad de nuestra
ignorancia y las tinieblas de nuestro pecado, ha venido a ser como un camino de salvación
para todos los hombres: con la fuerza que comunica y con el conocimiento que otorga, el
Señor conduce hacia el Padre a quienes con él quieren avanzar por el camino de la justicia
y seguir la senda de los mandatos divinos. En cuanto al candelero, hay que decir que
significa la santa Iglesia, la cual, con su predicación, hace que la palabra luminosa de Dios

brille e ilumine a los hombres del mundo entero, como si fueran los moradores de la casa,
y sean llevados de este modo al conocimiento de Dios con los fulgores de la verdad.
La palabra de Dios no puede, en modo alguno, quedar oculta bajo el celemín; al
contrario, debe ser colocada en lo más alto de la Iglesia, como el mejor de sus adornos. Si
la palabra quedara disimulada bajo la letra de la ley, como bajo un celemín, dejaría de
iluminar con su luz eterna a los hombres. Escondida bajo el celemín, la palabra ya no sería
fuente de contemplación espiritual para los que desean librarse de la seducción de los
sentidos, que, con su engaño, nos inclinan a captar solamente las cosas pasajeras y
materiales; puesta, en cambio, sobre el candelero de la Iglesia, es decir, interpretada por
el culto en espíritu y verdad, la palabra de Dios ilumina a todos los hombres.
La letra, en efecto, si no se interpreta según su sentido espiritual, no tiene más valor
que el sensible y está limitada a lo que significan materialmente sus palabras, sin que el
alma llegue a comprender el sentido de lo que está escrito.
No coloquemos, pues, bajo el celemín, con nuestros pensamientos racionales, la
lámpara encendida (es decir, la palabra que ilumina la inteligencia), a fin de que no se nos
pueda culpar de haber colocado bajo la materialidad de la letra la fuerza incomprensible
de la sabiduría; coloquémosla, más bien, sobre el candelero (es decir, sobre la
interpretación que le da la Iglesia), en lo más elevado de la genuina contemplación; así
iluminará a todos los hombres con los fulgores de la revelación divina.

martes, 12 de octubre de 2021

PALABRA COMENTADA

 

MARTES 28 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Romanos 1,16-25



REFLEXIÓN

es fuerza de salvación de Dios para todo el que cree

Ο γρ παισχύνομαι τ εαγγέλιον, δύναμις γρ θεο στιν ες σωτηρίαν παντ τ πιστεύοντι

Fuerza o energía de Dios hacia la salvación para todo creyente

En el griego la partícula seis es denotativa de un fin: salvación.

Es un término desgastado como muchos, que no alcanza a conmovernos, siendo así que alude aquella realidad suspirada hacia la que se moviliza toda nuestra existencia.

En ese desgaste propio de nuestra efímera existencia individual y aun social, se han visto desfilar muchos sinónimos: felicidad, liberación, realización, plenitud… Pero el clásico y tradicional término salvación sigue siendo el referente.

Así según Pablo el evangelio es fuerza de Dios.

Entenderemos mejor esta fuerza si vemos cómo nos dice la Palabra y la Historia de su intervención salvífica, sobremodo en Jesucristo, su predilecto.

Y entenderemos mejor en compañía de los evangelios la fuerza que desata el creyente del evangelio, si escuchamos las parábolas del Reino de Dios y los milagros que lo significan de parte de Jesús y sus seguidores.

en él se revela la justicia salvadora de Dios para los que creen en virtud de su fe, como dice la Escritura: "El justo vivirá por su fe

δικαιοσύνη γρ θεο ν ατ ποκαλύπτεται κ πίστεως ες πίστιν, καθς γέγραπται· δ δίκαιος κ πίστεως ζήσεται

 La justicia de Dios en él se revela desde la fe hacia la fe.

Como está escrito: el justo desde la fe vivirá.

(Hab 2,4: Escribe que los malvados son orgullosos,g pero los justos vivirán por su fidelidad a Dios)

Gálatas 3.11 Por lo tanto, está claro que nadie es reconocido como justo por cumplir la ley; pues la Escritura dice: “El justo por la fe vivirá.”

Hebreos 10.38 Mi justo por la fe vivirá;

pero si se vuelve atrás,

dejará de agradarme.”)

El evangelio como fuerza de Dios es una revelación de la justicia de Dios en el creyente, que la acciona de fe en fe, sin volverse atrás, y así logrará vivir: hará su existencia justa y alcanzará la vida definitiva.

 

Esta fe vivida y que da vida, permite salirse del círculo mortecino de la ley-cultura-estructura de hombres y mujeres, injusta y soberbia, en su autonomía y autosuficiencia.

 

los hombres que tienen la verdad prisionera de la injusticia

Son aquellos que no revelan la justicia de Dios desde su fe, de fe en fe.

Siempre superando su fe anterior, en un proceso de revelación constante.

Esta fe procesual es como el ideal de la pedagogía actual por la que los aprendices deberán aprender a: siempre aprender siempre, porque aprender permanentemente es un ideal de ser humano: tanto de hombre como de mujer.

son visibles para la mente que penetra en sus obras.

Realmente no tienen disculpa,

su razonar acabó en vaciedades, y su mente insensata se sumergió en tinieblas

Alardeando de sabios, resultaron unos necios que cambiaron lo gloria del Dios inmortal por imágenes del hombre mortal, de pájaros, cuadrúpedos y reptiles.

Por esa razón, abandonándolos a los deseos de su corazón, los ha entregado Dios a la inmoralidad, con la que degradan ellos mismos sus propios cuerpos

Es importante tomar en cuenta el testimonio de Pablo, para quien el desconocimiento de Dios por parte de algunos hombres y mujeres, si bien es negar una evidencia, no es motivo de condenación absoluta como si de masa damnata se tratara.

La evidencia de Pablo y del creyente es provista por la energía de la fe en el evangelio, que tiene que ver con salvación.

 

Pero no se descarta, y aun se puede discutir, si esa evidencia se mantiene fuera de la lógica de la fe.

 

Por eso la concepción de la fe en este texto se plantea como procesual.

Es posible un inicio de fe que no prosigue, y no se llega a la lógica de la salvación que reconoce a Dios.

Negarse a entrar en el proceso de la fe es como negarse al amor, porque tener fe y amar son lo mismo y su compromiso creciente nos acobarda, porque duele creer y duele amar.

Es una exigencia creciente de despojo y liberación, hacia una salvación-libertad, salvación-realización.

Salmo responsorial: 18



REFLEXIÓN

sin que resuene su voz, / a toda la tierra alcanza su pregón

El silente Señor, el Jesús de hace dos mil años es una realidad viable si accedemos a la fe procesual: de fe en fe.

Lucas 11,37-41



REFLEXIÓN

limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades

Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo

Jesús no guarda las formas con quien lo ha invitado. No se inhibe, ni se siente deudor, sino de la libertad de conciencia y la verdad, no para sí y su afirmación, sino para la deconstrucción de un estilo de vida hipócrita.

Dar caridad desde lo profundo. Buscar un orden más equitativo y justo para los más pobres.

Una forma actual de cumplir con la limosna, término también degradado.

Desde dentro, implica con más coherencia y sinceridad.

Si puedo cambiar las cosas no me puedo conformar con una limosna, en sentido peyorativo.

Es lo mismo que preocuparse por lo de fuera pero no por lo profundo.

El fariseísmo así retratado es el que recoge Pablo más arriba en su ansia de circuncidar a los gentiles.

Trata una conducta universal, no meramente étnica, ni de una cultura particular.

Trata sobre el imponer, con sentido de liberar: como si por el lavado prescrito con minucia, o la circuncisión de los inscritos en el régimen de ley, fueran a adquirir su libertad. Solo y exclusivamente a través de esa normativa.

Puesto en esta forma tendríamos que revisar nuestro propio faiseísmo cultural e ideológico, mediante el que pretendemos aportar liberad a otros mediante la imposición de nuestra perspectiva.

Compartamos desde lo profundo, desde nuestro núcleo menos contaminado, para liberarnos de verdad.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1447888058972573697?s=20