viernes, 24 de diciembre de 2021

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

24 de Diciembre

San Agustín Sermón 185

Por medio de nuestro Señor Jesucristo, porque la verdad brota de la tierra. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos: y nos gloriamos apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. No dice: «Nuestra gloria», sino: La gloria de Dios; porque la justicia no procede de nosotros, sino que mira desde el cielo. Por tanto, el que se gloríe, que se gloríe en el Señor, y no en sí mismo. Por eso, después que la Virgen dio a luz al Señor, el pregón de las voces angélicas fue así: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. ¿Por qué la paz en la tierra, sino porque la verdad brota de la tierra, o sea, Cristo ha nacido de la carne? Y él es nuestra paz; él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa: para que fuésemos hombres que ama el Señor, unidos suavemente con vínculos de unidad. Alegrémonos, por tanto, con esta gracia, para que el testimonio de nuestra conciencia constituya nuestra gloria: y no nos gloriemos en nosotros mismos, sino en Dios. Por eso se ha dicho: Tú eres mi gloria, tú mantienes alto mi cabeza. ¿Pues qué gracia de Dios pudo brillar más intensamente para nosotros que ésta: teniendo un Hijo unigénito, hacerlo hijo del hombre, para, a su vez, hacer al hijo del hombre hijo de Dios? Busca méritos, busca justicia, busca motivos; y a ver si encuentras algo que no sea gracia.

REFLEXIÓN

Todo es gracia, todo es don, todo es obsequio, y así la justificación verdadera es un don de amor, que supera la meritocracia que con tanto trabajo organizamos en nuestras sociedades y organizaciones, limitadamente. Vemos cómo para sorpresa, frustración y dolor nuestro, reciben reconocimiento y gloria, quienes muchas veces sabemos no merecerlo tanto. Así nos brota la esperanza de Alguien que sepa reconocer según nuestro valor, a fondo, sin componendas.

jueves, 23 de diciembre de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Feria privilegiada de Navidad

23de diciembre

Malaquías 3,1-4.23-24



REFLEXIÓN

De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis

Por qué de pronto? La dimensión del Espíritu es totalmente otra: una alternativa de nuestro tiempo. Otro tempo. Que incursiona en el nuestro encarnadamente, pero no simultáneamente.

Ni mansamente. Por eso la exhortación a la vela, vigilancia, vigilia.

Lo de Dios es así: de repente. O así lo sentimos, porque su acompañamiento sutil nos asalta en ciertos momentos de conciencia y coyunturas especiales o Kayrós.

Hay veces nos manda mensajeros, signos que comunican su intención, pero no hacemos caso, entretenidos como andamos, o poco inteligentes que somos. Y nos sorprende con algo más ruidoso para alertarnos de su paso.

Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido

En esto nos colabora la fiesta del nacimiento de Jesús. A concretar su encarnación. Y como tal a purificar nuestra oblación.

Porque el creyente vive en oblación, con su cuerpo, su tiempo, el sentido que aporta a todo lo que hace.

El creyente con su amor doméstico y cotidiano aporta sentido.

Quién, que crea, no ama y que ama no cree? El incrédulo ama? No es incrédulo nada.

Mirad: os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible

Con esto es Jesús el día del Señor, grande y terrible, pero no destructor.

No hay ningún tipo de violencia que se precipite desde el cielo, por más que se desee.

La transformación viene desde lo íntimo hacia fuera.

Convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir yo a destruir la tierra

Convertirnos mutuamente, amarse mutuamente, es el sentido de la fiesta del nacimiento, de la encarnación, de la pascua.

Conversión para la mentalidad rebelde contra la autoridad del padre y la madre. Para el abuso y explotación de la autoridad sobre el súbdito: hijo y hermano.

Salmo responsorial: 24



REFLEXIÓN

haz que camine con lealtad; / enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.

No sólo para que aprenda con sentido, sino para que también consecuentemente viva. Escuchar la palabra con lealtad es llevarla a la vida incansablemente.

Que no obstante las circunstancias que puedan hacer dudosa la entrega, se mantenga la misma por tu gracia y aceptación.

enseña el camino a los pecadores; / hace caminar a los humildes con rectitud

Porque no somos perfectos, necesitamos aprender constantemente, siempre.

El humilde y pecador es quien sabe quién es y de quién viene la salvación. Y está dispuesto a esperar.

Los humildes son pecadores convertidos que se mantienen en el proceso de conversión, por la conciencia de su reconciliación.

Su acción de gracias por el perdón y el verdadero conocimiento no cesa, ni así tampoco su vigilancia.

Lucas 1,57-66



REFLEXIÓN

empezó a hablar bendiciendo a Dios

Bendecir es un proyecto de vida, una valentía, una persistencia en el bien obrar, un reconocimiento constante de la colaboración del Señor en asociarnos a su designio.

Porque la mano del Señor estaba con él.

Por lo prodigios se puede decir esto de Juan Bautista y de Jesús.

Pero también de nosotros, cuando vivimos como justos, esperando más allá de cualquier expectativa.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1473985010248167426?s=20