domingo, 15 de mayo de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 5 de Pascua C

Hechos de los apóstoles 14, 21b-27



REFLEXIÓN

animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios

Se trata de una predicación sincera y honesta, que no apela a ninguna suerte de demagogia, ni de lisonjas, ni de fingimientos, sino que plantea, sin violentar las conciencias, una realidad sin maquillaje: perseverar en la fe, visualizar los trabajos y dificultades, pero con ánimo.

Se puede decir que es lo contrario de un discurso proselitista, que ambiciona cantidades de adeptos. Ni siquiera regalan cosas para comprar conciencias.

Porque la predicación y catequesis de la Palabra no es un clientelismo electorero.

Más bien es la proclamación de la verdad salvífica para que el Señor actúe en las conciencias.

Además, el paso de Jesús se completa con nuestro paso: pasar mucho para entrar en el Reino.

Se trata de merecer, meritocracia, poder del mérito.

Cómo alejarse de un sentido fariseo del cumplimiento?.

Más bien es un paso de gracia, de Espíritu, de gratuidad e iniciativa de Dios. Es menos un cumplimiento pre-establecido y programado, rígidamente observado sin ninguna flexibilidad.

Es logro del dejarse llevar por el Espíritu, no de la conducta medida por el precepto exclusivamente.

Es el reconocimiento de la fuerza de Dios en nuestro hacer, y no la autosatisfacción de la supuesta perfección que despersonaliza.

donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir

En su convicción los misioneros se saben enviados y que deben rendir cuenta a una comunidad que los envió. No son absolutos, ni se predican a sí mismos, porque disponen de una Palabra que no les pertenece sino que comparten.

Salmo responsorial: 144

REFLEXIÓN

que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas

En el negocio del Espíritu la gloria es del Señor que lo envía a los corazones para que se conviertan.

La conversión del pecado no es solamente de algo necesariamente malo, sino también de algo menos bueno, comparado con el reino.

Por eso el que lo descubre deja todo y se entrega a fondo.

Y así la gloria de la misión es nuestra cuando es de Él.

Apocalipsis 21, 1-5ª



REFLEXIÓN

vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe

Los temores y terrores de un mar que nos volverá a tragar, como efecto del cambio climático, nos amenazan y se acumulan sobre nuestras cabezas.

Pero podemos ver con la sencilla observación de la fe cómo emergen familias y comunidades que dan síntomas de un cielo nuevo y una tierra nueva.

Porque en diversas partes del mundo se van dando grupos de personas de buena voluntad, que no comparten los criterios del mundo, que acumula bienes y no distribuye.

Son solidarios y aman al prójimo, aproximándose a su necesidad.

arreglada como una novia que se adorna para su esposo

Va emergiendo el reino, todavía como novia que se arregla, para el futuro esposo que aún no llega.

La ilusión del encuentro que se dará y la consumación de su amor que vendrá, sostiene a la novia, le da alas, y la regocija.

Y el que estaba sentado en el trono dijo: "Todo lo hago nuevo."

Una dicha que no tiene precedente.

Juan 13, 31-33a. 34-35



REFLEXIÓN

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: "Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará

Es propio del cuarto evangelio ofrecer a la reflexión del lector varios sentidos en su catequesis, como muestra de la multiforme riqueza de la Palabra que sirve.

Por un lado la gloria de Jesús se asienta al salir el traidor de la comunidad de discípulos. El esplendor de la verdad y la lealtad brillan ahora con los que perseveran en el compromiso.

Por otro lado la suerte está echada, porque el traidor consumará su traición y ya no habrá nada que hacer para echar para atrás los trágicos acontecimientos que se le vienen encima a Jesús.

Y en ello brillará su gloria y la del Padre, porque el amor de salvación por el mundo estallará en una máxima expresión:la cruz.

Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros

Recuerda el discípulo este dicho de Jesús también de varios sentidos.

Por un lado Jesús les será arrebatado por los que le persiguen para enjuiciarlo, sentenciarlo y ejecutarlo.

Por otro lado, un Jesús renovado y glorioso por la vida de Dios que ostenta tras su resurrección, se va despidiendo para consumar su glorificación a la derecha del Padre.

Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros."

Parece sencillo pero no lo es: amarse unos a otros como Jesús nos ha amado. Es una referencia muy alta

Pero en la emergencia del Reino que vamos observando desde la fe, caemos en cuenta que sí es posible, desde nuestro ágape fraternal, dar cuenta del amor que Jesús y su Padre comparten.

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BEATO CARLO

 

De los Sermones de san Máximo de Turín, obispo
                          (Sermón 53, 1-2. 4: CCL 23, 214-216)


CRISTO ES EL DÍA

Por la resurrección de Cristo se abren las puertas de la región de los muertos; por obra de los neófitos la tierra es renovada; por obra del Espíritu Santo se abren las puertas del cielo. La región de los muertos, una vez abierta, devuelve a sus prisioneros; la tierra renovada germina a los resucitados; el cielo abierto acoge a los que a él ascienden.

El ladrón sube al paraíso, los cuerpos de los santos entran en la ciudad santa, los muertos regresan entre los vivos y, por la acción eficaz de la resurrección de Cristo, todos los elementos se ven enaltecidos.

La región de los muertos deja salir de sus profundidades a los que allí estaban retenidos, la tierra envía al cielo a los que en ella estaban sepultados, el cielo presenta al Señor a los que acoge en sus moradas; y la pasión del Salvador, con una sola e idéntica operación, nos levanta desde lo más profundo, nos eleva de la tierra y nos coloca en lo alto.

La resurrección de Cristo es vida para los difuntos, perdón para los pecadores, gloria para los santos. Por esto el salmista invita a toda la creación a celebrar la resurrección de Cristo, al decir que hay que alegrarse y llenarse de gozo en este día en que actuó el Señor.

La luz de Cristo es un día sin noche, un día que no tiene fin. El Apóstol nos enseña que este día es el mismo Cristo, cuando dice: La noche va pasando, el día está encima. La noche -dice- va pasando, no dice: «vuelve», para darnos así a entender que, con la venida de la luz de Cristo, se ahuyentan las tinieblas del demonio y no vuelve ya más la oscuridad del pecado, y que, con este indeficiente resplandor, son rechazadas las tinieblas de antes, para que el pecado no vuelva a introducirse subrepticiamente.

Tal es el día del Hijo, a quien el Padre comunica, de un modo arcano, la luz de su divinidad. Tal es el día que dice, por boca de Salomón: Yo hice nacer en los cielos la luz indeficiente.

Por esto, del mismo modo que la noche no sucede al día del cielo, así también las tinieblas del pecado no pueden suceder a la justicia de Cristo. El día celeste no cesa nunca de dar su luz y resplandor, ni hay oscuridad alguna capaz de ponerle fin; así también la luz de Cristo brilla, irradia, centellea siempre, y las tinieblas de los delitos no pueden vencerla, como dice el evangelista Juan: Esta luz brilla en las tinieblas, pero las tinieblas no la vencieron.

Por tanto, hermanos, todos debemos alegrarnos en este día santo. Nadie se retraiga de la común alegría, aunque tenga conciencia de sus pecados; nadie se aparte de la oración común, aunque se sienta agravado por sus culpas. En este día, nadie, por más que se sienta pecador, debe desesperar del perdón, ya que se trata de un día sobremanera privilegiado. Si el ladrón obtuvo la gracia del paraíso, ¿por qué el cristiano no ha de obtener el perdón?