martes, 17 de mayo de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


San Cirilo de Alejandría Comentario al evangelio de San Juan 10,2

El Señor, para convencernos de que es necesario que nos adhiramos a él por el amor, ponderó cuán grandes bienes se derivan de nuestra unión con él, comparándose a sí mismo con la vid y afirmando que los que están unidos a él e injertados en su persona, vienen a ser como sus sarmientos y, al participar del Espíritu Santo, comparten su misma naturaleza (pues el Espíritu de Cristo nos une con él).

REFLEXIÓN

Compartir la naturaleza equivale a ser como Él mismo, de la misma calidad, tal como Él es. Hablar de naturaleza para entonces sería compartir la misma pasta divina, más que meramente humana. Es decir, sobre humana, mistérica, innombrable, tal como Jesús. Compartidos de Dios, sus vástagos, sus descendientes si cabe. Un sueño hecho realidad. Un encumbramiento que se ha venido dando desde Jesús de Nazareth, pasando por el Unigénito, hasta ser sus hermanos, su cuerpo. No se habrán atrevido demasiado estas especulaciones teológicas y catequéticas, para salir al frente de adversarios hostiles, dentro y fuera de la comunidad?

La adhesión de quienes se vinculan a la vid consiste en una adhesión de voluntad y de deseo; en cambio, la unión del Señor con nosotros es una unión de amor y de inhabitación. Nosotros, en efecto, partimos de un buen deseo y nos adherimos a Cristo por la fe; así llegamos a participar de su propia naturaleza y alcanzamos la dignidad de hijos adoptivos, pues, como lo afirmaba San Pablo, el que se une al Señor es un espíritu con él.

REFLEXIÓN

Ser de un mismo espíritu, equivale a compartir la intimidad y motivarse con lo que a Él motiva, pulsar como Él, convivir en su órbita, permanecer en su rumbo.

De la misma forma que en un lugar de la Escritura se dice de Cristo que es cimiento y fundamento (pues nosotros, se afirma, estamos edificados sobre él y, como piedras vivas y espirituales entramos en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, cosa que no sería posible si Cristo no fuera fundamento), así, de manera semejante, Cristo se llama a sí mismo vid, como si fuera la madre y nodriza de los sarmientos que proceden de él. En él y por él hemos sido regenerados en el Espíritu para producir fruto de vida, no de aquella vida caduca y antigua, sino de la vida nueva que se funda en su amor.

REFLEXIÓN

Los frutos de tal unión, al modo de sarmientos que fructifican, son propios del que ama. El fruto de la nueva vida es amar y darse en amor. Acrisolado, amor que en la purificación a la que todo amor es sometido, ha ido dejando como náufragos en la orilla, y basura en las márgenes, el propio amor, querer e interés. Cómo será eso, si quien ama parte del propio amor, querer e interés? Por una transformación por amor al prójimo como a sí mismo.

Y esta vida la conservaremos si perseveramos unidos a él y como injertados en su persona; si seguimos fielmente los mandamientos que nos dio y procuramos conservar los grandes bienes que nos confió, esforzándonos por no contristar, ni en lo más mínimo, al Espíritu que habita en nosotros, pues, por medio de él, Dios mismo tiene su morada en nuestro interior.

REFLEXIÓN

Perseverar sin contristar es un programa de existencia arduo y combatiente, hasta cierto punto inhumano, porque no es raro desfallecer

De qué modo nosotros estamos en Cristo y Cristo en nosotros nos lo pone en claro el evangelista Juan al decir: En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Pues, así como la raíz hace llegar su propia savia a los sarmientos, del mismo modo el Verbo unigénito de Dios Padre comunica a los santos una especie de parentesco consigo mismo y con el Padre, al darles parte en su propia naturaleza, y otorga su Espíritu a los que están unidos con él por la fe: así les comunica una santidad inmensa, los nutre en la piedad y los lleva al conocimiento de la verdad y a la práctica de la virtud.

REFLEXIÓN

Ante todo se celebra y glorifica la gratuidad, el inmerecimiento, el amor primero y tenaz del Señor. El que nos hace capaces de arrancar desde nosotros hacia una correspondencia que esperamos sea inagotable.

lunes, 16 de mayo de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 5 de Pascua

Hechos 14,5-18



REFLEXIÓN

conatos de parte de los gentiles y de los judíos


Ni uno ni otros son bloques monolíticos que reaccionan todos juntos respecto a los creyentes cristianos. Entre islámicos, judíos y no cristianos existe gente de buena voluntad que respetaría si los respetan, y no tachan su modo de creer como un estilo antisocial de vida.

Había en Listra un hombre lisiado y cojo de nacimiento, que nunca había podido andar.

Es posible que este enfermo sea más que un individuo, un paradigma de vida en opresión. Pablo como Pedro, ambos creyentes con personalidades y talantes diferentes, ofertan un caminar sano en un camino alternativo: el del nombre de Jesús de Nazaret, que pasó haciendo el bien. Y con ello proclamaba la llegada del Reino del Padre.

Un Reino que está orientado a la pobreza multiforme que se nutre de la vulnerabilidad de la raza humana.

La Palabra nos proporciona un conocimiento antropológico que no es demagógico.

Es sanador si queremos aceptar el diagnóstico de la Palabra: somos caídos, somos heridos, somos vulnerables, somos corruptibles, y lo peor, somos soberbios.

viendo que tenía una fe capaz de curarlo

El que sana debe sentir la fe en el enfermo. La fe en un hombre que ha estado tanto tiempo postrado, tiene que ser el fruto de una humilde apertura a esta posibilidad, una intensidad en la esperanza del alivio, y un corazón agradecido a la voluntad final del Señor que seguramente actuará en una u otra forma.

Al ver lo que Pablo había hecho, el gentío exclamó en la lengua de Licaonia: "Dioses en figura de hombres han bajado a visitarnos."

Aparece la reposición de la tentación a Jesús en la alborada de su ministerio: ser tenido como un dios, un salvador, un mesías.

Es la tentación que perdió a más de un líder incauto en su narcisismo. Porque para ser líder se aprecia el poseer una dosis de omnipotencia para –ahora sí-arreglar las cosas.

El sacerdote del templo de Zeus que estaba a la entrada de la ciudad

Los poderosos de siempre compran los liderazgos para que nada cambie y mantener su lucro.

"Hombres, ¿qué hacéis? Nosotros somos mortales igual que vosotros; os predicamos el Evangelio, para que dejéis los dioses falsos y os convirtáis al Dios vivo que hizo el cielo, la tierra y el mar y todo lo que contienen. En el pasado, dejó que cada pueblo siguiera su camino; aunque siempre se dio a conocer por sus beneficios, mandándoos desde el cielo la lluvia y las cosechas a sus tiempos, dándoos comida y alegría en abundancia."

Una presentación del evangelio que dista mucho de la manera como irrumpieron los españoles trayendo el evangelio entre los indígenas amerindios hace más de quinientos años.

Si no considerara que hubo error en esa evangelización la Iglesia no hubiera pedido perdón, en sus sínodos, después de tanto tiempo.

Y no hubiera lanzado una nueva evangelización más encarnada en la cultura de los pueblos.

En nuestro tiempo gana espacio y profundidad y sentir la Iglesia al optar preferencialmente por los pobres, los vulnerables y las víctimas.

Aun estas palabras tan sensatas para el reino, sin un estilo de vida congruente, se desacreditan.

Un líder papal como monarca cautivo entre activos que son patrimonio artístico de la humanidad corre el peligro de enviar un mensaje propio de un museo: una atracción turística más.

Si no ha sido del todo así para millones de creyentes, es que el Espíritu inspira aún en este código visual.

Pero no es también una señal de los tiempos buscar un cambio para transparentar mejor el Reino?

Salmo responsorial: 113



REFLEXIÓN

No a nosotros, Señor, no a nosotros, / sino a tu nombre da la gloria,

Como un don del Espíritu de Jesús Glorificado debemos pedir gloriarnos en él.

La cuarta semana de los ejercicios ignacianos, que es la semana pascual, tiene en su petición algo parecido: saber gozarnos con el Señor glorificado.

Aprender a gloriarnos en el Señor, y en nuestra debilidad como una invocación de su presencia, es un don de Dios.

No es propio de la vanagloria humana, que aún en el más sencillo y humilde, duerme recóndita y agazapada, para despertarse y saltar al primer descuido de la vigilancia.

¿Por qué han de decir las naciones: / "Dónde está su Dios"?

Otro sentido es posible: cuando las naciones ven que el anuncio y el modo de vida disuenan, pueden preguntar así: Dónde está su Dios?

Como el administrador perdonado que vejaba y oprimía a su vez a los inferiores, nuestra pasta nos induce a disonar de la visión que el Señor nos ha regalado, y actuamos en forma incongruente desconociendo el respeto, la solidaridad y el bien, sobretodo con los más vulnerables.

Sus ídolos, en cambio, son plata y oro, / hechura de manos humanas

Si tal era la proclama de los evangelizadores conquistadores, los nativos quizá se preguntarían por qué ese nuevo dios importado requería de sus fieles, con tal sed, oro y plata.

Podrían pensar si acaso esa divinidad en hombros de las armas más poderosas de los invasores, tenía envidia de los tesoros que lucían los ídolos indígenas.

Para no seguir repitiendo tales errores nuestra fe en Jesús de Nazareth debe procurar la libertad de cualquier ambición, explotación o violencia sobre otros.

Si no, la vigencia y fuerza de la Palabra se desprestigia y decae.

Se pierde a causa de nuestra incongruencia y falta de verdad para autocriticarla y superarla.

Juan 14,21-26



REFLEXIÓN

El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él

La congruencia estriba en guardar los mandamientos del Señor.

También la incongruencia en los que denuncian  inconguencia en otros, pero sin autocrítica y reparación.

Porque no es suficiente unirse y secundar el dolor de las víctimas.

Es necesario unirse además al esfuerzo en reparar el daño, para que la justicia sea completa.

Por eso en cierta forma la revelación no está cerrada sino que se actualiza en la fe viva en Jesús de Nazaret.

Se trata de la revelación vivenciada y existencial, la que mueve a la transformación. No una cognoscitiva que aporte información, que no mueve.

Este podría ser un sentido interesante de promover en retiros, ejercicios y demás actividades de renovación espiritual.

Pueden convertirse en momentos oportunos de revelación de Jesús, que muevan al cambio.

Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?

y vendremos a él y haremos morada en él.

Amarlo y guardar su palabra pone en actualidad la revelación del Señor.

No está dada de una vez para siempre. Sino que será vivenciada en la medida que la existencia muestra congruencia entre el amor y el guardar los mandamientos del Señor.

pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho."

Es un fundamento para la lucha de los espíritus: el defensor y el acusador. Hay un defensor porque hay un acusador.

Y en la medida del amor congruente irá desenvolviendo y recordando las palabras del Señor Jesús.

Como ahora que nos las va recordando en las sensibilidades y cambios que se están dando en nuestro tiempo.

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